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150 años de Pino de Baire

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Hubo dos frases durante las Guerras de Independencia que atemorizaron al Ejército español. La primera, la más conocida, fue: ¡Al machete!; la segunda era la voz atronadora de ¡A la lata!, que significaba a machetazo limpio.

Ambas las utilizó el Ejército mambí durante las conocidas «cargas al machete», táctica que provocaba un efecto sicológico inmediato sobre el Ejército español en operaciones, que no acostumbraba a pelear cuerpo a cuerpo. Su empleo era mortífero para los propios mambises que debían avanzar hasta las mismas líneas enemigas bajo un fuego constante.

La primera carga al machete que se registra en las guerras por la independencia cubana fue en Tienda del Pino, un kilómetro al oeste de Baire, Oriente, en noviembre de 1868; donde la caballería mambisa al mando del General Máximo Gómez ganó la batalla sin utilizar las armas de fuego.

Ese mismo día Gómez escribió en su diario: «El día 4 de noviembre ocupamos la Tienda del Pino…, en la que logré avanzar en un momento dado, con 30 o 40 hombres que me acompañaban y di una carga al machete. El enemigo retrocedió con número considerable de bajas».

Los soldados españoles, aterrados por la sorpresa y por los efectos del macheteo, no atinaron a organizar su defensa y fueron aniquilados. Se les hicieron alrededor de doscientas bajas alcanzados por el filo del machete, y los pocos sobrevivientes se retiraron a Baire. Ese día se convirtió el machete, en temible arma liberadora.

Con esta acción se logró el objetivo de defender la ciudad de Bayamo, se alcanzó la sorpresa mediante maniobras militares y se aprovecharon de manera conveniente las posibilidades combativas de los medios con que contaban los mambises.

La primera carga al machete del ejército mambí llenó de gloria a aquellos que lucharon por la independencia de la Patria dirigidos por el generalísimo Máximo Gómez, dominicano de origen, pero cubano por derecho.

 

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