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Día de la Prensa Cubana: «Para vivir en la pasión de la verdad»

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A la extensa lista de atributos que la historia le otorga con absoluto merecimiento al Apóstol de la Patria, José Martí Pérez, sin lugar a duda, un espacio importante lo ocupa el periodismo y lo que fuera uno de sus más sobresalientes aliados en la lucha por la independencia de Cuba: el periódico Patria.

Solo una genialidad como la suya pudo comprender —entre tantos de sus contemporáneos— que Patria podía contribuir a la unidad de los cubanos, sobre todo de quienes en el exilio añoraban una «Cuba libre», frase que gritaban a viva voz los mambises en los campos de batalla.

Así el 14 de marzo de 1892 en los Estados Unidos, (¿quién sabe bajo qué circunstancias personales?), y al precio de cinco centavos, se hizo realidad su sueño y Patria vio la luz.

Ese primer número recogió las Bases del Partido Revolucionario Cubano, «puestas por encargo de la emigración de Cayo Hueso, aprobadas por la emigración de Tampa y por los Clubs cubanos y puertorriqueños de Nueva York, que este periódico acata y mantiene», tal y como expresa en el encabezamiento la primera de las cuatro columnas.

«Nace este periódico, por la voluntad y con los recursos de los cubanos y puertorriqueños independientes de Nueva York, para contribuir, sin premura y sin descanso, a la organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico, en acuerdo con las condiciones y necesidades actuales de las Islas, y su constitución republicana venidera; para mantener la amistad entrañable que une, y debe unir, a las agrupaciones independientes entre sí, y a los hombres buenos y útiles de todas las procedencias, que persistan en el sacrificio de la emancipación, o se inicien sinceramente en él».

Martí dirige Patria desde 1892 y hasta 1895, cuando la muerte lo sorprende en el campo de batalla. La bibliografía consultada señala que «escribe varios de sus artículos antológicos, labora a veces como corrector, ayuda a liar los paquetes salidos de la imprenta y a llevarlos a las oficinas de correo para su despacho, sin importar nevadas o ventiscas.

«(…) Al incorporarse a la insurrección, el Héroe Nacional no solo va en su condición de delegado del Partido Revolucionario Cubano, sino también como corresponsal de guerra del periódico Patria.

«Desde la manigua, envía recomendaciones para la política editorial de la publicación y materiales diversos para la sección ¡De Cuba Libre!, en la cual se incluyen todas las disposiciones oficiales y circulares firmadas por Martí y Gómez, y las cartas informativas a Gonzalo de Quesada y Benjamín J. Guerra».

Integraron la redacción de Patria Gonzalo de Quesada, amigo de Martí, y el puertorriqueño Sotero Figueroa, tipógrafo y buen escritor; en tanto colaboraron de manera frecuente los intelectuales cubanos Benjamín J. Guerra, Manuel Sanguily, Francisco de Paula Coronado, Rafael Serra, Diego Vicente Tejera y Bonifacio Byrne, entre otros.

Luego de la muerte del Apóstol, el destacado intelectual y profesor Enrique José Varona asumió la dirección de la publicación, hasta que lo reemplazó el periodista santiaguero Eduardo Yero. En 1898 Tomás Estrada Palma tomó las riendas del periódico y nombró al escritor cubano Nicolás Heredia a cargo de la parte editorial.

Su último número fue el 522, con fecha 31 de diciembre de 1898, donde se publicó una nota titulada «Obra terminada»; reflejo de hasta qué punto se hallaba relegado el ideario del Apóstol, en momentos en que era necesaria la palabra orientadora de ese órgano.

Felizmente, un siglo después, en 1992, comenzó a conmemorarse el Día de la Prensa Cubana el 14 de marzo, fecha fundacional de Patria, cuya trascendencia alcanza hasta nuestros días porque aún vive el espíritu hegemonista de los Estados Unidos de América.

Patria fue el germen, la semilla de una obra que llega al presente bajo otras coyunturas históricas, sociales y culturales. Ya no se trata de independencia y soberanía, del logro de la unidad. Estas son conquistas irrenunciables, logradas por la Revolución 60 años atrás. Mas siguen vivas las amenazas y ambiciones imperiales a las cuales hay que hacer frente con un periodismo apegado a la verdad, que represente los intereses populares.

Martí, sin duda alguna, constituye el paradigma del periodista revolucionario cubano. No solo —al margen de la delicadeza de su escritura— trazó la ruta a seguir, sino que desde muy temprano avizoró el peligro y encontró en la prensa el camino para orientar y divulgar lo necesario.

En medio de la modernidad que nos circunda, entre las redes sociales y las fake news, se levanta hoy un gran pedestal al más universal de los cubanos, quien en el primer número de Patria aseguró: «Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico». Así fue y así ha sido y a este legado seremos fieles los periodistas comprometidos, lo mismo detrás de un lente, una cámara, un micrófono o una pantalla de computadora.

Tomado del Portal CubaSí

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