Destacadas

Disonancias en Teatro Principal durante el festival de la FEU

Compartir en

La tercera noche de competencia en la XXIV Edición del Festival de Artistas Aficionados de la FEU, resultó ser una página negativa en el historial de este evento.

Más que la capacidad interpretativa y habilidades musicales, el jurado escogido para evaluar la manifestación de música tendrá que justipreciar el nivel de tolerancia y rapidez con la cual los jóvenes reaccionaron y lograron proyectarse ante los fallos técnicos. Una y otra vez, las interpretaciones musicales fueron afectadas por los desastres de sonido en el teatro, como si no hubiesen funcionado los ensayos preliminares.El grupo ADN, de Sancti Spíritus, fue uno de los dolientes, la parte vocal pasó casi imperceptible ante el resto de los instrumentos, cuyos sonidos opacaban la voz de los intérpretes.

La solista Arianna Vargas, de Holguín, tuvo que comenzar la canción tres veces porque su micrófono no funcionaba. Sin embargo, supo anteponer su voluntad y carisma ante el desespero, y logró alzar, de manera excepcional, su voz, acompañada de los constantes vítores del público, que convirtió el teatro en un mar de luces, iluminado por los flash de sus celulares. Así continuó el fiasco durante casi toda la noche, algunas de las muchachas que compitieron, deprimidas ante los hechos, solo atinaban a decir: “Dos años esperando este día, 5 minutos en el escenario, para no poder ni escucharme cantando, el resultado es un desastre.”

La danza continuó realzando nuestros valores identitarios. Se presentó el conjunto 3 de diciembre, de Santiago de Cuba, con bailes afrocubanos, y nuestro esperado y aclamado, como es costumbre, Telón Abierto, de la UNICA. La agrupación Alma Mater, de La Habana, también entusiasmó al público con la obra Díaspora. A partir de un popurrí de temas musicales que hacían alusión a nuestra cultura y géneros bailables como el tango, el guaguancó y el flamenco, muy diversos en cuanto a origen, demostraron que lo cubano se lleva dentro, no importa donde se esté.

Ante los mencionados y tan inoportunos fallos, el trío de locución, manifestación que también está siendo evaluada, supo crecerse. En conjunto, los jóvenes se mostraron seguros, desinhibidos y altivos. Ellos incitaron al público a apoyar con entusiasmo a los competidores y demostraron que la juventud y ganas de hacer arte, se imponen. Lograron establecer una adecuada y fluida presentación, a partir de la comunicación natural entre ellos y con los espectadores.

Aún no termina, seguimos en festival, aunque con una sombra indeleble para los avileños, pues se demostró que no tenemos todos los recursos, ni la preparación suficiente, para un evento de esta magnitud y dinamismo.

Tomado de Invasor

Comenta aquí

*