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Patentizan sordos de Ciego de Ávila necesidad de oficializar lenguaje de los signos

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Las personas con discapacidades auditivas, tanto en Ciego de Ávila como en el resto del país, están empeñadas en que el lenguaje de señas cubano con que se comunican con el resto de la sociedad sea un derecho sobre el uso de esa alternativa de comunicación.

No somos pocos los que nos sentimos tímidos y algo perdidos cuando tenemos que dirigirnos a alguien de la comunidad sorda: los más nos impacientamos porque no logramos entenderlos, y por lo común debemos acudir a otra persona, con la consiguiente frustración del afectado.

En una provincia como la avileña, en la que 889 personas con esa limitación están afiliados a la Asociación Nacional de Sordos de Cuba  (ANSOC), se hace necesario cuanto antes tomar conciencia de la necesidad de acercarnos al habla de señas y extender acciones para su divulgación, máxime cuando el país se encuentra a punto de que de que esa modalidad se reconozca como la lengua oficial de la comunidad sorda en la nación caribeña.

Tal legalización figura entre las principales demandas que debatirán en marzo próximo, durante su V Congreso, los miembros de la ANSOC procedentes de toda la Isla, bajo el lema Lengua de señas, cultura e identidad: símbolos de inclusión.

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, establece que las lenguas de señas tienen el mismo estatus que las habladas y resalta la importancia de preservarlas como parte de la diversidad lingüística y cultural.

El bloqueo de Estados Unidos impuesto a la Mayor de las Antillas genera en ese grupo poblacional no pocas dificultades y carencias; es el caso de las prótesis auditivas, las técnicas necesarias como alarmas, despertadores y timbres lumínicos, y la modernización de la tecnología de subtitulaje en programas de televisión, aunque se ha logrado el servicio de interpretación en espacios noticiosos.

Las personas con esa dolencia en Ciego de Ávila tienen fe en que se avecinan tiempos mejores para la comunidad sorda, apoyados por la sociedad y la posibilidad de rehabilitación y de instruirse como cualquier otro ciudadano.

Tomado del Periódico Digital Radio Surco

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