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Rinde tributo la Universidad de Ciego de Ávila al Comandante Juan Almeida Bosque

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Juan Almeida Bosque fue de esos hombres excepcionales, que desde las privaciones de su cuna humilde, en el reparto Los Pinos de La Habana, Cuba, creció y se formó con los más altos valores de un hijo que desea y lucha por ver su patria libre. El propio hogar con su numerosa familia –los padres como guía– y la vida misma del pueblo, le enseñaron que solo había un camino, el de la lucha.
En medio de las privaciones de su hogar, con sus padres como guía se formó en los más altos valores patrióticos y aprendió en la misma vida que la lucha es el único camino de los pobres para conquistar sus derechos escamoteados. Tan pronto se produjo el golpe de Estado en 1952, se sumó a la lucha contra la tiranía vinculándose con el compañero Fidel. Era un obrero albañil hasta el asalto al cuartel Moncada en 1953, y el segundo de doce hermanos que ayudó al padre a mantener a su numerosa familia.
Entereza y valentía sellaron siempre su personalidad en el combate. Alegría de Pío resultó un fatal recibimiento de fuego para los expedicionarios. Las tropas enemigas se ensañaron, alguien tuvo desánimos y el joven Almeida empleó la frase que ha trascendido a la historia: “¡Aquí no se rinde nadie!”.
Nadie dudó ante su nombramiento en febrero de 1958, como comandante. Una importante misión puso sobre sus hombros el jefe de la revolución: Organizaría y dirigiría el Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy. El mismo día en que partía Raúl Castro para conformar el Segundo Frente, Almeida lo haría hacia su misión.
Almeida fue miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y de su Comité Central. Fue también Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por la Asamblea Nacional de Santiago de Cuba, así como vicepresidente del Consejo de Estado. En la conferencia constitutiva de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana celebrada el 5 de diciembre de 1993, fue electo presidente de su Dirección Nacional, y consagró sus últimas energías a garantizar que la organización fuera un sólido y efectivo baluarte de la Patria.
Por sus muchos y relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destaca el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado, otorgados el 27 de febrero de 1998, en ocasión del aniversario 40 de su ascenso a Comandante en la Sierra Maestra
El nombre y pensamiento del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque permanecerá por siempre en el corazón y la mente de sus compatriotas, como paradigma de firmeza revolucionaria, sólidas convicciones, valentía, patriotismo y compromiso con el pueblo. Hoy a nueve años de su partida física, estudiantes, profesores y demás trabajadores de la Universidad de Ciego de Ávila rinden tributo al eterno poeta, al eterno Comandante inmortalizando su obra y ejemplo de patriota.jg

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