Aprender el valor del respeto hacia uno mismo y a los demás es uno de los aprendizajes de interacción social más importantes que cualquier niño o niña debe realizar desde su más temprana edad. El respeto es la base para una correcta convivencia y no cabe duda de que es en la familia donde se construyen sus cimientos. ¿Cómo enseñarles a los niños el valor del respeto? ¿Cómo hacer para que los niños respeten a sus padres? Consejos y herramientas para que inculcar el valor del respeto a nuestros hijos.
En la actualidad parece que los niños tienen grandes dificultades para respetar a las figuras de autoridad, ya sean sus padres, sus maestros o profesores. El origen de esta pérdida de respeto es complejo, pero tiene mucho que ver con la forma de educar a los niños y al papel que les estamos otorgando en sociedad actual. La familia se ha vuelto más permisiva, centrada en el niño y en su bienestar.
Hoy en día hemos situado al niño en el centro de todas las atenciones y, equivocadamente, muchos padres buscan únicamente complacer a sus hijos, evitándoles cualquier conflicto, problema o frustración. Parece que ya no seamos capaces de contradecirles, enfrentarles o negarles cualquier cosa que nos pidan, criando de este modo niños más egoístas, demandantes, impulsivos e incluso agresivos.
Luchas de poder entre padres e hijos, ¿por qué se dan y cómo evitarlas?
LÍMITES – DISCIPLINA
Luchas de poder entre padres e hijos, ¿por qué se dan y cómo evitarlas?
Los niños no respetan a sus padres porque no están aprendiendo a hacerlo, ya que viven creyéndose el centro del mundo. Por lo que se hace necesario parar, reflexionar y enseñarles cómo hacerlo. Esta reflexión previa es necesaria para ver en qué nos estamos equivocando y cómo aplicar los siguientes consejos para que los niños aprendan a respetar a sus padres.
10 consejos para que los niños aprendan a respetar a los padres
Padre y niño
Si los padres queremos que nuestros hijos nos respeten nosotros debemos ser los primeros en dar ejemplo. Debemos ser respetuosos con nuestros hijos, pero no solo con ellos, sino con todas las personas con las que nos relacionamos a diario o tenemos algún tipo de relación.
Para bien y para mal, los niños aprenden fundamentalmente por imitación por lo que deben poder observar cómo tenemos interacciones respetuosas con aquellas personas con las que nos encontramos diariamente: amigos, conocidos, vecinos, maestros, profesores, jefes, empleados … Pero también debemos explicar qué significa el respeto y por qué es importante. Para ello debemos:
1. Ofrecer el mejor ejemplo de respeto entre nosotros, los padres. Cuando los hijos viven en un entorno respetuoso y tranquilo es más probable que ellos lo sean también. Los hogares donde las faltas de respeto entre los progenitores son constantes y sistemáticas generan el clima propicio para que germine la semilla la intolerancia y la agresividad en nuestros hijos.
2. Escuchar sin interrumpir sus opiniones, ellos y sus problemas son igual de importantes que los nuestros. Aprendamos a escucharles y empaticemos con ellos.
3. Ser sinceros en nuestros mensajes. No mentirles, ni defraudarles ni engañarles. No hay nada que mine más el respeto y la confianza hacia una persona que sus mentiras y engaños continuados. Y, además, si lo hacemos nunca más van a volver a confiar en nosotros. ¿Queremos esto realmente?
4. Ser amables con ellos, enseñándoles el valor de las palabras: por favor, gracias, lo siento. Pedir perdón en caso que nos equivoquemos, reconocer nuestros errores y agradecerles su esfuerzo al ayudarnos. Y es que, como dice el estudio ‘La protección infantil: el papel de la familia’, realizado por el Gobierno de Navarra (España), cuando los padres se comunican positivamente con sus hijos, les demuestran respeto.
5. Evitar darles todo cuanto piden en el momento que lo piden. De este modo conseguiremos evitar convertirnos en ‘padres cajeros automáticos’ o cumplidores de sus deseos. Y aunque todos queremos hijos felices, los padres debemos cumplir el rol que nos toca y saber decir que no en los momentos que es necesario, sin miedo ni temor a sus reacciones ante las frustraciones.
6. Hablarles sin gritar. Los gritos no nos dan más autoridad ni credibilidad ni infunden respeto. Los gritos y las malas formas fomentan el miedo y alejan a nuestros hijos de nosotros. Los gritos son el alimento perfecto para la desobediencia y la desconsideración.
7. Corregirles de un modo positivo cuando nos contradicen. Cuando un niño nos replica o contradice hacer saber que su modo de contestarnos no es correcto. Debemos enseñar que existen otros modos de decir lo mismo sin ser agresivo, contestón o mandón. Al inicio le pondremos tantos ejemplos que sean necesarios.
8. Establecer normas o reglas de convivencia claras. Las normas o las reglas de casa ayudan a los miembros de la familia a mantener una buena convivencia. Nos ayudan a respetarnos mutuamente y facilitan la armonía familiar, como por ejemplo no interrumpir cuando mamá o papá hablan por teléfono, no jugar con el móvil o con la consola mientras estamos comiendo o cenando o pedir las cosas por favor.
9. Ser coherentes y consistentes en nuestros actos para que nuestros hijos sepan que aquello que está mal lo está no solo porque tenemos un mal día si no porque es algo que no es correcto bajo ninguna circunstancia. Si una de las normas es ‘no se salta en el sofá’ no dejaremos que lo haga en casa de los abuelos, en un hotel o porque tenemos visita y no queremos montar una escena.
10. Poner límites a sus salidas de tono. Bajo ninguna circunstancia debemos permitir que nuestros hijos nos insulten aun cuando creamos que son demasiado pequeños para entender lo que dicen. Ante cualquier insulto o falta de respeto debemos ser firmes y claros, explicándoles que ese tipo de trato no se admite en nuestra familia.
En definitiva, se trata de ganarse el respeto sin imponerlo, tener autoridad sin caer en el autoritarismo y educar niños con valores tan importantes como la tolerancia, el respeto o la amabilidad.
Consejos para inculcar el respeto y la tolerancia en los niños
el valor del respeto y la tolerancia
Y ya que estamos trabajando el valor del respeto en casa, no podemos dejar de pasar esta oportunidad para extender esta enseñanza a otras esferas en la vida del niño. Y es que muy unido a este valor se encuentra otro de gran importancia también para vivir en sociedad: la tolerancia.
Si lo hacemos, conseguiremos que nuestros hijos respeten a personas que por raza, sexo o religión son diferentes a ellos y que no caigan en actitudes de racismo o xenofobia, y también que no discrimine a nadie por tener una discapacidad, bien sea física o intelectual. ¿Qué más podemos hacer?
– Ver películas con valores con ellos y así poder crear un pequeño debate para conocer su punto de vista e intentar abordar estos temas. Esconderlos o evitarlos puede ser un grave error.
– No caer ni alimentar estereotipos como que el rosa es de niñas y el azul de niños o que las chicas juegan con muñecas y los chicos con caminos. Dejemos que sean libres y que elijan aquello con lo que se sienten mejor.
– Intervenir cuando nuestros hijos tengan una actitud discriminatoria con algún amigo o compañero del colegio por su forma de vestir o de hablar. Y, sobre todo, no dejar que se burlen de él gratuitamente, aunque sean nuestros hijos. ¡No permitir, bajo ningún concepto, que se rían de nadie!
– Brindemos, y nunca sancionemos, la oportunidad a nuestros hijos de que se relacionen con niños de otras culturas, razas o con algún tipo de discapacidad. ¡Promovamos la inclusión!
– Y, por último, mostremos a nuestros hijos que se puede luchar y trabajar para vivir en un mundo donde en el que se borre del diccionario la palabra discriminación.
Ahora que ya vamos que hay que hacer, falta buscar las herramientas para educar a los niños bajo en el valor del respeto. Los cuentos y/o poemas pueden ser un gran recurso para que los niños entiendan este valor y, sobre todo, para que empaticen con los protagonistas de las historias.
Por Sara Tarrés.Psicóloga Infantil. Tomado de Guía Infantil
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