Ciego de Ávila, 14 sep (ACN) La Universidad de Ciego de Ávila (UNICA) sede su espacio por estos días a un centro de aislamiento para sospechosos y contactos de casos positivos a la COVID-19, mientras sus alumnos y profesores se convierten en soldados por la vida.
El doctor Juan Miguel Guerra Armado, al frente de la institución, explicó que están habilitados cuatro módulos para las personas provenientes de la ciudad capital y otras localidades cercanas y se trabaja en el acondicionamiento de otro para llegar a 179 ingresados.
Señaló que ya el 50 por ciento de los pacientes está a la espera del resultado del PCR y a los restantes se le toman muestras ahora y en caso de ser negativos van a su casa bajo vigilancia y pesquisa activa, con toma de temperatura durante 14 días.
Un equipo de 22 médicos y enfermeras se encarga de la atención a los que están aislados, en tanto un grupo de estudiantes universitarios asume tareas de limpieza y mantenimiento de la institución.
Hansel Lorenzo Torres, presidente de la FEU en la UNICA recordó que en etapas anteriores de la pandemia los jóvenes se vincularon a los Consejos de Defensa municipales en apoyo la producción de alimentos, las donaciones de sangre, labores de mensajeros para los ancianos y confección de nasobucos.
Ahora, dijo, ante la situación compleja que vive la provincia a causa del rebrote del nuevo coronavirus SarsCov-2, están por primera vez en la zona roja, pero con la mayor responsabilidad, con sentido de pertenencia y cuidándose tanto ellos como a las personas con las que interactúan.
Lorenzo Torres señaló que confían en el control de la epidemia para retomar el curso cuanto antes, pero mientras tanto asumen las tareas que sean necesarias para controlar la trasmisión de la enfermedad.
Jan Michel Garlovo Acosta, Dayana hera Ramírez y Osmany Joaquín Moreno González forman parte de colectivo estudiantil que ahora contribuye al funcionamiento adecuado de la instalación y aseguran que no lo pensaron dos veces para dar el paso al frente, pues siempre contaron con el apoyo de la familia.
Por su parte las jóvenes doctoras Dairelys Martínez Bonne y Millailys Peña viven en el centro su primera experiencia de trabajo en una zona roja , por eso se apoyan mutuamente, conscientes de que la mejor manera de vencer el miedo al contagio es protegiéndose bien y cumpliendo todas las medidas de seguridad.
En contraposición, Maikel Rodríguez Mosquera, paramédico y salvavidas en el turismo, es un experimentado en el trabajo de enfrentamiento a la COVID-19, pues vuelve por tercera vez a laborar en un centro de aislamiento, desde que comenzó la pandemia.
He aprendido a cuidarme y cuidar a los pacientes, dice, y explica que da su apoyo en la alimentación y limpieza del centro a la vez que se encarga de la ubicación de los que llegan a la institución, fundamentalmente en la noche.
En correspondencia con el incremento de casos positivos desde que comenzó el rebrote, el 25 de agosto, la provincia ha creado capacidades de aislamiento para dos mil 265 personas en 27 centros y labora en la habilitación de otros seis, para responder al creciente número de sospechosos o contactos de enfermos.
Por Magalys Zamora Morejón|Fotos Osvaldo Gutièrrez.ACN
Comenta aquí