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Universidad de Ciego de Ávila se alista para docencia presencial

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Más de 6 100 estudiantes volverán a las aulas de la Universidad Máximo Gómez Báez, de Ciego de Ávila (UNICA) a partir del primero de noviembre próximo, cuando se retomen las clases presenciales del curso escolar 2020-2021.

Yurisbel Gallardo Ballat Rector de la UNICA, explicó durante la reciente visita de un equipo gubernamental a la provincia, que en la casa de altos estudios se abrirán 20 carreras en el curso diurno, 30 por encuentro y cinco a distancia, con una matrícula de 6 158 estudiante alumnos.

Durante los meses de mayor complejidad epidemiológica a causa de la COVID-19, en los que la provincia vivió un agresivo rebrote de la enfermedad, el centro docente funcionó como hospital de campaña para sospechosos o confirmados con el virus SARS-CoV-2 y muchos de sus profesores y estudiantes dieron su aporte en los servicios.

No obstante, desde enero hasta la fecha se mantuvo el trabajo en la combinación de modalidades presenciales, semipresenciales y a distancia para desarrollar el proceso de formación en los diferentes tipos de curso, destacó Gallardo Ballat.

Precisó que han profundizado en el diagnóstico pedagógico integral para asegurar la atención personalizada de cada alumno, en correspondencia con necesidades de aprendizaje y condiciones de vida y educación, bajo los principios de equidad y justicia social.

En el período, dijo, fortalecieron el empleo de la plataforma de pregrado para garantizar la autogestión del aprendizaje mediante la conformación de carpetas por asignaturas, las cuales contienen libros digitales, materiales didácticos guías de estudio y presentaciones electrónicas.

La UNICA mantuvo, además, el intercambio académico virtual en función del desarrollo del proceso de formación y ajustó su sistema de evaluación mediante modalidades a distancia para superar las afectaciones por la COVID-19 y asegurar la continuidad de estudios.

En ocasión de la visita a la provincia, José Ramón Saborido, ministro de Educación Superior, reconoció que el curso académico pasó a convertirse en irregular por 19 meses de pandemia, lo que obligó a asumir nuevas estrategias de trabajo bajo el precepto de garantizar la salud y también la calidad de todo lo que se haga.

Destacó la labor de la universidad en la organización de las actividades docentes y recordó que, a pesar del esfuerzo extraordinario que se ha hecho, hay un atraso sensible en la docencia y en el cumplimiento de los objetivos.

Llamó a actual de inmediato, sin que nadie quede desamparado o en desventaja y a no perder más tiempo, por el impacto político y social que tiene la universidad en la comunidad.

Explicó que el curso debe comenzar de forma presencial en noviembre para concluirlo en el mes de marzo, pues a partir de abril debe haber una explosión de matrícula con la incorporación de los que aprueben las pruebas de ingreso.

Tomado del periódico Invasor

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