En 1959 Cuba sólo contaba con 6.286 médicos para una población total de 6 millones de habitantes, o sea, un doctor para 1.064 personas. En el espacio de tres años, 1.402 de ellos optaron por abandonar el país para los Estados Unidos, atraídos por unas mejores oportunidades profesionales y una política migratoria favorable elaborada por Washington para los cuadros cubanos de todos los sectores en el marco de la guerra ideológica contra la Revolución Cubana.
Frente a ello Cuba decidió entonces hacer del desarrollo de un sistema de salud público, universal y gratuito una prioridad nacional. Fundado en 1961, el Sistema Nacional de Salud (SNS), entidad dependiente del Ministerio de Salud Pública, se estructura alrededor de siete principios:
- La salud es un derecho de la población.
- La salud de la población es responsabilidad del Estado.
- Los servicios de salud son accesibles de modo igual para toda la población.
- Las prácticas de salud tienen una base científica sólida.
- Las acciones de salud tienen una orientación preventiva.
- La participación social es inherente al uso y al desarrollo de los servicios de salud.
- La solidaridad internacional será una práctica de los servicios de salud.
Todo el sistema de salud cubano se basa en el modelo llamado “El médico y la enfermera de familia”, elaborado en 1984. Este modelo, cuya unidad de base es el núcleo familiar, con un enfoque clínico, epidemiológico y social de los problemas sanitarios, dispone de siete características que ratifican los principios enunciados por el SNS:
- carácter estatal y social de la medicina
- accesibilidad y gratuidad de los servicios
- orientación profiláctica (preventiva)
- participación comunitaria e intersectorial
- centralización normativa y descentralización ejecutiva
- aplicación adecuada de los avances de la ciencia y tecnología
- colaboración internacional.
Los 436 policlínicos comunitarios y los 15.000 consultorios diseminados en el territorio nacional constituyen la columna vertebral del sistema de salud en Cuba. Cada policlínico se dirige a una población de 30.000 a 60.000 personas y colabora estrechamente con entre 20 y 40 consultorios. Un policlínico ofrece como promedio una veintena de servicios diferentes: rehabilitación, radiología, ecografía, endoscopia, servicios de emergencia, traumatología, laboratorio clínico, planificación familiar, trombólisis, urgencias médico-dentales, atención materno-infantil, inmunización y atención a las personas con diabetes, geriatría, dermatología, psiquiatría, cardiología, medicina familiar y medicina interna, pediatría, obstétrica y ginecología.
Dentro de esas entidades los profesionales de la salud se encargan de la atención médica primaria de la población y se ocupan más específicamente de las categorías de personas más vulnerables, o sea los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas. Se pone el énfasis en la medicina preventiva, la higiene, la alimentación, la práctica deportiva y la lucha contra los factores de riesgo.
La prevención es la “piedra angular” del sistema de salud cubano. Así, cada núcleo familiar cubano –cual fuere su estado de salud– recibe una visita regular del médico considerado el “guardián de la salud”. Este modelo ha mostrado su eficacia particularmente en los sectores de la vigilancia epidemiológica y el control de las enfermedades epidémicas.
Cuba cuenta también con 284 hospitales con un promedio de 5,2 camas hospitalarias por 1.000 habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud, se trata del país de América Latina mejor dotado en este sector.
Fuente: https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/21413
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