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Gestión Sociocultural para el Desarrollo: apuntes en pos de la transformación social

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La licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo es una carrera con carácter multidisciplinario, perteneciente al Plan E de Estudios de la Educación Superior, que busca crear un profesional capaz de inducir cambios positivos en la calidad de vida de la población.

Yileny Fundora Toledo, quien se desempeña como profesora adiestrada de la especialidad en la Universidad Agraria de La Habana «Fructuoso Rodríguez Pérez» (UNAH), explica que la carrera se llamaba Estudios Socioculturales, pero en el curso 2015–2016 se llevó a cabo una transformación y cambió su plan de estudios, nombre y, por ende, el perfil profesional.

«Antes tenía como referencia la dimensión cultural de los fenómenos sociales; ahora va más al estudio del ser humano en su interacción social y cómo este influye en los procesos de desarrollo; su papel transformador y activo en un mundo cada vez más mediatizado por una globalización neoliberal, que influye en todas las esferas de la sociedad», refiere Fundora Toledo.

Estos profesionales se forman para asesorar, acompañar y promover nuevos proyectos, ya sean individuales o colectivos. Todo ello valiéndose de los recursos socioculturales disponibles, en correspondencia con el proyecto social establecido en el país.

Otra de sus metas consiste en evaluar e impulsar los emprendimientos locales encaminados a la preservación de nuestra identidad nacional y al desarrollo progresivo del territorio en el que actúan. En este sentido, han demostrado un impacto favorable en la solución de algunas problemáticas, sobre todo a nivel local.

Asarys Hernández Barceló, recién graduada de esta licenciatura en la UNAH, señala que entre las principales esferas de acción están la gestión de proyectos para el desarrollo, la investigación social, el marketing y el trabajo comunitario; convirtiendo a la profesión en una experiencia enriquecedora en cuanto al fenómeno de la cultura.

En consonancia, Julia María Fernández Trujillo, quien fuera por 18 años coordinadora de la carrera en la UNAH, al referirse a la importancia de estos profesionales expresa que su malla curricular es una de las más completas en las ciencias sociales y humanistas.

«Quienes egresan tienen una gran sensibilidad, adquirida al asumir los procesos en que participan los seres humanos; pero, en mi opinión, lo única a la carrera es la transdisciplinariedad. Pues, en su formación, les permite a los estudiantes tener después un amplio campo de acción».

Acerca de los principales problemas que enfrenta esta licenciatura, las opiniones varían según los territorios: sin embargo, la poca visibilidad que tiene es un punto en común que expresan las entrevistadas.

Varios egresados y profesores coinciden en que la carrera necesita más promoción y orientación vocacional. En no pocas ocasiones, los estudiantes de preuniversitario que aspiran a la Educación Superior desconocen de la existencia de la misma o cuáles son sus campos de estudio.

«Prácticamente me tocó, porque lo que yo quería era Diseño. Cuando la comencé a estudiar no me gustó, debido a que no satisfacía mis necesidades; incluso, hice los trámites para cambiarme para Diseño, un proceso algo largo… En ese período fui encontrando, poco a poco, mi lugar dentro del perfil profesional. La carrera tiene un plan de estudios tan rico en disciplinas y de tan abarcador espectro cultural que enamora», explica Yileny Fundora.

Algo parecido le sucedió a Asarys Hernández, quien afirma que esta no era su primera opción y que hasta el momento de llenar la boleta desconocía por completo su significado. No obstante, sus expectativas cambiaron en cuanto supo quiénes integraban el claustro de profesores que la acompañó durante los cuatro años de trayectoria universitaria.

«Una de las cosas más importantes que aprendí en la carrera fue conceptualizar la cultura dejando de lado ese cliché que la asocia solo a manifestaciones artísticas; aprendí a verla como un conjunto de factores que incluye tradiciones, modos de vida, costumbres, motes… Elementos que forman parte también de nuestra cotidianidad», afirma Asarys.

Mientras, Yamaris Fiss, una de las fundadoras de la carrera en la Universidad de Ciego de Ávila y actual profesora principal de primer año, hace énfasis en que existe un déficit en la bibliografía básica de cada asignatura, pues hasta el momento la literatura propia de la profesión es muy escasa. Recomendados por los docentes, los estudiantes utilizan textos de otras carreras que ayudan a potenciar sus conocimientos.

Al respecto, concuerda Alejandra Cobo Avello, quien se prepara para enfrentar su segundo año también en esta universidad. Ella explica, además, que debido a la falta de promoción de esta licenciatura -y a que en Ciego de Ávila es relativamente nueva-, en un principio no sabía de qué trataba. Como la información disponible era poca, tuvo que investigar en internet acerca del perfil académico, el cual le gustó y terminó apostando por ella.

Yessica León Reyes, egresada de la licenciatura y quien labora en la Dirección de Extensión Universitaria da la UNAH, apunta que las dificultades más significativas en torno a estos estudios se centran en dos aspectos: la incorporación al trabajo; y las diferencias en cuanto la remuneración por su servicio.

En primer lugar, en ocasiones los empleadores no conocen el amplio campo de acción de estos profesionales, por lo que los ubican en plazas inadecuadas y no aprovechan al máximo sus capacidades. Y, por otra parte, la disparidad en los salarios llega a ser en algunos casos excesiva, pues depende, en gran medida, del sector laboral en que se desempeñen.

Sin embargo, aun con todos los retos que enfrenta, la carrera ha logrado enamorar a no pocas personas: a Clara Noblet Espinosa entre ellas. La joven es Técnico Medio en Informática y Especialista en Control de Flota; pero siempre le han gustado las letras y la comunicación, por lo que decidió matricular en la especialidad, con 33 años y un embarazo de siete meses.

«Sabía que me iba a tocar empezar recién parida. Es sacrificado estudiar y ser madre; incluso, he tenido que llevar a la niña a hacer pruebas conmigo. La verdad en un principio había iniciado la licenciatura sin conocer demasiado sobre ella, pero ahora estoy bastante interesada y me está motivando», alega Clara, quien cursa primer año en la Universidad de Guantánamo.

En tanto, la Jefa del Departamento de Gestión Sociocultural de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la UNAH, Suset Piñeiro Corado, refiere que a pesar de todas estas dificultades ha crecido la demanda de la carrera: «Desde hace dos años tenemos aulas de unos 30 estudiantes, cuando la matrícula tradicional era de 15 o 20».

«Actualmente, en el territorio santiaguero la licenciatura tiene presencia en siete de sus nueve municipios, con una matrícula de casi 300 estudiantes. Cabe destacar que, en los últimos tres años, se han incorporado trabajadores por cuenta propia y recién graduados de Bachiller, lo que da cuenta del interés que ha despertado», afirma Dagmara Hierrezuelo Alvarado, coordinadora de la especialidad en la Universidad de Oriente,

Quienes optan por la Gestión Sociocultural para el Desarrollo están comprometidos no solo con su preparación y crecimiento laboral, sino también con su papel como gestores para la transformación, en una sociedad tan compleja como la que tenemos hoy en la Isla; donde se apuesta por el desarrollo local y potenciar, en ese sentido, las habilidades individuales y colectivas. Las trabas, muchas; mas los deseos de estos estudiantes y profesionales de una Cuba mejor, son aún mayores.

Por Carla del Pino Barbosa y Amanda Pérez.Alma Mater

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