Cuatro poemas escritos por grandes personajes y poetas de América Latina sobre el máximo líder la Revolución Cubana.
Canto a Fidel
Vámonos,
ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos
a libertar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos,
derrotando afrentas con la frente
plena de martianas estrellas insurrectas,
juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.
Cuando suene el primer disparo y se despierte
en virginal asombro la manigua entera,
allí, a tu lado, serenos combatientes,
nos tendrás.
Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos
reforma agraria, justicia, pan, libertad,
allí, a tu lado, aguardando la postrer batalla,
nos tendrás.
El día que la fiera se lama el flanco herido
donde el dardo nacionalizador le dé,
allí, a tu lado, con el corazón altivo,
nos tendrás.
No pienses que puedan menguar nuestra entereza
las decoradas pulgas armadas de regalos;
pedimos un fusil, sus balas y una peña.
Nada más.
Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
pedimos un sudario de cubanas lágrimas
para que se cubran los guerrilleros huesos
en el tránsito a la historia americana.
Nada más.
-Ernesto Che Guevara, 1956
A Fidel Castro
Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen
palabras en acción y hechos que cantan,
por eso desde lejos te he traído
una copa del vino de mi patria:
es la sangre de un pueblo subterráneo
que llega de la sombra a tu garganta,
son mineros que viven hace siglos
sacando fuego de la tierra helada.
Van debajo del mar por los carbones
Y cuando vuelven son como fantasmas:
se acostumbraron a la noche eterna,
les robaron la luz de la jornada
y sin embargo aquí tienes la copa
de tantos sufrimientos y distancias:
la alegría del hombre encarcelado,
poblado por tinieblas y esperanzas
que adentro de la mina sabe cuándo
llegó la primavera y su fragancia
porque sabe que el hombre está luchando
hasta alcanzar la claridad más ancha.
Y a Cuba ven los mineros australes,
los hijos solitarios de la pampa,
los pastores del frío en Patagonia,
los padres del estaño y de la plata,
los que casándose con la cordillera
sacan el cobre de Chuquicamata,
los hombres de autobuses escondidos
en poblaciones puras de nostalgia,
las mujeres de campos y talleres,
los niños que lloraron sus infancias:
ésta es la copa, tómala, Fidel.
Está llena de tantas esperanzas
que al beberla sabrás que tu victoria
es como el viejo vino de mi patria:
no lo hace un hombre sino muchos hombres
y no una uva sino muchas plantas:
no es una gota sino muchos ríos:
no un capitán sino muchas batallas.
Y están contigo porque representas
todo el honor de nuestra lucha larga
y si cayera Cuba caeríamos,
y vendríamos para levantarla,
y si florece con todas sus flores
florecerá con nuestra propia savia.
Y si se atreven a tocar la frente
de Cuba por tus manos libertada
encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas:
la sangre y el orgullo acudirán
a defender a Cuba bienamada.
-Pablo Neruda, Canción de gesta (1960)
Fidel
Dirán exactamente de fidel gran conductor el que incendió la historia etcétera pero el pueblo lo llama el caballo y es cierto fidel montó sobre fidel un día
se lanzó de cabeza contra el dolor contra la muerte
pero más todavía contra el polvo del alma la Historia parlará de sus hechos gloriosos prefiero recordarlo en el rincón del día
en que miró su tierra y dijo soy la tierra en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo y abolió sus dolores sus sombras sus olvidos y solo contra el mundo levantó en una estaca su propio corazón el único que tuvo lo desplegó en el aire como una gran bandera como un fuego encendido contra la noche oscura, como un golpe de amor en la cara del miedo,
como un hombre que entra temblando en el amor
,alzó su corazón lo agitaba en el aire
,lo daba de comer de beber de encender,
fidel es un país
,yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro,
la Historia arreglará sus cuentas allá ella,
pero lo vi cuando subía gente por sus hombros.
Buenas noches Historia agranda tus portones,
entramos con fidel con el caballo
-Juan Gelman, Gotán (1962)
El perfil de Fidel Para hablar de Fide l
hay que cederle la palabra al mar,
pedir su testimonio a las montañas.
El Turquino canta y cuenta su biografía,
los árboles lo recuerdan,
saben su edad y repiten su nombre.
La edad de Fidel
es la edad de los framboyanes en flor,
la enhiesta edad de su barba verde olivo.
Todos lo sabemos:
los héroes no tienen edad,
tienen historia,
hacen la historia,
son la historia.
No le arredra a Fidel la cuadratura del Pentágono
ni las bravatas al rojo de cara pálida
en la hora oscura de la Casa Blanca.
Quien lo dude puede ver en alerta al héroe
y un millón de cubanos cara al Norte
en el Malecón de La Habana.
Él es América Negra,
América Hispana,
América Andina:
el perfil de Fidel
es el perfil
de América Latina.
-Arturo Corcuera
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