¿Cómo alejarse del exceso de orgullo y del narcisismo? Veamos varios consejos para ser más humilde.
La humildad es una virtud esencial para mantenernos en armonía con nosotros mismos y con nuestros iguales. Las personas humildes por lo general tienen menos conflictos en su vida diaria y por tanto, disfrutan de un mejor bienestar emocional.
En este artículo daremos un repaso a algunos consejos que te ayudaran a saber cómo ser más humilde. Teniendo en cuenta que cada persona posee características de personalidad distintas, es probable que algunos consejos te sean más efectivos que otros dependiendo de cada caso.
¿Cómo ser más humilde?
En las próximas líneas veremos un listado de recomendaciones para ser más humilde en nuestra vida cotidiana, y de esta manera tener una mejor relación con los demás y sentirnos mejor respecto a nosotros mismos.
- Evita valorar a las personas por sus posesiones
Ten en cuenta que independientemente de las posesiones materiales que puedan llegar a tener una persona, estas no definen el valor real que tenga dicha persona. Aprende a tener más en cuenta aspectos de su personalidad, en lugar de sus pertenencias.
- Evita valorar a las personas por su posición social
Independientemente de la posición económica, o del cargo que pueda tener una persona, esos motivos no son lo suficientemente válidos como para hacernos una valoración completa de esta persona; lo ideal es que valores a los demás fijándote en lo que hacen, como la forma en que trata a los demás y su forma de comunicarse.
- Abraza el trato igualitario
Las relaciones de igualdad que mantenemos con los demás definen en gran medida nuestra humildad. Si tenemos la percepción de que estamos por sobre los demás y lo demostramos constantemente en nuestro trato hacia ellos, entonces estamos actuando en base a una superioridad irracional.
Lo ideal es tener presente que nadie es más que los demás, sin importar las diferencias que podamos tener con los otros (que siempre las habrá), todas las personas merecen un trato respetuoso por solo hecho de ser personas con calidad de ser humano, al igual que nosotros.
- Considera que no siempre tienes la razón
La humildad también se ve reflejada en la manera como nos expresamos, y en como exponemos nuestros puntos de vista ante los demás.
Es importante saber que no somos los dueños de la razón absoluta, respetar las opiniones y puntos de vista de otros no hace sujetos más humildes.
- Entiende y acepta cuando te equivocas
Reconocer cuando nos hemos equivocado también es una conducta característica de las personas humildes. No hay nada de malo en hacerlo, todo lo contrario; cuando somos capaces de reconocer nuestros errores creemos como personas (porque aprendemos de ellos) y ganamos en humildad.
- Sigue el ejemplo de las personas sencillas
Somos seres bio-psico-sociales, lo que quiere decir que la sociedad juega un papel fundamental en nuestra manera de comportarnos. De igual modo que nosotros también influimos en los demás.
En vista de ello, podemos aprender de las personas humildes que nos rodean, viendo cómo se comportan en determinadas situaciones e incorporando algunas de sus conductas a nuestra vida diaria.
- Ten confianza en los demás
Este punto se refiere a que en primera instancia, lo ideal es darles un voto de confianza a las personas, evitando hacer juicios de valor negativos de ellas. Luego, con el pasar del tiempo, dicha confianza irá en aumento o disminuirá, dependiendo de la relación entre ambos.
- Trata de mostrarte accesible hacia los otros
Las personas humildes están dispuestas a colaborar con otros en la medida de sus posibilidades, y se encargan de que los demás lo noten.
Intenta mantener una actitud de colaboración y solidaridad con tus semejantes, haciéndoles saber que estás dispuesto a ayudarlos cuando te sea posible hacerlo.
- No te excedas en tu humildad
La humildad debe ser una conducta sincera y meditada; trata de no incurrir en los excesos al querer ayudar a todos sin tener en cuenta las circunstancias o el cómo eso puede afectar de alguna manera, ser humilde no implica ser un salvador omnipotente.
Ten siempre en cuenta que en algunos momentos habrá situaciones que escapen a tu control, o personas las cuales no quieran tu ayuda; todas esas situaciones debemos entenderlas y respetarlas. La humildad nunca puede ser una conducta forzada.
- Agradece lo bueno que recibes
Cuando sabemos agradecer las cosas buenas que nos pasan en la vida, aunque esas cosas sean producto de nuestro propio esfuerzo, estamos haciendo un ejercicio de humildad.
Dar las gracias resulta tan satisfactorio para quien las da como para quien las recibe, expresa amabilidad y da la sensación de que no te sientes por encima de nadie.
- Practica la generosidad
La generosidad representa humildad, en todas sus formas. Cuando podemos compartir lo que tenemos con alguien que lo necesita, estamos dándole más valor a la persona que a los objetos materiales que poseemos. Y de eso se trata la humildad, de entender que las personas están por encima de nuestros bienes, en vez de considerar estos últimos una extensión de nuestro cuerpo.
Autor: Andrés Carrillo
Tomado de: Psicología y mente
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