Todos venimos a este mundo con un don. A unos les resulta más fácil que a otros descubrirlo. No sabemos si nuestro destino será salvar vidas humanas, entretener a los demás con un gran talento, ser campeón olímpico o una gran estrella del cine.
Los dones, y cuando me refiero a ellos aludo a las posibilidades que desarrollamos cada persona para superarnos en la vida, no tienen que ser solo estos que mencioné que son, tradicionalmente, los conocidos; para nada, el trabajo que se desarrolla con el objetivo de ennoblecer a la esencia humana siempre será el primordial.
Hablemos hoy de un oficio que requiere especialmente de un don, y ese es precisamente el ser constructor, ese hombre que hace posible que los cálculos y proyecciones se concreten en majestuosas y admirables obras de arte.
Esos hombres que con desvelo y sacrificio brindan a sus semejantes la posibilidad de disfrutar una obra nueva. Para ellos en su día –cinco de diciembre- el más sincero agradecimiento y la exhortación a que sigan trabajando con el mismo ímpetu de cada jornada.
La fecha honra la memoria de Armando Mestre Martínez, albañil que abrazó las ideas revolucionarias de Fidel y lo acompañó en la gesta del Moncada y la expedición del yate Granma. La conmemoración está dedicada también a nuestro invicto Comandante en Jefe.
La propuesta de Fidel durante el Congreso Obrero de 1972, fue largamente ovacionada. Nacía así una efeméride que tiene raíces profundas en nuestro pueblo y que agrupa a operarios de los más diversos oficios, ayudantes, arquitectos, ingenieros, profesionales y técnicos de distintas ramas, en fin, a todos los trabajadores vinculados al sector de la construcción.
Son ellos hombres y mujeres que con su esfuerzo, entrega, talento y disposición, proyectan y edifican fábricas, industrias, hospitales, viviendas, y dejan a su paso carreteras, autopistas, presas, canales magistrales…
Son cubanos conscientes de que “Revolución es Construir”.
Escrito por: Uvald Espinosa Morell
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