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EL PAN TOSTADO QUEMADO

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Luego de un largo día trabajando, mi mamá sirvió de cena a mi papá un plato con salchichas y pan tostado que estaba bastante quemado. Yo esperaba para ver si alguien notaba el pan quemado, pero mi padre lo único que hizo, a pesar de haberlo notado, fue tomar uno de los panes y preguntarme como me había ido en el día.

 Mientras le contestaba, untó mantequilla y mermelada al pan y se lo comió completamente. Cuando ya me iba a dormir, escuché a mi madre pidiendo disculpas a mi papá por los panes quemados. Mi papá le respondió: «Cariño, no te preocupes, a veces me gustan los panes muy tostados.»

Cuando fui a dar las buenas noches a mi padre, le pregunté si en verdad le gustaban los panes quemados. El me respondió:

«Tu mamá de seguro tuvo un largo día de trabajo y por ello debe estar muy cansada. Además, un pan tostado quemado no le hace daño a nadie. En la vida encontrarás cosas imperfectas y gente imperfecta. Nadie es perfecto.

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