Con la Asamblea de Balance del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila, este 25 de marzo, concluye un proceso de balance que ha venido desarrollándose desde el mes de noviembre en todo el territorio.
La mirada crítica del Informe que será presentado a los más de 150 delegados e invitados deja en evidencia las dificultades de la provincia en un año peculiarmente difícil y algunos indicadores recogidos en él vienen a confirmarlo.
Las exportaciones se quedaron por debajo de lo previsto; sobre todo el azúcar y el carbón. Se incumplieron las ventas netas y crecieron las entidades con pérdidas. Aumentó la mortalidad del ganado vacuno, la natalidad solo llegó al 46 por ciento y, encima, se dejaron de acopiar unos cuatro millones de litros de leche, afectando, incluso, la entrega a las dietas médicas. Las inversiones se quedaron al 67 por ciento y los ingresos del territorio no permitieron cubrir los gastos, el déficit superó los 2 700 millones de pesos.
Esas son, apenas, algunas de las afectaciones que agravaron la pandemia, la falta de recursos y de liquidez. De ahí que el Partido llame a un cambio de mentalidad para transformar el quehacer de empresas y entidades productivas y recuperar indicadores económicos que permitan sustentar la obra social de la Revolución; y convoque a “un análisis crítico de lo que resta por hacer”.
A esta cita del viernes 25 de marzo le antecedieron las asambleas municipales del Partido, intercambios a los que Invasor dio cobertura detallada y que ahora resume en algunos de sus principales planteamientos.
La primera fue el 7 de noviembre. Entonces dijimos que Ciro Redondo puede (y debe) hacer más.
Tal aseveración descansó, sobre todo, en la caña de azúcar, renglón fundamental de ese municipio que aún no ha podido acoplar Bioeléctrica y Central después de muchos después.
Producir azúcar y generar corriente no ha sido un ensamblaje feliz. Ya lo reflejaba Invasor durante uno de los recorridos del vice primer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, a ese enclave.
No obstante, lo peliagudo del sector se daba mucho antes de ese proceso: falta caña. Allí existen más de 8 000 hectáreas (ha) que no tienen sembrada la gramínea y deberían haberla tenido plantada… y una buena parte, hasta cortada.
Luego, en Florencia, dijimos que el debate tuvo un manojo de pendientes, y el término tabacalero calificó también el proceso que no pudo centrarse solo en la hoja, debido al “manojo” de problemas.
Invasor lo respaldó con un dato de la Empresa Agropecuaria, radicada en el municipio, del Grupo TABACUBA: “de las 26 unidades que se subordinan a esa instancia 13 operan con pérdidas. Y aunque todas no tienen al tabaco como su actividad fundamental, el entorno es, precisamente por eso, preocupante; por los ingresos dejados de captar y por la escasez de alimentos que ello genera (o la obligación de “importarlos” desde otros territorios avileños)”.
Esa fue la cita textual de un proceso que se centró también en la producción de alimentos y resaltó, no obstante, la calidad de la capa de tabaco. Y lo acaba de confirmar este diario en una nota reciente.
Para mediados de noviembre dijimos que Chambas tenía el reto de salir adelante por sí misma.
Lo sustentamos en el segundo párrafo de aquella nota informativa. Sin adornos: “Que el territorio alcance un autoabastecimiento de 29,2 libras per cápita de productos agrícolas, cercano al propósito de las 30, es un resultado positivo, pero no complaciente. La estadística se entiende así, cuando en varias comunidades los abastecimientos no son constantes y el municipio incumple la siembra de cultivos rústicos como la yuca, el boniato, la malanga y el plátano en todas sus variedades”.
En el otro sector de puntería presentaban una situación similar a Ciro Redondo; faltaba caña. El reportero de Invasor lo hizo notar cuando destacó que si se echaba a andar al Enrique Varona, después de tres años paralizado, la caña disponible sería insuficiente ante los bajos rendimientos que presentan las plantaciones.
Luego Invasor se fue a Primero de Enero y dijo que allí tenían que poner los pies en la tierra.
La metáfora era exacta; sobre todo para los cañeros que presentaban apenas el 25 por ciento de las hectáreas cubiertas. Contrastaba con ellos el ejemplo de la Empresa Agropecuaria Arnaldo Ramírez y su director destacaba algunos ingredientes de la “fórmula”.
“Es que seguimos esperando los químicos y fertilizantes, y se ha demostrado que, sin sustituirlos, los medios biológicos, como el humus de lombriz, por ejemplo, ayudan mucho”, admitía entonces Jorge Maceo Lorenzo.
Mientras, en Baraguá, apostaron por un Partido que incida en la solución de los problemas.
Durante la cobertura de esa asamblea se insistió en las grandes potencialidades del municipio en el sector agrícola, con unas 1 800 hectáreas (ha) ociosas que pueden sembrarse de cultivos, como yuca, malanga, boniato y plátano, que no demandan muchos insumos.
No obstante, el hilo conductor que guio los debates en el cónclave, dijo Invasor, fue “cómo los militantes comunistas, desde su puesto de trabajo, pueden accionar más decisivamente en la solución de los problemas a pesar de las serias limitaciones que se afrontan; las claves están en tres palabras: orden, disciplina y exigencia”.
Después, el 29 de noviembre, señalamos que Bolivia navegaba en un mar de dificultades. La situación de la vivienda en un territorio golpeado por los bandazos de Irma así lo reflejaba. De las 204 casas que debían concluir, apenas, se habían entregado 26. El número la “batía duro”, además, por lo dramático de un contexto que Invasor recordaba entonces.
“Hace cuatro años Irma le arrebató 681 hogares y más de la mitad todavía está pendiente, por lo que la demora en la ejecución posterga un tiempo que, para muchos, ya es demasiado”.
Las deudas allí llegaban hasta la pesca, que no logró cumplir su plan de captura, enredada por un foco epidémico que la tuvo durante dos meses con nueve pescadores. Por más que sus indicadores fueron envidiables y lograron entregar una tonelada de pescado con el consumo de solo 36 litros de petróleo y la línea de surtidos se incrementó hasta ocho, el tiempo no estuvo a favor. Con el atraso de casi 90 días, y a un mes de cerrar el año, la captura andaba por 232 toneladas y el plan anual seguía fijo en 300.
Luego, contamos que Venezuela iba camino a la transformación. Y los indicadores en la pesca así lo evidenciaron. La falta de combustible les permitió a los camaroneros navegar dos meses, de los seis que tenían previstos, y, aun así, de los 8 millones de dólares que debían captar (por plan), acabaron aportando más de 10.
Tal mérito, apuntó Invasor, no descansó en que el camarón variara su precio en el mercado internacional (o no hubiera sido mérito alguno). Se exportaron 30 toneladas menos, lo que fue un camarón de mayor talla y con un adecuado procesamiento industrial.
Los militantes de Majagua, por su parte, resaltaron la necesidad del crecimiento en lo político y lo económico.
Una de las preocupaciones de la cita fue “el decrecimiento de la militancia, y cómo revertir la tendencia, pero sin perder calidad en el proceso de nuevas incorporaciones”.
Este diario llamó la atención en cómo de la principal cantera de la organización política, la Unión de Jóvenes Comunistas, solo se sumaba el 30 por ciento de su potencial, cuando debiera ser igual o superior que la mitad. El contexto lo “justificaba” además: el 41,6 por ciento de los militantes de ese territorio tienen más de 55 años.
En los temas económicos precisamos que “los cuadros tengan más emprendimiento, iniciativa, aprovechar al máximo las medidas aprobadas por la dirección del país, arriesgar más, teniendo como límites los principios de la Revolución”. Ese fue uno de los llamados.
A inicios de año, el 16 de enero, publicamos que, en Morón, las transformaciones tenían que verse. Entonces comenzamos así la cobertura: “El camino que va de la teoría a la práctica no ha podido acortarse en Morón y, aun cuando los debates de la Asamblea Municipal del Partido apostaron por la transformación de la realidad, los indicadores que se manejan en el municipio muestran que la distancia entre “el dicho y el hecho” no ha sido recorrida en todos los casos”.
Por eso el título de la nota… y el debate de su militancia, comprometida a hacerse notar y a sostener un debate profundo, real.
Uno de los delegados lo sustentó con un ejemplo: “no hay claridad en las nuevas medidas, se sigue actuando a la vieja usanza. Se paga utilidad sin respaldo productivo y entonces hay más salario, pero no más galletas ni más pan. El control del presupuesto se soslaya y entregamos, por ejemplo, una casa, y luego la venden y no retorna ese dinero. Por eso el análisis no puede estar solo en si se cumplen o no las ventas, hay que proteger los recursos que el Estado pone en las entidades”.
No obstante, no fue esa una situación absoluta. La emblemática Empresa Genética de Turiguanó buscó alternativas para poder cumplir con sus ventas ante la caída del Turismo durante 2021 y logró utilidades por 24 millones de pesos.
El proceso asambleario cerró los debates a nivel municipal en el municipio cabecera. En Ciego de Ávila se apostó por transformar la realidad en beneficio del pueblo.
Asimismo, se coincidió en “la necesidad de que la comunicación hecha desde las redes sociales de Internet se construya desde una visión más coherente con la realidad; porque, en ocasiones, y con el ánimo de resaltar lo positivo de algo, generamos un problema mayor si no ponderamos las aristas filosas de su contexto”.
Se insistió también en la necesidad de incidir más en la solución de insatisfacciones del pueblo, como “la recogida de desechos sólidos, el estado de deterioro y falta de higiene del cementerio, el mejoramiento de las redes de abasto y saneamiento de agua, completamiento del cuadro básico de medicamentos, entrega de viviendas a damnificados y personas vulnerables, así como el incremento excesivo de los precios en productos y servicios”.
En el debate se resaltaron, además, proyectos como el de Media Luna, que “hablan de lo oportuno de potenciarlos más en pos de sustituir importaciones, generar empleos y beneficios a las comunidades”.
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