Las medidas adoptadas en La Habana para enfrentar el nuevo brote de la Covid-19, las insatisfacciones de la ciudadanía en lo referido a la implementación del ordenamiento monetario y las acciones para garantizar la demanda de alimentos, entre otros asuntos, figuraron en la agenda.
Díaz-Canel convocó en el encuentro a trabajar con inteligencia, de una manera organizada, sin burocracia y sin enlentecer procesos, como único método para avanzar en las complejas circunstancias que tiene e país.
Sobre el impacto de la pandemia en la capital, donde existen casos confirmados en los 15 municipios y la tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes se incrementó a 58,5, el jefe de Estado indicó no perder de vista acciones como el pesquisaje profundo y amplio, para actuar con oportunidad y disminuir las posibilidades de contagio.
Asimismo, llamó la atención acerca del tratamiento a los grupos vulnerables y el permanente seguimiento a las capacidades de ingresos.
Apuntó que en este momento es preciso mantener vivas las actividades económicas, productivas y de servicios, por lo que ello demanda mayor rigor en el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias y no descuidarlas hasta que esté disponible la vacuna e incluso más allá.
En cuanto al ordenamiento, enfatizó en que se trata de una tarea de mucha envergadura, porque llega a todos los elementos de la economía y de la sociedad; transparenta la ejecución de las entidades y brinda mayores posibilidades al sector empresarial para convertirse en el actor económico que necesita el país, añadió.
‘Subieron los salarios, subieron los precios, y lo que tenemos que lograr es que la relación entre ellos, en el ordenamiento, sea mejor que la de antes’, comentó y destacó la importancia de enfrentar las ilegalidades, como el incremento indiscriminado de precios y la venta de divisas.
En este sentido resaltó el papel de los dirigentes, que deben estar atentos a todos los asuntos, particularmente a lo relacionado con la inflación, los problemas del empleo y la situación de los vulnerables, pues se trata no solo de un fenómeno económico, sino de un proceso político, uno de los más amplios y de mayor envergadura que ha asumido la Revolución cubana.
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