Las relaciones externas, incluidas las internacionales, en cualquier esfera, país o época histórica, se derivan del carácter de las relaciones económicas, políticas y sociales internas, subordinándose a sus postulados esenciales. Esa relación recíproca no significa pasividad de lo externo, ya que las relaciones internacionales a su vez inciden sobre las relaciones internas. Existe por tanto una interdependencia recíproca entre ambos grupos de relaciones, donde, cada vez más, las relaciones internacionales acrecientan su accionar e influencia.
A su vez, en el plano internacional, la dimensión del proceso de globalización excluye la posibilidad de que algún sector o esfera de la vida económica, social, cultural, política, etcétera pueda escapar a sus hipervínculos. A su vez, esa tendencia globalizadora está soportada en un poderío financiero, científico, tecnológico y mediático que garantiza eficazmente su expansión en la cual se inserta la educación superior.
En ese mundo globalizado la internacionalización universitaria constituye un aspecto clave para las instituciones de educación superior (IES), ya que es imprescindible para su desarrollo establecer vínculos, tanto a lo interno de cada país como con el exterior. En las condiciones actuales, con una globalización cada vez más abarcadora esta necesidad se potencia y abarca todas las esferas.
Como nunca antes, alcanzar una educación de calidad en todos sus niveles requiere de una mayor interrelación entre las Instituciones de Educación Superior tanto a lo interno de cada país como a nivel internacional sobre la base de la defensa de la identidad nacional. En particular los países del sur se debaten en la contradicción existente entre la necesidad de insertarse en las tendencias mundiales de avanzada, y la importancia de mantener sus valores y principios en medio de la fuerte confrontación que existe para evitar la imposición de patrones tendientes a una nueva colonización cultural.
Este trabajo aborda la internacionalización universitaria en dos planos. En el primero se esbozan los principales elementos conceptuales que marcan la internacionalización de la educación superior en el mundo y sus tendencias actuales. En el otro plano, se realiza un análisis de la evolución del proceso de la internacionalización en las IES del ministerio de educación superior de Cuba, destacando sus etapas, principales indicadores y proyecciones.
LA INTERNACIONALIZACIÓN EN EL DESARROLLO UNIVERSITARIO
La universidad y por extensión todas las Instituciones de Educación Superior, se han caracterizado desde su surgimiento por su carácter universal y ecuménico. En la actualidad los vínculos exógenos son un factor cada vez más importante para desarrollarse, apropiándose del acervo cultural existente internacionalmente. De ahí que la internacionalización constituya hoy uno de los requisitos imprescindibles en la estrategia de perfeccionamiento de las instituciones educativas, por la contribución que aportan tanto desde el punto de vista del conocimiento, las buenas prácticas, así como por los recursos que se comparten para lograr elevar la calidad de la educación superior.
El gran reto que tienen las IES está relacionado con el perfeccionamiento de sus procesos sustantivos, en particular la formación de pre y posgrado y la investigación; al demandarse por parte de la sociedad, de una mayor pertinencia que se refleje en la calidad y eficiencia de estos procesos, una mayor vinculación y respuesta a los problemas de la sociedad, así como responder a las demandas del mercado laboral. Para lograr esos objetivos esenciales es imprescindible alcanzar elevados niveles de eficiencia y eficacia en todos los procesos universitarios, para lo cual se requiere de métodos y sistemas de gestión que reúnan lo más avanzado a escala mundial, en función de ello la estrategia de internacionalización de las IES deberá estar en correspondencia con las transformaciones que tengan lugar en la educación superior, teniendo en cuenta que la creciente ampliación del sector servicios en la vida económica, y dentro de ellos los educacionales, está interrelacionado con la internacionalización de la educación superior y con la explosión científico-técnica contemporánea.
En este contexto se debe señalar que la internacionalización de la educación superior cubana pese a los cambios que se han producido en la arena internacional, ha avanzado desde el punto de vista organizativo y, de forma paulatina, brinda un mayor nivel de respuesta a las necesidades de la educación superior y del país. Sin negar tales avances experimentados, dadas las condiciones concretas de Cuba, aún existen actualmente algunas barreras que limitan el desarrollo de la internacionalización.
La universidad como institución solo podrá alcanzar su máximo desarrollo y su esencia de universalidad si se inserta plenamente en el proceso contemporáneo de internacionalización de la educación superior, el cual, a su vez, es una parte consustancial de la globalización cultural científica y académica que transcurre de manera objetiva a escala mundial.
La internacionalización de la educación superior se produce en tres grandes niveles: a escala global, a nivel de cada país y hacia lo interno de cada institución. Esta solo tiene sentido si rebasa los marcos de una élite, de una minoría y sitúa sus bondades al alcance de toda la comunidad universitaria. A nivel nacional tiene que involucrar a todas las IES y a escala mundial el reto es que ningún país quede excluido de este decisivo proceso.
Sin la internacionalización no es posible mejorar, a niveles competitivos, la calidad de la educación superior como prerrequisito imprescindible para eliminar las diferencias en la formación académica existente en la actualidad entre los diferentes países. En la medida en que todos estamos inmersos en ese proceso, se hace inevitable una superior gestión por cada país e institución de la internacionalización universitaria en provecho de los intereses más genuinos de cada país y de la comunidad universitaria de cada lugar.
No existe una estrategia única, como se proclama desde los grandes centros de poder, para insertarse en ese proceso. Por tanto, el principio rector tiene que corresponderse con lo que realmente necesita cada país e institución. Lo anterior conduce a la idea de que las modalidades que se desarrollen no pueden ser copiadas, sino que tienen que ser congruentes con los procesos endógenos y las condiciones específicas de cada lugar.
Como se ha señalado anteriormente, en la etapa contemporánea no es posible un desarrollo pleno de las instituciones de educación superior si no se gestionan adecuadamente las diferentes modalidades de la internacionalización universitaria. A su vez, en la medida en que las instituciones de educación superior se van consolidando y haciéndose cada vez más competitivas, estarán en mejores condiciones de utilizar a través de la internacionalización lo más avanzado en investigación, innovación y formación académica a escala mundial.
Es importante tener claridad de las razones para internacionalizar la educación superior, ya que estas inciden en el proceso de internacionalización de una organización o institución y tiene un reflejo directo en las políticas y programas que se implementen. A su vez, dichas razones van a influir en los beneficios esperados los cuales tendrán mayor o menor éxito en función de las políticas, las estrategias y el sistema de seguimiento y evaluación desarrollado por los directivos, los gestores y la comunidad universitaria en general.
Las razones fundamentales que determinan la internacionalización de la educación superior pueden ser políticas, económicas, socioculturales y académicas.
Según Hans de Wit, (citado por Camacho y Mónica, 2017) en lo político se incluye «la política exterior, la seguridad nacional, la asistencia técnica, la paz y la comprensión mutua, la identidad y la identidad regional. En lo económico considera el crecimiento económico, la competitividad, el mercado de trabajo, la demanda educativa nacional y los incentivos financieros para instituciones y gobiernos» (p. 34). En la razón sociocultural a la vez incluye
la identidad nacional/cultural, el entendimiento cultural y el desarrollo de la ciudadanía, mientras que en lo académico abarca la dimensión internacional de la investigación y la docencia, la ampliación del horizonte académico, desarrollo institucional, estatus y perfil mejora de la calidad y estándares académicos internacionales. (Camacho y Mónica, 2017, p. 34)
La época contemporánea se caracteriza, como nunca antes, por el incremento de la competitividad, tanto entre naciones, como entre individuos. Quien no es competitivo, no triunfa, no importa ya el régimen social de que se trate, aunque haya países donde se adopten medidas que protegen a todos los miembros de la sociedad, sin que ello signifique que estén totalmente al margen de esa realidad.
Las exigencias actuales de la educación superior implican que los profesionales deben desempeñarse eficazmente como verdaderos ciudadanos globales, capaces de interactuar con especialistas de diferentes nacionalidades y de ofrecer soluciones a los problemas que enfrenta la humanidad, sobre la base del respeto a la identidad de cada pueblo.
Lo dicho anteriormente reafirma que la internacionalización de la educación superior se ha convertido en uno los procesos claves para el desarrollo de las instituciones universitarias. En la medida que este proceso se ha ido institucionalizando y asumiendo como necesario, tanto por los decisores, como por la comunidad universitaria, se han ampliado las modalidades para lograr realmente que la dimensión internacional se integre cada vez más en las funciones sustantivas de cada organización. Sin embargo, pese a los avances en este sentido, la internacionalización aún no se desempeña con la plenitud requerida, dadas las enormes necesidades y las posibilidades insuficientemente aprovechadas para accionar sobre los procesos sustantivos.
La reconocida especialista Joscelyne Gacel-Ávila (2006) defiende que la internacionalización es
un proceso que integra en las funciones sustantivas de las instituciones de educación superior una dimensión global, internacional, intercultural, comparada e interdisciplinaria, cuyo alcance es el fomento de una perspectiva y consciencia global de las problemáticas humanas en pro de los valores y actitudes de una ciudadanía global responsable, humanista y solidaria. (p. 61)
Esta posición es compartida por la mayoría de los involucrados en esta temática tanto teóricos, como gestores. De esta manera, considero que la internacionalización debe enfocarse entonces, como el proceso transversal que involucra a toda la comunidad universitaria integrando la dimensión internacional e intercultural, en las funciones sustantivas de la educación superior con el objetivo de elevar la calidad académica y científica de las universidades formando un profesional con competencias globales capaz de contribuir al desarrollo y bienestar de su sociedad y de su entorno local, sobre la base de principios humanistas y solidarios.
El proceso de internacionalización de la educación superior transcurre plagado de contradicciones de todo tipo, en primer lugar, las derivadas del sello neoliberal de la globalización; en segundo lugar las generadas por las marcadas diferencias existentes entre el norte y el sur y, en tercer lugar, por la subutilización de las oportunidades que se dan como parte del propio proceso de internacionalización que no son utilizadas en todas sus potencialidades por aquellos países e instituciones más urgidas de los beneficios que brindan los vínculos académicos, culturales y científicos.
Por tanto, aunque es cada vez mayor el consenso de la comunidad universitaria internacional para enfrentar estos trascendentales retos, aún el carácter de esa globalización contamina, con sus implacables principios políticos y económicos, los vínculos educacionales internacionales. La educación, al caer inexorablemente en su órbita, se ve amenazada por la tendencia neoliberal.
Esa intromisión neoliberal en los campos de la educación se ha visto reforzada por la incesante inclusión del sector educacional en acuerdos comerciales multilaterales cubiertos por la Organización Mundial del Comercio y otros. Esos acuerdos multinacionales entre países con capacidades diferentes, al tratarse la educación como un «sector» más, propende a privilegiar lo comercial por encima de los intereses y necesidades genuinas de los jóvenes.
Tendencias actuales de la internacionalización universitaria
Las principales tendencias de la internacionalización en la etapa actual están determinadas por la necesidad de que la dimensión internacional se asuma por las instituciones de educación superior como parte consustancial de su quehacer diario y en consecuencia abarque, una parte cada vez mayor de la comunidad universitaria. Esto ha provocado cambios en los enfoques y vías en que se gestiona la internacionalización marcando nuevas tendencias que involucre activamente, desde la base, a profesores, estudiantes, directivos y gestores en el logro de un objetivo compartido, tal y como aparece declarado en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. En particular el Objetivo 4 referido a una Educación de Calidad plantea con respecto a la Educación Superior: «asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria» y «aumentar considerablemente la oferta de docentes calificados, incluso mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo» (Naciones Unidas, 2015, p. 10).
Para alcanzar estos objetivos, será necesario que los países y en particular las IES, logren una implementación, cada vez más amplia y eficaz de las diferentes tendencias donde se resaltan la internacionalización de la investigación, la internacionalización en casa, la internacionalización del currículum y la internacionalización de la formación docente.
La internacionalización de la investigación es entendida como la expresión de la dimensión internacional en las políticas científicas de cada país, así como en las actividades desarrolladas por los investigadores, gestores y decisores de las políticas de ciencia y tecnología. Es un proceso dinámico en el cual a partir de los resultados de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+I) se persigue potenciar la calidad de la ciencia, promover la movilidad académica y ampliar la visibilidad internacional.
Las interrelaciones que se establecen entre investigadores de diferentes países inciden de manera cada vez más decisiva no solo en la especialización y capacitación de los mismos, sino que también permite optimizar recursos a partir de la creación de capacidades y el establecimiento de consorcios, programas, redes y proyectos de cooperación internacional gestados sobre la base de intereses comunes. Al decir de Jesús Sebastián y Rodolfo Barrere (2018), «los esquemas para la difusión de los resultados y las copublicaciones son, probablemente, de las expresiones de la internacionalización que mejor reflejan el creciente peso de la dimensión internacional en las actividades de investigación» (p. 119)
Otra tendencia que ha tomado fuerza es la internacionalización en casa la cual puede contribuir a aumentar el número de estudiantes y profesores que participan en el proceso de internacionalización dentro de una institución, si se concibe de tal manera que promueva intencionalmente la impartición de docencia en lenguas extranjeras como parte del plan de estudio, el desarrollo de programas comunes de diferente duración para estudiantes nacionales y extranjeros, la realización de cursos de enseñanza a distancia de manera virtual, la captación de estudiantes internacionales de pregrado y posgrado, la participación de profesores y estudiantes en proyectos internacionales y en redes académicas y científicas y el fortalecimiento de los contenidos internacionales e interculturales en los planes de estudio.
Muy vinculada a la tendencia anterior se desarrolla la llamada internacionalización del currículum. Uno de los elementos claves en esta es el manejo de idiomas extranjeros. En América Latina, esta sigue siendo una asignatura pendiente aún cuando existen políticas institucionales que promueven la enseñanza de idiomas. Hoy es un hecho que la competencia en idiomas extranjeros es una de las limitantes más significativas para el desarrollo de la internacionalización del currículum y de la educación superior en sentido general.
La internacionalización de la formación docente es uno de los factores más importantes que contribuye al cumplimiento del cuarto objetivo de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. De ahí que será necesario que las IES incrementen en los programas docentes la presencia de los temas globales desde perspectivas interculturales. Como complemento de todo esto se considera necesario además promover la movilidad docente, la participación en proyectos científicos de carácter internacional, fortalecer la dimensión internacional en la formación doctoral y avanzar en la acreditación internacional de los programas.
Estas tendencias específicas del proceso de internacionalización se dan dentro de un contexto general que sobrepasa lo exclusivamente universitario y que está caracterizado por los siguientes factores: De una parte, el carácter contradictorio y aún desigual del desarrollo de la internacionalización entre las regiones, países y a lo interno de las instituciones, conlleva a que los más atrasados son los que se benefician, en menor medida, de las ventajas y potencialidades del proceso de internacionalización.
Por otra parte, si bien hay regiones donde se ha asumido la internacionalización como una prioridad de los gobiernos y a su vez, como parte orgánica de la planeación estratégica de las IES, hay otras, donde la implementación efectiva de este proceso es muy insuficiente, motivado en gran medida por los niveles de desarrollo económico, en particular por la baja disponibilidad de recursos financieros.
La internacionalización universitaria no puede estar al margen de los contradictorios procesos que se dan a escala mundial en todas las esferas. En el caso que nos ocupa un fenómeno que está presente en la internacionalización universitaria es en primer lugar, la imposición de referentes y paradigmas desde los centros de poder de los países desarrollados hacia los subdesarrollados. Algunos paradigmas son válidos, pero otros distorsionan la soberanía y la autoctonía de algunos procesos. En segundo lugar, está como ya se señaló, el robo de cerebros, desde los países más pobres hacía los más ricos, lo que representa un drenaje importante del factor humano, el más valioso para el desarrollo de cada país, así como la pérdida de recursos financieros invertidos en su formación. En tercer lugar, la tendencia a la comercialización de los servicios académicos, a considerarlos solo como una mercancía, subordinándose lo sustantivo de la educación superior a la maximización de la ganancia, lo que conlleva a una irreparable afectación en los niveles de formación de los profesionales, en particular en los países del llamado Tercer Mundo.
La internacionalización universitaria en las IES del MES
La internacionalización ha mantenido una evolución desigual en las diferentes regiones del planeta, determinado por las enormes diferencias existentes entre contextos socioeconómicos, culturales e históricos. Los principales polos generadores de políticas en esta esfera se concentran en Europa Occidental y Estados Unidos, lo cual tiene el riesgo de que se impongan paradigmas que no se corresponden con las realidades de las mayorías. De lo que se trata entonces, es de asumir aquellas buenas prácticas que sean aplicables a las características de cada región e insertarse en las enormes oportunidades que existen como parte de los mecanismos de la cooperación internacional.
En América Latina y el Caribe, la Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe en La Habana (CRESALC 1996), la Conferencia Regional de Educación Superior en Cartagena (CRES 2008) y recientemente la Conferencia Regional de Educación Superior en Córdoba (CRES 2018), ratificaron la idea de continuar potenciando las relaciones sur-sur y norte-sur, como vía eficaz para contribuir al desarrollo de la educación superior en la región.
La educación superior ha sido también un ejemplo de esta integración lo cual puede servir de paradigma para otros pueblos del sur, no solo en los principios que se han defendido, sino también en las estrategias aplicadas y en la gestión de los propios procesos.
En Cuba, las condiciones económicas propias del subdesarrollo, se han visto agravadas por factores económicos externos, como han sido el derrumbe del llamado socialismo real y el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba.
Al triunfar la revolución cubana comenzaron a cambiar las relaciones políticas, económicas y sociales internas en la búsqueda de la mayor justicia social posible y las relaciones internacionales se reestructuraron teniendo como guía el pensamiento y la gestión directa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, constructor, por primera vez en nuestra historia, del ejercicio pleno de soberanía e independencia para el pueblo cubano. Estas relaciones, basadas en principios inalterables, como son el respeto y defensa de la soberanía, el antimperialismo y el internacionalismo, se han ido forjando en los grandes hitos históricos por los cuales ha atravesado nuestra patria.
Nuestra política exterior, al estar basada en esos principios éticos se manifiesta por igual en todas las esferas. Al respecto, las relaciones internacionales en la esfera de la educación superior, iniciada con el mismo triunfo de la revolución, recogió, en primer lugar, la rica tradición educativa cubana que nació de la ética del presbítero Félix Varela y se ha ido tejiendo con las ideas y el magisterio impecable y creador de generaciones de maestros de aula o de todo un pueblo como han sido Luz y Caballero, Mendive, Martí, Varona y Fidel.
La Reforma Universitaria iniciada con el triunfo de la Revolución, significó un cambio total, radical en la educación superior cubana. En el plano de análisis que nos ocupa, un primer paso fue permitir la contratación de prestigiosos profesores extranjeros, lo cual era muy limitado en las tres universidades públicas existentes en la pseudorepública.
Con la revolución se desencadenó un acelerado y amplio proceso de colaboración internacional. Los exiguos contactos existentes con universidades norteamericanas fueron reemplazados, por una creciente formación de estudiantes cubanos en la Unión Soviética, República Popular China y otros países socialistas. A la par, comenzó una decisiva formación postgraduada en estos países, en otros de Europa occidental y en México. Unido a ello, cientos de destacados profesores universitarios del campo socialista desarrollaron una amplia colaboración postgraduada y científica en las multiplicadas aulas universitarias cubanas. Profesores relevantes de muchos países de América Latina, sumidos durante varias décadas en dictaduras militares, encontraron acogida en nuestras universidades. En elemental reciprocidad, consustancial a la naturaleza de la revolución cubana, miles de estudiantes de todas las latitudes, sobre todo del mundo subdesarrollado, fueron beneficiados, desde la década de los años sesenta con becas otorgadas por el Gobierno Revolucionario.
En los años setenta varios estados y organismos internacionales como la UNESCO apoyaron el fortalecimiento de las universidades cubanas a través del otorgamiento de becas de Pregrado, Maestrías y Doctorados a estudiantes cubanos. Se destaca en esta etapa la ayuda recibida por los países del campo socialista, en especial de la Unión Soviética. Con estos países se desarrollaba el 75 % de las relaciones internacionales, resultado de ello, se graduaron 12729 estudiantes cubanos de nivel superior en el campo socialista. De ellos 11125 en la Unión Soviética, 407 en la República Democrática Alemana, 381 en Bulgaria, 150 en Hungría, 249 en Checoslovaquia, 205 en Rumanía y 212 en Polonia. Además obtuvieron el grado científico de Doctor, cerca de 3500 profesionales cubanos. Sin esta ayuda no hubiera sido posible el nivel de desarrollo alcanzado con posterioridad.
La década de los ochenta se caracterizó por un elevado número de estudiantes de doctorado en el exterior y en paralelo se creaban los programas de doctorado en Cuba, a partir de la voluntad política de la revolución cubana y gracias al apoyo internacional que permitió ir creando la masa crítica necesaria para el desarrollo de las investigaciones científicas en Cuba.
La década de los noventa estuvo marcada por la difícil situación económica del país provocada por el derrumbe del campo socialista y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. En esa época, muchos donantes internacionales enviaron recursos a Cuba, como muestra de apoyo y solidaridad.
Al haber estado soportados la mayoría de los vínculos universitarios internacionales con el llamado campo socialista, el derrumbe de ese modelo, no solo provocó cambios en la orientación geográfica de las nuevas relaciones, sino, sobre todo, generó la necesidad de una reingeniería en la gestión de las relaciones internacionales al cambiar las bases solidarias en las cuales se sustentaban. Ello significó que, sin renunciar a la colaboración internacional solidaria que se había desarrollado históricamente entre Cuba y varios países amigos, se fue asumiendo y fortaleciendo la cooperación internacional como otra alternativa eficaz para el desarrollo de investigaciones científicas, la creación de redes, la movilidad de profesores e investigadores, la realización de publicaciones entre otras modalidades que condujeron a un mayor desarrollo de las instituciones de educación superior.
En ese momento se reforzaron los intercambios con Canadá, España, Bélgica, Alemania y otros países desarrollados. En paralelo se incrementaron las relaciones con universidades latinoamericanas y aumentaron los intercambios bilaterales con las principales universidades de México, Argentina y Brasil.
Con el objetivo de captar ingresos en divisas para el país, se incrementaron las acciones de Asistencia Técnica en el exterior y se crearon estructuras organizativas en el MES y las universidades para la gestión de esta actividad. En esta etapa, alrededor de 1000 profesores cubanos eran contratados, cada año, por instituciones de educación superior en el extranjero. Los principales países que demandaban estos servicios eran: México, Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Nicaragua. Además, se comenzaron a ofertar las distintas modalidades de pregrado y posgrado autofinanciado en Cuba para estudiantes extranjeros, sin renunciar al otorgamiento de becas que, por los convenios de gobierno, cada año beneficiaban a cientos de jóvenes de diferentes latitudes.
En esos años noventa, se constituyó el mecanismo, que se extiende hasta hoy, de reuniones binacionales de rectores cubanos y extranjeros, lo que ha permitido un seguimiento permanente a las acciones internacionales que se desarrollan con un grupo de países priorizados en el proceso de internacionalización.
Se promueve la participación en redes académicas y científicas, ejemplo significativo lo constituye la presencia activa de las universidades cubanas en las redes ALFA de la Unión Europea y en las redes de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) derivadas de las Cumbres Iberoamericanas. En esta etapa se promovió la participación en proyectos internacionales como vía efectiva para el desarrollo de investigaciones científicas, se hace un mejor uso de las oportunidades que ofrecen las agencias de financiamiento en el exterior. Se destacan las acciones desarrolladas con la participación de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo AECID, el Servicio Alemán de Intercambio Académico DAAD y la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, que financiaron proyectos de varios millones de dólares a las universidades cubanas.
En 1996, la llamada posición común de la Unión Europea, significó un descenso en la utilización de los fondos gubernamentales disponibles para la cooperación internacional. No obstante, se logró la firma de acuerdos bilaterales entre Cuba y varios países europeos lo cual permitió mantener el intercambio universitario.
A finales de los noventa y en la primera década del 2000, a pesar de la hostilidad del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba y de los efectos de la posición común de la Unión Europea, se realizaron importantes acciones internacionales. Solamente con España se establecieron veinte programas de doctorado en universidades cubanas y otros 5, desarrollados de manera conjunta entre IES cubanas y españolas.
En la búsqueda de una superior calidad a partir de la contribución de internacional, el Ministerio de Educación Superior de Cuba (MES) trazó, a partir del 2003, una estrategia de internacionalización y sobre esa base se elaboraron un conjunto de estrategias específicas dirigidas a apoyar los vínculos internacionales de las IES cubanas, fomentar redes académicas, doctorados cooperados, becas posdoctorales, proyectos de investigación con instituciones de punta y el desarrollo del programa de becarios extranjeros. Todas estas acciones han estado dirigidas a que la cooperación internacional, tenga una mayor incidencia en la elevación de la calidad de los procesos sustantivos y, por tanto, en el logro de la excelencia por parte de las IES.
Sobre la base de esa experiencia la estrategia de internacionalización de la organización se ha basado en lograr la integración de la dimensión internacional en las funciones sustantivas de la educación superior para contribuir al cumplimiento de los objetivos estratégicos de la organización y al reconocimiento de la educación superior cubana.
En la última etapa se han ido consolidando relaciones internacionales cada vez más sólidas con varias instituciones vinculadas con la educación superior y que han permitido un mayor impacto en los procesos sustantivos y por tanto, en los niveles de desarrollo de las universidades y centros de investigación del sistema MES. En congruencia con lo anterior, cada año se reciben un promedio de 5000 visitantes extranjeros, que realizan intercambios académicos y científicos, participan en eventos y realizan actividades de postgrado, cursos de español, entre otros.
Anualmente, cientos de profesores e investigadores cubanos participan en intercambios académicos y otras modalidades que permiten una actualización y retroalimentación permanente con las principales tendencias académicas y científicas en el mundo.
En los últimos seis años la mayor parte del intercambio académico se ha realizado con México, Venezuela, Ecuador, Brasil, Colombia, Nicaragua, República Dominicana, Canadá, España, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Rusia, China, Vietnam, Angola y Mozambique.
Las relaciones con Venezuela en el sector de la educación superior, se han desarrollado bajo el amparo del Convenio Educacional suscrito entre ambos países y han estado signadas por las relaciones de hermandad que caracterizan las relaciones entre Cuba y Venezuela. Baste señalar que más de diez mil profesores cubanos han participado en los diferentes programas que se desarrollan con este país.
La cooperación con la República Popular China ha transitado por distintas etapas a partir del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En la década del sesenta se produjo un importante intercambio de estudiantes entre ambos países. En los últimos años se ha consolidado esta colaboración en una escala muy superior, amparada por el Convenio Educativo vigente, el cual ha propiciado la formación de estudiantes chinos y cubanos. A partir de la creación del Programa de formación de estudiantes chinos en la Universidad de La Habana, se constituyó la Facultad de Idioma Español. Resultado de este programa se han formado en Cuba cerca de 4000 jóvenes de este país en cursos de perfeccionamiento del idioma y en las carreras de Pedagogía, Turismo, Español, Medicina y Enfermería. Unido a ello, la creación en el año 2009, en la Universidad de La Habana, del Instituto Confucio ha permitido la formación en idioma chino de miles de cubanos de todas las edades. Dicho Instituto ha contribuido a difundir la cultura china, lo cual ha tenido un impacto muy positivo tanto en el conocimiento y ampliación del acervo cultural de los cubanos como en el fortalecimiento de las relaciones entre ambos países.
Las relaciones con Angola tienen sus raíces en los lazos históricos forjados en los años de lucha conjunta por la independencia y soberanía del pueblo angolano. Fue muy intensa la colaboración de Cuba en la esfera educacional a partir de declarada la independencia en Angola. Se ha contribuido con las universidades y los centros de educación técnica profesional de Angola, con la presencia de miles de docentes cubanos. En el último lustro fueron abiertas 15 nuevas carreras que han tenido un impacto favorable en el desarrollo humano de ese país. Los acuerdos gubernamentales y ministeriales, así como el plan de acción suscrito entre ambos países han permitido potenciar el desarrollo académico y científico de las universidades angolanas.
Las relaciones históricas con Rusia y el amplio número de graduados cubanos en este país, ha coadyuvado a que en el último decenio se haya producido un incremento de las acciones de capacitación, en universidades rusas. El convenio ministerial suscrito entre ambos países ofrece la posibilidad de acceder anualmente a 100 becas de Pregrado y Posgrado. Es significativo el interés de ambas partes por fortalecer el intercambio idiomático y por ampliar la cooperación en proyectos de investigación científicos. Todo ello ha propiciado la creación de cátedras conjuntas para el fomento de los vínculos entre las universidades rusas y cubanas.
Se destaca, la participación cubana en espacios de concertación que han sido resultado entre otros, de los acuerdos de las cumbres iberoamericanas y de los vínculos que hoy existen con instituciones como la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB), el Consejo Universitario Iberoamericano (CUIB) y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). El desarrollo de investigaciones científicas generadas por las redes de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) constituye un buen ejemplo de lo anterior. Asimismo, ha tenido gran impacto la participación de las IES cubanas en consorcios generados a partir de los proyectos de la Unión Europea. A nivel regional, ha sido significativo los vínculos existente con las organizaciones y redes que coordinan el desarrollo de acciones de cooperación regional como es el caso del Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe de la UNESCO (IESALC), la red del Espacio Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior (ENLACES), la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), la Asociación de Universidades del Grupo de Montevideo (AUGM), el Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), la Asociación de Universidades e Institutos de investigación del Caribe (UNICA), la Conferencia Regional de Rectores, Presidentes y Directores de instituciones universitarias (CORPUCA) y otras que han centrado su atención en trazar estrategias en temas tan acuciantes como la evaluación de las instituciones, la movilidad académica y estudiantil y las investigaciones científicas, por solo citar algunas. En todas ellas, Cuba está presente o tiene acuerdos suscritos, que permiten un intercambio permanente y una participación activa en la toma de decisiones sobre el papel que debe desempeñar la educación superior a nivel regional.
La gestión de becas en el exterior ha contribuido al desarrollo de los objetivos docentes y científicos de las IES del sistema MES, concentrándose las acciones en instituciones reconocidas del primer mundo y en IES de excelencia de América Latina. El comportamiento de las becas por áreas geográficas, refleja que más del 75 % de las mismas se ejecutaron en países desarrollados e instituciones de excelencia y con un promedio anual de 450 estancias en los últimos 6 años. Por su parte, la participación en eventos internacionales ha contribuido a la actualización de profesores e investigadores y al intercambio científico con instituciones reconocidas internacionalmente.
La experiencia acumulada en la gestión de proyectos de cooperación internacional ha permitido que las principales agencias de financiamiento internacionales reconozcan la calidad de la educación superior cubana y aprueben proyectos de mayor magnitud en temáticas estratégicas para el desarrollo del país. Sin embargo, si bien son conocidos los beneficios que genera un proyecto de cooperación internacional, todavía hoy no se aprovechan al máximo las potencialidades que existen. Esto tiene, entre otras causas, el desconocimiento en las ofertas y las especificidades de cada una de las convocatorias de las agencias de financiamiento dedicadas a este tema. Asimismo, es complejo el proceso burocrático para lograr la aprobación de un proyecto de este tipo, por lo que se hace vital el acompañamiento de los gestores de la internacionalización a los líderes científicos y profesores, para de conjunto poder materializar proyectos de cooperación internacional en correspondencia con los objetivos estratégicos de las IES.
El financiamiento recibido a través de estos proyectos ha contribuido al mejoramiento de nuestra base material, a la superación de profesores e investigadores, a la investigación científica, a la solución de problemas de las universidades y centros de investigaciones y de los territorios.
Con relación a la participación en redes académicas y científicas y en asociaciones internacionales si bien se ha incrementado la presencia de instituciones de educación superior cubana en estos espacios, hay que gestionar mejor la participación en redes reconocidas internacionalmente que generen acciones de alto impacto para las instituciones. Asimismo, continúa siendo baja la presencia en estos espacios de las instituciones de educación superior de algunas universidades del país, por lo que será necesario crear mecanismos que promuevan el desarrollo de estas acciones. No hay dudas que la participación en consorcios, redes temáticas y la afiliación a asociaciones internacionales, constituyen un instrumento eficaz para establecer sinergias, identificar puntos en común, fortalecer la confianza entre las instituciones, promover acuerdos de reconocimiento de estudios y proyectar acciones conducentes a un mayor desarrollo de las instituciones de educación superior. La participación en proyectos internacionales generalmente propicia la creación de redes, pues a partir de la creación de los consorcios de instituciones afines, se trabajan temas de interés común, se genera confianza entre los participantes y se cuenta con un financiamiento necesario para las acciones de cooperación internacional. De ahí que los proyectos internacionales y las redes estén estrechamente relacionados.
Las instituciones de educación superior y de investigaciones adscriptos al MES se han incorporado, en alrededor de 300 espacios internacionales de diferentes tipos.
Varias IES del MES han participado en acciones con la Unión Europea, específicamente en el Programa Erasmus, en Horizonte 2020 y en los programas Marie Curie y Jean Monet. La inserción en estos espacios ha tenido un impacto positivo en la formación de doctores en las universidades cubanas.
Los resultados muestran que se ha continuado incrementando, tanto cuantitativa como cualitativamente, la incidencia en los círculos internacionales. Sin embargo, esta es una estrategia que debe mantenerse para seguir creciendo en cantidad, calidad y capacidad de multiplicación.
En otro orden, los congresos universitarios internacionales desarrollados en Cuba, han contribuido a potenciar la internacionalización, no solo por todo el conocimiento y experiencia que se comparte en las sesiones científicas, sino también porque han constituido espacios para identificar nichos y oportunidades que se han concretado en proyectos que han elevado la calidad de los procesos de investigación y formación de las instituciones de educación superior. En los últimos 20 años se han desarrollado 11 ediciones del Congreso Universidad con un promedio de participación de 3000 delegados extranjeros de 60 países. Ha sido significativa la presencia en cada edición de unos 15 Ministros de Educación, 30 Presidentes de Asociaciones de Rectores, 40 representantes de alto nivel de Organismos Internacionales y 300 Rectores. El intercambio con estas personalidades ha contribuido a incrementar los vínculos internacionales a partir de la firma de convenios ministeriales e interuniversitarios que se han materializado con la realización de investigaciones conjuntas, actividades de asistencia técnica y otras acciones de carácter internacional.
Los países más representados en esta cita, han sido: México, Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Bélgica, Angola y Mozambique. Sin dudas, dichos congresos, son una expresión del reconocimiento internacional a la educación superior cubana y han coadyuvado a incrementar la visibilidad internacional de los resultados científicos y académicos alcanzados por Cuba en los últimos sesenta años.
Si bien los datos anteriores reflejan los avances en el proceso de internacionalización, hay que señalar que es aún insuficiente el aprovechamiento de las enormes oportunidades existentes internacionalmente y que mejor gestionadas pueden contribuir a elevar la calidad de la educación superior cubana. Corresponde entonces al sistema MES en su conjunto, profundizar en las tendencias antes descritas con el objetivo de buscar las vías que permitan su efectiva implementación. El prestigio de la educación superior cubana y el sólido sistema de relaciones internacionales establecido permite dar el salto que se necesita para el desarrollo de la internacionalización de la investigación, la internacionalización de la formación docente, la internacionalización del currículo y la internacionalización en casa.
Para ello es necesario proyectar la internacionalización como una prioridad dentro de la planificación estratégica de todas las IES y se deberán involucrar de manera protagónica a los diferentes actores institucionales para de conjunto diseñar políticas, estrategias y planes de acción que contribuyan al fortalecimiento de la investigación y de la formación docente.
CONSIDERACIONES FINALES
El proceso de internacionalización es sin duda alguna, de los más complejos ya que depende para su perfeccionamiento de un conjunto de factores externos a la universidad y al propio país como son: la política exterior, la coyuntura internacional, las fuentes de financiamiento, entre otras que complejizan su gestión.
Se hace necesario lograr que la dimensión internacional se integre trasversalmente en los procesos sustantivas de la educación superior mediante la participación consciente de toda la comunidad universitaria y el desarrollo de una cooperación solidaria y humanista.
Los resultados alcanzados muestran avances significativos, sin embargo, será necesario continuar utilizando de un modo cada vez más eficiente las oportunidades que ofrece la cooperación internacional universitaria, por lo que constituye un reto, el perfeccionamiento continuo la gestión de la internacionalización universitaria en todo el sistema MES.
La internacionalización de las universidades cubanas ha coadyuvado al cumplimiento de la misión de la educación superior, propiciando que la universidad sea cada vez más innovadora y contribuyendo de esa manera al logro del socialismo próspero y sostenible.
María Victoria Villavicencio Plasencia *
Ministerio de Educación Superior, Cuba
Internacionalización de la Educación Superior en Cuba. Principales indicadores
Economía y Desarrollo, vol. 162, núm. 2, e11, 2019
Dirección de Publicaciones Académicas de la Universidad de La Habana (Editorial UH)
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