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La familia desde la perspectiva de género

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Una de las funciones más importante que desempeña la familia es la socialización del individuo, al trasladar desde la más tierna infancia el conjunto de sistemas y valores que rigen la sociedad, así como el papel deseable que mujeres y hombres desempeñamos en ella.

Desde esta perspectiva, la familia, al igual que la escuela y los medios de comunicación, favorecen lo que se ha denominado como socialización de género, entendido como un sistema que sitúa a los individuos según el sexo, origen social, raza, etc., en un lugar de inferioridad o desventaja social. Todo ello se nutre de un conjunto de valores, símbolos, normas de funcionamiento y estructuras generadoras de desigualdades, como son los estereotipos de género.

Los estereotipos de género, según el sexo, tienen la función social de homogeneizar en dos categorías únicas (hombre/mujer-masculino/femenino) los comportamientos y las funciones que las personas deben asumir socialmente, excluyendo y estigmatizando la diversidad, tanto de las identidades que no se ajustan al binarismo de género como en relación al establecimiento de estructuras familiares que no concuerdan con la familia nuclear tradicional.

La socialización de género, a través de los estereotipos y roles de género, hace que mujeres y hombres tengamos un papel desigual en la sociedad e impide que tengamos las mismas oportunidades en todos los ámbitos de la vida. Fenómenos como la división sexual del trabajo, las violencias machistas y el techo de cristal son expresiones tangibles de esta desigualdad y supone una grave vulneración de los derechos humanos de las mujeres.

No obstante, gracias a la lucha del movimiento feminista, la sensibilización ciudadana y la labor de los gobiernos, entidades públicas, privadas y de movimientos sociales, se están poniendo cada vez más sobre la mesa la necesidad de favorecer la igualdad en todos los ámbitos de la vida, a través del empoderamiento de los sectores más  vulnerables y el cuestionamiento y la denuncia de normas, valores y sistemas de funcionamiento tradicional que en la actualidad se consideran obsoletos.

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