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Protocolo y etiqueta en el trabajo

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Cuando se profundiza en el mundo del protocolo hay una parte fundamental que no se debe descuidar, la etiqueta.  En este sentido constituye expresiones de las relaciones interpersonales  positivas, claves en el éxito a nivel personal, familiar, social, institucional, nacional, internacional. Entender la etiqueta como parte indisoluble del protocolo hace la vida más agradable por medio de las buenas maneras, la dignidad y el orden.

En cada institución o empresa existen una serie de normas, reglas o códigos de comportamiento que se deben cumplir para la sana convivencia de todos los colaboradores.  Por tanto, se le llama etiqueta al conjunto de reglas y costumbres que  permiten al trabajador la conducción adecuada en los diferentes ambientes en que se desarrolla

Así que la manera en el vestir en el centro de trabajo (ya sea que exista uniforme o no), la información en el correo electrónico, las claves de la computadora, el uso del equipo y espacios de trabajo, son algunos de los detalles que están incluidos en la lista de etiqueta y protocolo de una institución.

Es necesario enfatizar en la cortesía y buena educación que  los trabajadores deben conocer y practicar. Si no es así, se irá generando un ambiente desagradable entre jefes y subordinados, al punto de volverse insoportable el trabajo diario.

Para el logro existo del ambiente laboral se recomienda:

  1. El saludo: es de buena educación saludar a todas las personas. Al guardia de seguridad, al conserje, a la secretaria, a los compañeros de oficina, e incluso a aquellos que nos son compañeros. Un saludo no se le niega a nadie y tal vez alegre el día de alguien.
  2. No practicar comentarios mal intencionados: no escuchar, y mucho menos propagar chismes entre los compañeros. Esta es una muestra de respeto y consideración.
  3. La inclusión: no excluir a nadie, por el contrario, intentar siempre tomar en cuenta a todos, esto hace que las personas se sientan parte del equipo.
  4. Mantener el orden y la limpieza: mantener siempre el área de trabajo ordenada y limpia. Y por supuesto, respetar el área de trabajo de los demás. Aquí se incluye no solo el área de trabajo sino también los espacios comunes como área de descanso, comedor, servicios sanitarios y otras áreas comunes.
  5. Practicar diariamente hábitos de cortesía: qué bonito cuando se establece relaciones  con personas respetuosas, amables y cálidas en su trato.
  6. No presumir de sabelotodo.

Tener un ambiente laboral agradable dependerá en gran parte de los comportamientos laborales.  Predicar con el ejemplo es importante   y exhortar a los demás  a que se animen a ser mejores trabajadores y a hacer de su lugar de trabajo un sitio de cordialidad y buena atmósfera.

 “La buena educación es como el perfume de las rosas, se percibe desde lejos.” – Ignacio Manuel Altamirano

 

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