Pero además de una mayor capacidad de convicción, ser asertivo en la vida también tiene un efecto beneficioso para la salud ya que puede servir para mejorar el autoestima y controlar el estrés o la ira acumulados en el día a día. Sobre todo para quien va acumulando responsabilidades o ante las dificultades de no saber decir que no.
¿QUÉ DEFINE LA ASERTIVIDAD?
Ser asertivo es una habilidad esencial de comunicación, estas personas suelen expresar de manera eficaz y defender sus puntos de vista, respetando al mismo tiempo los derechos y las creencias de los demás. Muchas veces, buscar la asertividad puede ayudarte a aumentar la autoestima y ganarte el respeto de los demás. Algunas personas son por naturaleza asertivos pero, si no eres uno de ellos, debes saber que se puede aprender a ser más asertivo.
Desde el equipo médico de la Clínica Mayo de Rochester, en Estados Unidos, recuerdan que existen personas que son asertivos por naturaleza pero eso no quita que uno pueda aprender a ser así.
Dado que la asertividad se basa en el respeto mutuo, es un estilo de comunicación efectivo y diplomático. Ser asertivo demuestra que uno tiene respeto por sí mismo y está dispuesto a defender sus intereses y expresar sus pensamientos o sentimientos. Pero también demuestra que uno es consciente de los derechos de los demás y está dispuesto a trabajar en la resolución de un conflicto, según explican en un artículo en su página web.
Y por supuesto, no sólo es importante el mensaje que uno transmite, sino también cómo se transmite. La comunicación asertiva es directa y respetuosa. Ser asertivo te da una buena oportunidad de comunicarte con éxito, desde luego más que si eres demasiado pasivo o todo lo contrario, demasiado agresivo. Ya que en estos casos puede haber gente que no rechace estas actitudes.
Y SI NO SOY ASERTIVO ¿QUÉ SOY?
Cuando alguien sigue una actitud pasiva puede parecer tímido, condescendiente o demasiado tolerante. Si uno acostumbra a repetir frases tales como «lo que el grupo decida» queda claro que buscas evitar el conflicto. ¿Y por qué esto se convierte en un problema? Porque transmites que tus pensamientos o sentimientos no son tan importantes como los de otros y puedes dar lugar a otros a no tenerte en cuenta.
A modo de ejemplo, estos expertos te plantean la situación: Dices que sí cuando un compañero de trabajo te pide hacerte cargo de un nuevo proyecto a pesar de estar hasta arriba, lo que conllevará hacer horas extras y no poder pasar tiempo con tu familia.
Esto puede envenenar las relaciones e incluso puede generarte un conflicto interno al ver cómo tus necesidades siempre están en un segundo plano. Situaciones como esta pueden por tanto generar estrés, resentimiento o victimismo, según explican desde la Clínica Mayo.
En cambio, piensa ahora en todo lo contrario. Alguien que tiene una actitud más agresiva, que sólo tiene en cuenta sus necesidades, sentimientos u opiniones y desprecia las de los demás. Son personas que suelen humillar e intimidar, incluso llegando a imponer físicamente.
Aunque podrías pensar que quienes mantienen esta actitud consiguen lo que quieren, pero a la larga acaba minando la confianza y el respeto, y suelen ser evitados por los demás, quedándose solos.
Y luego estarían las personas que muestran una actitud combinada, que aparentemente son pasivos y aceptan lo que dicen los demás pero luego se quejan a sus espaldas. No se enfrentan a los problemas directamente pero luego expresan su ira y sus sentimientos con actitudes negativas. El problema en estos casos es que, con el tiempo, acaba minando las relaciones y hace difícil poder sentirse satisfecho con lo conseguido.
BENEFICIOS DE LA ASERTIVIDAD
Frente a estos otros perfiles, los expertos de la Clínica Mayo concluyen que ser asertivo puede considerarse como el estilo de comunicación más saludable o, al menos, el que ofrece más beneficios, ya que puede ayudarte a:
– Ganar confianza en ti mismo y mejorar el autoestima.
– Conocer y reconocer mejor tus sentimientos.
– Ganarse el respeto de los demás.
– Tener mejores habilidades comunicativas.
– Saber tomar buenas decisiones.
– Conseguir más sinceridad en las relaciones sociales o de trabajo.
APRENDE A SER MÁS ASERTIVO
Si tras leer hasta aquí te has visto identificado con las primeras formas de ser descritas y quieres ser más asertivo, desde la Clínica Mayo te ofrecen una serie de pautas para acercarte a este estilo de comunicación, al menos por el bien de tu salud y de tu vida social.
– Lo primero de todo es evaluar tu estilo, antes de hacer cambios. ¿Sueles expresar lo que piensas o te quedas en silencio? ¿Aceptas cualquier sobrecarga de trabajo incluso aunque no puedas con más? ¿Eres rápido a la hora de hacer un juicio de valor? ¿Crees que los demás tienen miedo o rehuyen de hablar contigo?
– Utiliza la primera persona cuando hables, permite a los demás saber lo que expresas una opinión personal en lugar de utilizar un tono acusativo. No es lo mismo decir «no estoy de acuerdo» que «estás equivocado».
– Prueba a decir que no. Si tienes dificultades para rechazar propuestas, prueba poco a poco a decir «no, no puedo hacer eso ahora». Sé directo, no lo dudes. Y si quieres dar alguna explicación, cuanto más breve, mejor.
– Ensaya lo que quieras decir. Si lo ves como un reto, imagina el momento que vas a afrontar próximamente y reproduce la escena en voz alta. Te puede ayudar también escribir lo que quieras decir, a modo de guión. Y aprovecha la ayuda de algún amigo para pedirle su opinión sobre tu discurso. Poco a poco, ganarás en seguridad.
– Utiliza el lenguaje corporal. La comunicación no es sólo verbal. Actúa con confianza, incluso aunque no las tengas todas contigo. Mantén una postura erguida o un poco hacia adelante, mirando a los ojos, y con una expresión facial neutra o poisitiva. No retuerzas las manos ni uses gestos dramáticos. Puedes practicar frente a un espejo o un amigo.
– Es preferible mantener las emociones bajo control. Las situaciones de conflicto son difíciles para la mayoría de la gente, puedes sentir enfado, frustración e incluso ganas de llorar. Sentimientos normales que por si solos pueden servir para inclinar la balanza en tu contra. Mejor mantener la calma, respirar lentamente y mantener una voz firme.
– Empieza poco a poco. Al principio, es mejor ir probando estas nuevas habilidades en situaciones de bajo riesgo, como con la pareja o un amigo, antes de afrontar una situación más delicada en el trabajo. Y analiza tu actuación para aprender de los errores. Aprender a ser asertivo requiere tiempo, sobre todo si estás dentro del grupo de los pasivos. No te vas a hacer asertivo de la noche a la mañana.
Tomado de infosalus.com
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