La caída en combate de José Martí, el 19 de mayo de 1895, significó un duro golpe para el movimiento independentista cubano, sus proyecciones ideológicas y su quehacer revolucionario quedaron como legado imperecedero para el futuro de la nación cubana y también trascendieron las fronteras de su Patria.
Su incesante labor por la independencia de Cuba y de “Nuestra América” le permitió vislumbrar el papel necesario de la unidad para lograr tan preciado objetivo y así lo expresó en su vasta obra. Se empeñó en reagrupar los elementos dispersos, pero leales a la Revolución inconclusa iniciada en 1868, para lo cual funda el PRC, como instrumento político para unir a los cubanos en un nuevo intento por la independencia de Cuba, bajo la premisa de la unidad. Este reinicio era tan posible como victorioso.
En los objetivos del PRC, estaba la de organizar la Guerra Necesaria para la liberación definitiva de nuestra Patria y obrar una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos y de cumplir en la vida histórica del continente los deberes difíciles que su sistema geográfico le señala.
Unir, movilizar, persuadir, educar, sumar revolucionarios han sido siempre palabras de orden en la acción redentora cubana y para su materialización ha sido indispensable, en el proceso revolucionario cubano la necesidad de un Partido, como ente unificador. Este precepto martiano fue un componente catalizador en la vanguardia política de nuestro pueblo, simbolizada en Baliño y Julio Antonio Mella, que en un acto de lealtad, patriotismo y continuidad fundan el Partido Comunista.
De sentimientos tales, de sueños nobles también iban cargados los jóvenes del Centenario, llevaban el pensamiento del Apóstol y de líder de un martiano que entraba por siempre en la historia de Cuba, abrazando su ideal y las del marxismo leninismo. Fue precisamente, el 26 de julio de 1953, el inicio de la última etapa de lucha por la independencia.
“Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que la memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta¡. Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es fiel a su recuerdo, hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnifico desagravio vinieron a morir junto a su tumba… para que él siga viviendo en el corazón de los cubanos ¡Cuba, qué sería de ti si hubiera dejado morir a tu Apóstol! (Fidel Castro Ruz. La Historia Me Absolverá.)
Cuba aprendió a vencer retos increíbles, a resistir ante amenazas externas e internas, que no teme al peligro, que no subestima, que descansa en la certera guía de Fidel y Raúl y continua con la genuina dirección del Primer Secretario del PCC y presidente de la República de Cuba Miguel Díaz – Canel Bermúdez.
Por DrC Sayly de la C.Rodríguez Santana.Coordinadora OSU/UNICA
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