El uso de las tácticas de guerra no convencional y de poder blando o golpe suave es eje central de la estrategia imperial contra Cuba en esta década que finaliza. El comportamiento burdo y poco profesional de Pompeo, la actitud injerencista de varios políticos yanquis en apoyo al denominado Movimiento San Isidro es violatoria de las leyes internacionales y de los principios de respeto que deben existir entre dos países vecinos.
No obstante, es válido destacar que las recientes acciones injerencistas del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, han encontrado una contundente respuesta de rechazo del pueblo cubano que aporta al bien de la nación, a su espiritualidad y porvenir.
La prensa cubana, agencias, medios e instituciones culturales del país, han anunciado el desmonte de los hilos que mueven los intereses del llamado Movimiento de San Isidro, que por estos días ha realizado un espectáculo es muy similar al que, en otras oportunidades, han escenificado otros grupos mercenarios o títeres al servicio del gobierno de Estados Unidos.
Así mismo se han desarrollado denuncias constantes de los actos terroristas orquestados por este país en los diferentes medios oficiales; artistas, periodistas, analistas y el pueblo en general ha rechazado las evidentes pretensiones del gobierno imperial con esta farsa, conscientes de que solo con el socialismo podremos garantizar la dignidad, soberanía y el bienestar del pueblo cubano.
Nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dejó clara la posición oficial de la nación ante la provocación de San Isidro: «Quienes diseñaron la farsa de San Isidro se equivocaron de país, se equivocaron de historia y se equivocaron de cuerpos armados. No admitimos injerencias, provocaciones ni manipulaciones. Nuestro pueblo tiene todo el valor y la moral para sostener una pelea por el corazón de Cuba»
Con la colaboración de Yanet Hernández Soto.
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