Por una Universidad XLProyecto Constitucional

¡Ahora, a trabajar por alcanzar la Visión de la Nación!

Compartir en

Desde el proceso previo al VI Congreso del Partido, donde se construyeron de manera participativa los Lineamientos que vinieron a enrumbar nuestro socialismo en las presentes condiciones históricas, se comprendía perfectamente por la dirección de la Revolución que llegaría el momento de realizar una Reforma Constitucional. A ello se refirió en diferentes oportunidades el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el sentido de que la Constitución es un documento que no se puede estar cambiando constantemente. Avanzamos en el cumplimiento de un conjunto de Lineamientos con las dificultades inherentes a las contradicciones que pudieran surgir entre un texto, el de 1976, muy valioso, pero que en un grupo de aspectos no reflejaba, adecuadamente, las problemáticas actuales.

Si en algún aspecto se convirtió en una necesidad inaplazable esta nueva Carta Magna, ese fue la necesidad de lograr un acompañamiento legislativo coherente al proceso de actualización de nuestro Modelo Económico y Social cubano de Desarrollo Socialista. En otras palabras, que nuestro sistema jurídico, en su conjunto, no se convirtiera en freno a las transformaciones acordadas y por el contrario, favoreciera a las mismas, tanto en su filosofía de interpretación, como en sus normativas.

Por tanto, su aprobación contundente por la mayoría del pueblo cubano ha sido no solo una nueva victoria política de la Revolución sino también un paso adelante en la creación de condiciones institucionales, que sin dudas impulsará por el camino correcto la actualización de nuestro Modelo, que a su vez es condición imprescindible para destrabar los nudos que atan el desarrollo de nuestras fuerzas productivas y el cumplimiento de los altos objetivos humanistas que encierra nuestro Proyecto.

Es la Constitución de todos los cubanos, de los que votaron Sí y los que votaron No, de los que no asistieron a las urnas y de los que aun asistiendo, no dejaron plasmada su voluntad en signos decodificables y que solo ellos en sus conciencias comprenderán sus razones.

Los valores que presidieron  su redacción y que enriqueció la amplia consulta popular, son los de la mejor tradición emancipadora cubana y universal, son los que animan el pensamiento de Martí, Mella, Fidel y el Che, de Marx, Engels y Lenin. En ese humanismo consecuente y práctico revolucionario  la dignidad del ser humano alcanza una dimensión cimera. Ello es válido hasta para el trato a los enemigos de la Revolución, como lo fue para la atención de los prisioneros en la última etapa de nuestra Guerra de Liberación Nacional. A la muerte de Ronald Reagan, que fue un adversario acérrimo de la Revolución, Fidel no permitió que se irrespetara y envió sus condolencias a los familiares. Esa es la altura ética de la Revolución que la engrandece y la hace invencible.

Ahora, que disponemos de este formidable texto, es el momento de llamar la atención sobre el rumbo de nuestras tareas inmediatas. Ello está definido en la Visión de la Nación que incorpora la Conceptualización de nuestro Modelo, como el estado ideal deseado de nuestra sociedad socialista para un período determinado. En ella se define la nación como soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

Esta visión encuentra plena correspondencia con la nueva Constitución. Hay que decir que es parte de un mismo todo con el que se vienen realizando los cambios de todo lo que debe ser cambiado. Es el punto de llegada de una historia gloriosa de lucha del pueblo cubano y es a su vez un punto de continuidad y ruptura que abrirá el camino hacia ese estado deseado de País.

La historia nos enseña cuán difícil y preñada de contradicciones han sido las experiencias internacionales y la propia, en este camino de construcción del socialismo desde la perspectiva comunista, marxista-leninista. También hay saldos alentadores en materia de conquistas sociales que la sociedad burguesa organizada, bajo el más puro principio del egoísmo personal, no ha conocido.

En las condiciones de Cuba esto se complejiza aún más por la guerra  económica y la hostilidad permanente de los Estados Unidos de América. Esta actitud del imperialismo contra los procesos revolucionarios, ya se ha generalizado como la reacción natural  de la oligarquía financiera contra los pueblos oprimidos, que prefieren verlos desaparecer, antes que se les escapen de su sistema combinado de dominación y hegemonía mundial.

No será fácil el lograr esa visión de nación, pero se puede! Se puede con voluntad de trabajo, con un gobierno que se consagre a la administración pública de los procesos, con la vocación martiana de servicio que abra la misma al conocimiento del pueblo trabajador, que rinda permanente cuentas, que incorpore la ciencia con innovación a la solución de los más diversos y complejos problemas que enfrentamos. En ello, la combinación de la teoría revolucionaria del socialismo que se precisa desarrollar y el conocimiento científico en general, es un aliado natural de nuestros objetivos socialistas.

Socialismo es control, participación masiva desde abajo! Solo los que no están en el camino de los grandes intereses que perseguimos se pueden oponer a ello, los que defienden intereses torcidos, egoístas y de grupos. Como Martí decimos que solo perdura lo que un pueblo quiere!

La prosperidad y la soberanía tienen que estar sustentadas por una sólida base económica, ello nos indica, que en la economía tenemos una colosal tarea. También en todo el esfuerzo de creación de una cultura socialista que esté acorde a nuestras realidades, sin hombre y mujer nueva, no puede brotar una sociedad nueva. Y tenemos que desaprender muchos hábitos y formas de hacer viciadas, tenemos que capacitarnos para comprender el escenario en que vivimos y saber hacia dónde es preciso modificarlo, tenemos que ser sujetos conscientes, críticos y revolucionarios de los procesos, en los que estamos insertados con profundo sentimiento de implicación. Ya Lenin decía, con mucha razón, que el que seguía viendo la fábrica conquistada por el pueblo a los burgueses como ajena, tenía una conciencia pequeño burguesa.

¡Sumémonos a trabajar por alcanzar nuestras metas sin fanfarronería estéril!

 Documento elaborado en conjunto por las Direcciones de Comunicación Institucional,Observatorio Social Universitario y Marxismo Leninismo e Historia del Ministerio de Educación Superior (MES)

 

Comenta aquí

*