Un líder tiene influencia directa en el funcionamiento de las organizaciones, determina su cultura, su rendimiento y, en buena medida, sus éxitos y fracasos. Un buen líder es responsable tanto del desarrollo positivo de la empresa como de conseguir la satisfacción de quienes hacen parte de ella.
Qué aptitudes ha de poseer un líder
Es muy probable que cuando una persona tenga intereses que coincidan con el bien común, de su equipo de trabajo y organización, podríamos decir que estamos a las puertas de un líder; cuando sucede lo contrario, es decir, cuando los intereses están fundamentados en deseos individuales y pasiones, estaría enmarcado en lo que Yulk (2008) llama el “antiliderazgo”.
Un líder debe estar muy en sintonía con su entorno tratando de influir con experiencia y voluntad en las expectativas y preocupaciones de los demás, y saber cómo ganar la aceptación y cómo generar cambios. Es por ello que un líder debe ser abarcador, para que en su condición pueda laborar en cualquier lugar de la organización; tener poder, poseer la capacidad de influir sobre las personas, inspirar, generar entusiasmo, valores e ideas en el equipo, tener seguidores y saber comunicarse, porque así se percibe la armonía y el positivismo, existe una estrecha relación entre la confianza de los seguidores al líder y la satisfacción laboral que esto puede alcanzar.
Debe, por lo tanto, ser bien consciente de su rol, y actuar con responsabilidad. Estas competencias involucran el saber hacer, el querer y el poder. Y al estar en este mundo actual altamente presente la rapidez, lo cambiante y la interculturalidad, no puede perderse el rumbo sobre todo a lo humano, porque esta velocidad y evolución funcionan y están pensadas para enriquecer la vida de las personas desde lo cívico, hasta lo tecnológico y lo económico. Las organizaciones sociales, y sus integrantes demandan calidad para sí. Por lo que los líderes deben tener claro los tiempos actuales donde la dignidad, la autoestima, la comunicación y las relaciones son vitales para que hoy una persona funcione profesionalmente.
De manera más detallada sus aptitudes incluyen (National Minority Aids Council, pp: 11 y 12):
- Habilidades de liderazgo: los líderes poseen atributos (creencias, valores, ética, carácter, conocimiento, valentía y destrezas) que hacen que la gente se sienta orgullosa de seguirlos. Proporcionan un sentimiento de confianza y pueden reunir a las tropas y levantar la moral cuando hay dificultades.
- Visión: los líderes tienen la capacidad de incrementar la productividad en las áreas más necesitadas de mejoras. Crean y establecen metas y pueden claramente presentar una visión que los subordinados y colegas se sientan motivados de lograr.
- Desarrollo de equipos: los líderes desarrollan equipos de alto rendimiento que se unen para colaborar en una misión o meta común, en lugar de dejar simplemente que los objetivos queden sin asignar.
- Resolución de conflictos con ganancia por ambas partes: los líderes pueden efectivamente resolver desacuerdos y conflictos. Resuelven disputas al enfocarse en solucionar problemas sin ofender el ego de las personas. Proporcionan apoyo y experiencia a otros líderes y evalúan la idoneidad de mecanismos alternativos de resolución de disputas. Un buen líder es firme en los asuntos y flexible con las personas.
- Evaluación exacta y rápida de la situación: los líderes asumen la responsabilidad cuando la situación lo demanda y hacen que las cosas correctas se hagan a tiempo.
- Capacitación / preparación: los líderes saben que hasta los errores pueden ser oportunidades de aprendizaje. Proporcionan un análisis sobre el rendimiento, preparación y asistencia para el desarrollo profesional de las personas en una manera que aumenta el éxito individual y organizativo.
- Compromiso de participación del empleado: los líderes promueven el sentido de pertenencia al involucrar a los empleados en el proceso de toma de decisiones y planificación. Dan más poder de decisión a los empleados al otorgarles la autoridad de hacer que las cosas se cumplan de la manera más eficiente y oportuna.
El seguidor
Llevándolo al polo opuesto para establecer marcada diferencia o contraste, un seguidor es una persona que de cierto modo carece de visión y no motiva, dentro de las múltiples maneras que existen para lograrlo, incluso teniendo importantes títulos o bienes, por ejemplo. Es un individuo que en sus labores no va más allá de lo básico, que percibe en los logros ajenos una amenaza, que para alcanzar objetivos propuestos se apoya en los demás, que ve limitaciones por todas partes, que es conformista, que duda ante la posibilidad de equivocarse, que frente a los errores culpa a su entorno o a otra persona, que cede ante los obstáculos, que busca reconocimiento mostrando “trofeos” y que pretende ante todo un enfoque individualista. En conclusión, alguien que “espera” por el impulso de otro.
Interacción entre líder y seguidor
De manera general el proceso interactivo que se da entre el líder y los seguidores es natural, tiene que ver con las aptitudes del primero y las percepciones de los segundos.
Castro y Lupano (2007, p. 9) indican que existen diferentes tipos de intercambio entre líder y seguidores. Los líderes establecen relaciones cercanas solo con algunos de sus seguidores y establecen intercambios de alta calidad con ellos. Las relaciones de alta calidad entre líder y seguidor estarían basadas en la confianza y el respeto mutuo. Si se ha logrado establecer este tipo de relaciones implica que esos subordinados pertenecen al endogrupo. Aparentemente el desempeño del subordinado en relación con el líder es uno de los factores que mayormente contribuye para que este pertenezca a dicho grupo. Si líder y seguidor logran constituir una serie de intercambios razonables, estables y de confianza mutua entonces los subordinados permanecerán en su círculo. Estas relaciones se basan en una serie de refuerzos mutuos frente a los cuales, tanto líderes como seguidores, tienen que estar muy atentos para mantener el patrón de intercambios pautados. En general se trata de contratos implícitos. Por el contrario, las relaciones de baja calidad están basadas en la satisfacción lograda a partir de relaciones contractuales. En este caso se considera que estos seguidores pertenecen al exogrupo. En el exogrupo los seguidores no reciben el mismo apoyo que en el endogrupo, ni comparten el mismo grado de confianza.
El líder y los equipos de alto rendimiento
Un líder puede dar vuelta a la común característica de los equipos de trabajo de ser eficientes, en hacerlos increíbles y extraordinarios en su desempeño. Conlleva esfuerzo pero se logra. Varios factores deben aplicarse para que aflore y destaque un grupo volviéndose de alto calibre.
Los equipos generalmente deben funcionar a la par. Tanto por la objetiva planificación de los proyectos o tareas como por la subjetividad diaria que brindan las emociones, sucesos, imprevistos de la vida, etc., por lo que se apoyan en todo sentido. Cuando un equipo se reconoce dispuesto, comprometido, cohesionado, comunicado de manera efectiva, motivado, con metas claras, diverso en formación humana y profesional, con roles definidos, y reconocido por su líder u organización, se puede llamar un equipo de alto rendimiento. Para el logro de estas observaciones las bases que se deben tener son: un buen líder, fortaleza, potencia, conocimiento, confianza, comunicación, y crecimiento personal y colectivo.
En las organizaciones de hoy en día los líderes deben validar al individuo como primer e imprescindible ente de una institución y con ello al conjunto que forma al equipo. Ante este hacer se permite recoger en la práctica resultados esperados y más. Un líder visionario, proactivo, innovador y creativo estimula aspectos positivos y fortalece el ánimo de las personas a cargo para sacar el máximo de aptitudes, capacidades y productividad con el fin de cumplir con los objetivos individuales y de la empresa.
Pérez (2013, p. 81) plantea:
- Un jefe desarrolla la capacidad para guiar y dirigir de manera visionaria,
- Una empresa puede tener una planeación adecuada, control y procedimiento de organización y no sobrevivir a la falta de un líder apropiado,
- Un buen liderazgo es vital para la supervivencia de cualquier negocio u organización, y
- Una organización con una planeación deficiente y malas técnicas de organización y control ha sobrevivido debido a la presencia de un liderazgo dinámico.
Es decir, una entidad contemporánea debe reunir personal informado ante un líder que propicia espacios óptimos para el trabajo. Lo cual deviene en altos niveles de creatividad y cambios, en función de la entidad para la cual laboran, y por ende para la sociedad y el futuro. Y para ello, todo líder debe trabajar en el logro de un equipo que posea un propósito común, y es el fin y el medio para funcionar y alcanzar objetivos; que tenga claridad en sus roles; que hagan a partir de procesos efectivos con fases diarias y planificadas, a mediano o largo plazo; con relaciones sólidas, con variedad de géneros, generaciones, personalidades, experiencias, miradas de vida, y nacionalidades si se da el caso, ya que en conjunto tienen más oportunidades de lograr sus objetivos ante un mundo tan híper conectado, dinámico y multicultural y con excelente comunicación.
Asumir ser líder es propiciar con regularidad un ambiente de oportunidades: que los subordinados desarrollen las herramientas y los recursos necesarios para alcanzar el éxito en el cumplimiento de lo indicado. Existe por lo tanto una estrecha y transversal relación entre el apoyo, para el desarrollo tanto personal como profesional de cada uno de los miembros y del conjunto; y el reconocimiento, para la satisfacción y el rendimiento del equipo. Si el líder logra enrolar oportunidades, apoyo y reconocimiento con valores, objetivos y potencialidades sí o sí brillará su equipo.
Autor: Luis García de la Torre
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