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En la sencillez está la elegancia…

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“Todo me es lícito, pero no todo me conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” 1 Corintios 10:23

Partiendo de esta clara enseñanza para toda persona es una responsabilidad entender que somos seres libres y racionales con capacidad de decidir entre lo bueno y lo malo porque precisamente es esa libertad de decisión lo que nos va forjando el carácter y ayudando a construir un futuro cierto, con bases firmes y aplica entre muchas áreas de nuestra vida a nuestro estilo y forma de vivir.

Es necesario que entendamos que todas las cosas que el mundo nos proporciona están a nuestro alcance y podemos hacer uso de ellas sin distinción, pero más importante es tener claro que no todo a lo que tengo acceso me va a edificar, eso es a lo que en la Biblia le llaman libre albeldrío.

En cuanto a la moda, esta parte es algo subjetiva porque las corrientes pasadas, presentes y futuras en cuanto a estilo de vida, y más directamente a nuestra manera de vivir, van cambiando constantemente con tal rapidez que puede causar estrés en las personas que viven de la imagen y apariencia exterior más que de la interior, y canalizando esto a la moda debemos entender claramente este concepto de manera sencilla.

La moda es todo lo que es del gusto de las personas en un periodo determinado de tiempo, de ahí que les digo la rapidez con que una moda llega y la otra se va, y generalmente relacionamos a la moda: ropa, calzado, accesorios, música, forma de hablar y comportamiento social.

Considero que no hay nada de moda en andar a la moda, es decir, el usar la ropa, zapatos, accesorios, etc., de ese momento no nos da en su totalidad un sentido de pertenencia y seguridad, por lo que debemos cuidar muy bien qué es, el andar a la moda, lo revela de nosotros; por ejemplo, si por andar a la moda me disfrazo y me alejo de quien soy, pierdo identidad por ser aceptado o definitivamente no va de acuerdo a mi manera de pensar, sentir y ser, entonces ese estilo distorsiona lo más importante de la persona, su interior.

Por eso la seriedad y peligros escondidos detrás de encajar en una sociedad que se mueve por corrientes que vienen y van.

Para definir nuestro estilo de vivir y vestir debemos considerar no traspasar nuestros límites, no te vistas o cambies por agradar a los demás; si vas a hacer un cambio que sea con el cuál te sientas cómodo, decide a conciencia lo mejor para ti y no pierdas identidad. No imites por agradar porque no podrás estar bien ni contigo mismo y los demás lo notarán. No seas mala influencia para los demás. Seguramente alrededor de ti hay mucha gente que te ve y gusta de lo que haces y también intenta imitar algunas cosas que haces, por ser de tal influencia debes cuidar doblemente como eres, vistes y te comportas. Acepta lo que eres y lo que tienes, así siempre estarás a la vanguardia porque no tendrás que desear lo que no tienes para lucir al día, sino que sabrás improvisar para verte radiante y lo reflejarás porque estarás en paz contigo mismo desde tu interior.

En la sencillez está la elegancia. No importa cuál es tu presupuesto para estar a la moda porque no se necesitan grandes cantidades de dinero para lucir espectacular, seguramente en tu guardarropa tienes suficiente para lucir muy bien, porque es la aceptación de ti mismo lo que te hace verte así. Ser ostentoso sólo muestra tu debilidad y necesidad de aceptación, por lo que te invito a romper paradigmas viejos y renovar tu manera de pensar respecto a la moda con la certeza que en lo sencillo está nuestra esencia.

Autora: OLGA BEATRIZ PÉREZ BERRELLEZA, (Revista Gente)

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