Agregó que a esas simientes básicas le inducen la floración a los nueve meses, debido a que de forma natural afecta los rendimientos y calidad del fruto, mientras, la siembra de las plántulas la realizan debajo de una manta plástica.
La tecnología Malla Sarán Negro, muy usada en México, se prueba en vitroplantas de la MD-2, lo cual mantiene la temperatura homogénea del sembrado y evita los daños del sol en la corteza del fruto, que perjudica su calidad para la exportación, explicó el experto.
Además, permite eliminar el uso de herbicidas, conservar la humedad del suelo y de los microorganismos que estimulan el crecimiento de la planta, y reduce entre un 25 y 30 por ciento la cantidad de fertilizantes nitrogenados a emplear, añadió.
La diversificación de las variedades de piña permitirá sustituir importaciones en el sector turístico, exportar mejores frutos e incrementar la entrega a la industria para la producción de jugos, concentrados y dulces en almíbar, manifestó Rodríguez.
Destacó el excelente vínculo entre la unidad productiva, el Centro de Bioplantas y la Universidad Máximo Gómez, lo que permite una continua investigación en aras de beneficiar cada día el cultivo de la piña, uno de los principales símbolos agrícolas de Ciego de Ávila.
Puntualizó que hasta el momento la MD-2 está destinada para la comercialización en el exterior, debido a que su fruto es más dulce, jugoso, y de mayor presencia y tamaño, por lo cual tiene alta demanda en España, Italia y Francia.
Además está certificada para el mercado externo, según las normas europeas bajo el protocolo Global G.A.P, de Buenas Prácticas Agrícolas, lo que implica calidad en la producción, inocuidad de la fruta y estar en armonía con el medio ambiente.
Los piñeros avileños hoy buscan alternativas para continuar el envío de la fruta al mercado internacional, interrumpido en los últimos meses por el azote de la Covid-19.
Tomado del Periódico Digital Radio Surco
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