La experiencia obtenida en el año 2020, a partir del impacto de la pandemia de la Covid-19 en la educación superior ha dejado un conjunto de aprendizajes importantes que han sido la base de los ajustes realizados al calendario académico aprobado para el curso 2021. El principal cambio radica en la necesidad de un nuevo enfoque en la gestión de los procesos universitarios, de transformar formas y estilos de trabajo y en los conceptos de atención, seguimiento, evaluación y control a los resultados de la formación continua de profesionales, del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica y la extensión universitaria como síntesis de la inserción total de la comunidad universitaria en la vida socioeconómica de la nación en un momento tan complejo. Otro elemento significativo de cambio está relacionado con las concepciones pedagógicas y didácticas para el desarrollo del proceso docente-educativo en la formación de pregrado, aspecto que es de alta significación en las universidades y por supuesto para la familia cubana en general.
Las orientaciones generales para el inicio y desarrollo de las actividades académicas de pregrado y postgrado en el curso 2021 ante la situación epidemiológica del territorio nacional están contenidas en la resolución ministerial 3 del 2021 (ver www.mes.gob.cu). En esta norma se precisa que el inicio de las actividades académicas, que estaban programadas para el 1 de febrero, se iniciarían en correspondencia con las condiciones epidemiológicas de cada territorio y en coordinación con las autoridades locales y la correspondiente conciliación con el Ministerio de Educación Superior. Además de indican un grupo de elementos a considerar en esta etapa que reajustan las proyecciones iniciales realizadas con el objetivo de avanzar en todos los procesos cuanto sea posible bajo estas difíciles condiciones, pero sin afectar la calidad y con la seguridad de que todos los estudiantes de la educación superior tendrán la atención necesaria en función de sus características y condiciones individuales.
Todas las universidades realizaron su reajuste cuya concreción se inició el primero de febrero en varias universidades con actividades presenciales o a distancia. El empeoramiento gradual de los niveles de contagio del virus ha obligado a que tanto estas, como las que iniciaron el primero de marzo hayan experimentado las diferentes variantes diseñadas para cada año y carrera tomando en consideración las condiciones específicas de cada territorio. La preparación para el paso a una formación en la modalidad a distancia se inició el curso pasado, pero, sin dudas, constituye una transformación y el reto fundamental para las instituciones de educación superior con gran tradición en las modalidades presencial y semipresencial, características de los cursos diurnos y por encuentros que se desarrollan. De esta forma se ha desarrollado un intenso trabajo para lograr, a pesar de las dificultades tecnológicas, poner a punto y ajustar todas las acciones necesarias para el buen funcionamiento de esta modalidad. Las principales actividades desarrolladas se pueden resumir en las siguientes:
Montaje y puesta a punto de las plataformas virtuales con los contenidos de las asignaturas. Se ajustan las variantes de acceso a partir de las posibilidades de conexión gratuitas para los estudiantes y se coordinan otras con el Ministerio de Comunicaciones.
Coordinación con diferentes entidades como puntos de acceso a la información académica (Guías, programas, bibliografía, otras), lo más cercano posible a la residencia de los estudiantes tales como: Centros y Filiales Universitarios municipales, Joven Club de Computación, Direcciones Provinciales y municipales de educación, instituciones de diferentes niveles educativos con equipamiento y conexión, entidades de la producción y los servicios designadas como unidades docentes y entidades laborales de base.
Coordinación con medios de comunicación territoriales (Radio y TV) para su empleo en apoyo a orientaciones de actividades.
Monitoreo diario del funcionamiento de las diferentes alternativas empleadas para su ajuste.
Necesidad del diagnóstico de la situación de cada estudiante en cuanto a las posibilidades de conexión u acceso a la información para su autoaprendizaje. En función de ello adoptar las variantes que permitan el avance de todos.
Constituye un principio llegar a todos los estudiantes, con las variantes mencionadas, y aquellos casos en los cuales esto no sea posible tendrán un tratamiento diferenciado, personalizado, una vez recuperada la presencialidad en las aulas universitarias. También reforzar la idea que hay que mantener viva la educación superior (los aportes en tareas de impacto e investigaciones para el enfrentamiento a la Covid-19 y otras prioridades ya son reconocidas) en el proceso de formación para ir avanzando y al retornar a la nueva normalidad no se requiera partir de cero y reforzar los contenidos y competencias que sean necesarias, pero tanto estudiantes como su familia y pueblo en general, pueden tener absoluta confianza de que todas las necesidades serán atendidas. La comunicación entre estudiantes, profesores y directivos universitarios resulta de cardinal importancia para satisfacer todas las inquietudes y necesidades de información.
En conclusiones la educación superior, como parte del país, se encuentra en un momento complejo por la situación epidemiológica. Prácticamente todas las universidades han tenido que pasar a modalidad a distancia. El uso de las plataformas es lo ideal, pero se conoce que pueden existir dificultades en algunos lugares. Lo importante es el monitoreo para saber dónde está la situación a mejorar y cuál sería la alternativa para seguir avanzando. El conocimiento preciso de la situación de cada estudiante para buscar la forma de acercar la información para su auto preparación es clave para el éxito. Se cuenta con diferentes posibilidades (Plataformas, CUM, FUM, Joven Club, Mined, instituciones, Fábricas y cuanto escenario se pueda concretar). Es un momento de solidaridad y cooperación entre profesores y estudiantes para poder avanzar. Siempre habrá detractores de la obra, pero la tarea es seguir adelante con la calidad que se requiere y se puede lograr. Llegarán momentos para reforzar lo que sea necesario. Es importante la comunicación con el pueblo en general, pero familia y estudiantes son actores vitales. Es crucial divulgar lo que se está haciendo y queda bien para la generalización de las buenas prácticas y asegurar a todos que nadie quedará sin la posibilidad de avanzar en sus asignaturas con los reajustes que sean necesarios o cuando llegue la normalidad en última instancia. El trabajo metodológico y la reflexión e intercambio con los colectivos docentes se impone para sistematizar el cambio de paradigma pedagógico. Son tiempos difíciles, sin triunfalismos que no ayudan; pero el optimismo, la creatividad, la unidad y el amor por lo que se hace debe ser lo que prime.
Tomado del portal web del Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba.
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