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La Mujer Cubana en el Deporte.

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Como en todas las esferas de la vida, la mujer cubana actual ha estado presente en el deporte y ha obtenido un lugar destacado; gracias a su dedicación compromiso y lealtad.  Sin pretender realizar un estudio minucioso y completo, queremos resaltar los resultados de un grupo de cubanas que han obtenido resultados relevantes en esta actividad y han puesto muy en alto el nombre de nuestro glorioso país.

Cuba asistió por primera vez a los Juegos Olímpicos celebrados en Francia en 1900. Aunque la Isla envió delegaciones a otras cuatro olimpiadas en la primera mitad del siglo XX, no fue hasta Melbourne 56 que la velocista Bertha Díaz se convirtió en la primera mujer cubana en participar en juegos olímpicos.

En México 68, las atletas cubanas Miguelina Cobián, Violeta Quesada, Fulgencia Romay y Marlene Elejalde se convirtieron en las primeras mujeres de la Isla en ganar una medalla olímpica ya que el cuarteto alcanzó la medalla de plata en la categoría de relevo 4×400 metros. Cuatro años después, en Munich 72, Silvia Chivás rompió el récord mundial juvenil en las semifinales de los 100 metros, y un día después ganó el bronce. Se convirtió en la primera medallista olímpica cubana en una prueba individual.

Solo 40 países han conseguido más de diez medallas de oro en los Juegos Olímpicos. Las mujeres cubanas han logrado 12. La primera fue María Caridad Colón en Moscú 80. Con un disparo de 68,40 metros la guantanamera se convirtió en la primera mujer latinoamericana en conquistar un cetro olímpico.

Cuba registró la mejor actuación de su historia olímpica en Barcelona 92, con 31 medallas (14 de oro, seis de plata y 11 de bronce). La Isla quedó en el quinto lugar en un medallero donde aparecían otras 172 naciones. Nueve de las medallas fueron a parar al pecho de las cubanas.

En esa cita el equipo de voleibol femenino obtuvo la primera de sus tres preseas doradas (1992, 1996 y 2000). Durante esa década las llamadas «morenas del Caribe» ganaron casi todas las competiciones donde participaron. Una hazaña que hasta hoy nadie ha logrado equiparar y que las llevó a convertirse en «el mejor equipo del siglo».

Tras su victoria en Barcelona, Cuba se consagró como la mayor potencia del voleibol femenino, y ganó medallas de oro en el Campeonato del Mundo de 1994 y en la Copa del Mundo de 1995. Así, llegó a los siguientes Juegos, los de Atlanta, como el equipo a batir. El combinado contaba con las mismas bases que el que llegó al triunfo en Barcelona, pero con más madurez todavía.

En las semifinales, la rival de Cuba volvió a ser Brasil, aunque el partido pareció más bien una final anticipada. “Ese juego fue prácticamente la final de la Olimpiada. 20 años después, la gente sigue hablando de cómo fue. Ese juego sigue sonando. Ese juego fue durísimo porque ellas se vieron con la posibilidad de ganarnos a nosotras”, rememora Regla Torres.

Y al final, logró la victoria. Cuba llegó a la final, en la que se enfrentó a la República Popular de China. Su oponente no consiguió romper el idilio entre ‘Las Morenas del Caribe’ y la medalla de oro Olímpica. Una vez más, Cuba comenzó un ciclo Olímpico batiendo a todo aquel que se cruzara en su camino hacia los siguientes Juegos. Tras Atlanta, el equipo nacional ganó el Campeonato del Mundo de 1998 y la Copa del Mundo de 1999.

Sin embargo, Sídney no sería un plácido paseo por el parque para Cuba.  Pero ‘Las Morenas del Caribe’ no podían dejarse caer, ya que la historia les estaba esperando. Tras ganar su tercer oro Olímpico, algo que no tenía precedentes, su apodo pasó a ser ‘Las espectaculares Morenas del Caribe’. Porque sí: todo lo que habían logrado era espectacular. Mireya Luís es una de las ocho jugadoras que ha formado parte de las tres selecciones de Cuba que lograron los tres oros consecutivos, junto a Ana Ibis Fernández, Idalmis Gato, Lily Izquierdo, Marlenis Costa, Regla Torres, Regla Bell y Raisa O’ Farril.

Sin embargo, en Tokio 2020, sólo dos mujeres alcanzaron el podio. En dos décadas de carrera ascendente, la judoca Idalys Ortiz nuevamente marca un hito al ganar la medalla de plata en la categoría de los 78 kilos en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ortiz acumula así cuatro medallas en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos, igualando el récord de preseas de su compatriota, la también judoca Driulis González. Con la conquista de la medalla de plata afirma su posición no sólo como una leyenda del deporte de América Latina sino como una de las judocas más condecoradas del mundo.

La otra cubana Yaimé Pérez, la discóbola logró la medalla de bronce del lanzamiento del disco para damas, con disparo de 65 metros y 72 centímetros. Pérez logró su mejor tiro en el primero de sus intentos, al igual que la medallista de oro, la estadounidense Valarie Allman, quien dominó la prueba con un 66.98.

En la actualidad, ejemplo de tenacidad y resistencia ha sido la atleta cubana Omara Durand, quien revalidó la victoria de hace cinco años en Río de Janeiro en la carrera de 200 metros lisos, clase T12 de discapacitados visuales, en la que batió el récord del mundo, y se marcha de los Juegos Paralímpicos de Tokio como invencible reina de la velocidad y un triplete de medallas de oro.

Omara Durand (Santiago de Cuba, 1991), plusmarquista mundial de los 100 y 400 metros de su categoría, tampoco encontró rival en esta ocasión en los 200 lisos. Paró el cronómetro del Estadio Olímpico de Tokio, junto a su guía Yuniol Kindelan Vargas, en 23.02, y batió por una centésima el récord del mundo que anteriormente también poseía.

La velocista cubana, que reconoció a EFE que «todas las medallas logradas en Tokio son iguales de especiales sin distinción de la distancia», se marcha de la ciudad nipona con tres oros en 100, 200 y 400.  Omara Durand acumula ocho medallas de oro en los últimos tres Juegos Paralímpicos en las distancias de 100, 200 y 400 de su clase T12-T13, y su reinado en Mundiales se mantiene desde su primera victoria en la ciudad neozelandesa de Christchurch en 2011.

Elaborado por: Armenio Pérez López.

 

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