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Maine: 125 años de un pretexto

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En 1898 los cubanos ganaban la guerra a España. La madre patria se aferraba con fuerza a la última gran colonia de América, su surtidora principal de azúcar y la posición más estratégica para el mercado marítimo.

Más a pocos kilómetros de distancia, los Estados Unidos estudiaban como intervenir en la contienda para anexarse la mayor de las Antillas por las mismas, o casi mismas razones que el gobierno español, al que en reiteradas ocasiones le habían solicitado su compra.

Ante las reiteradas negativas de la Península, el gobierno estadounidense buscaba el momento oportuno de salirse con la suya, más  faltaba una excusa clara. Es entonces donde entra en juego la oportuna voladura del acorazado Maine, buque norteamericano que “en visita de cortesía” estaba  fondeado en la bahía de La Habana.

Así pues, el 15 de febrero de 1898 a las nueve y cuarenta de la noche un sonido ensordecedor inundó la rada capitalina. La terrible explosión abrió un enorme boquete en la proa del barco, echándolo a pique en pocos minutos.

La matanza fue horrible: 261 tripulantes muertos y 19 heridos; sólo 75 hombres resultaron ilesos, parte de los cuales eran oficiales que estaban alternando en La Habana. Las autoridades españolas se volcaron con los damnificados, pero sabían que las consecuencias iban a ser terribles.

El hundimiento del navío trajo como consecuencia inmediata la declaración de guerra de los Estados Unidos a España y la tan deseada anexión de Cuba a esta gran potencia imperialista.

Años más tarde, el Comandante en Jefe Fidel Castro, refiriéndose al hecho declaraba: “los humildes marinos de aquel acorazado, cuando el imperio estaba a punto de librar su primera guerra imperialista, fueron atrozmente sacrificados. Existen todos los indicios de que los propios imperialistas volaron el barco, donde no había oficiales, porque, ¡oh, fabulosa casualidad!, estaban en una fiesta. Ese fue el pretexto de la guerra, el pretexto de la intervención en Cuba…”

Cuando se cumplen 125 años de aquel pretexto abrumador, los Estados Unidos de América aún mantienen el sueño de convertir a Cuba en el patio de su casa, pero de nada le han valido nuevas estrategias. Sus planes han salido por la borda porque la isla rebelde afianzó su suerte desde el primero de enero de 1959 para hacerla crecer y fructificar.

Tomado de https://www.radiosurco.icrt.cu/a-125-anos-de-la-voladura-del-acorazado-maine/

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