En nuestra sociedad aún existen problemáticas evidentes con relación a la cuestión de género, de ahí que las categorías más utilizadas para su análisis estén en función de: la división sexual del trabajo, el acceso y control a los recursos, necesidades de género, factores de influencia y la calidad de la participación de las mujeres sobre todo en las actividades relacionadas con la Innovación Agropecuaria Local.
Desde esta perspectiva, el Proyecto para fortalecer un Sistema de Innovación Agropecuaria en el Desarrollo Local (PIAL) se proyecta desde su eje temático: Género y Juventud, pues es evidente la poca visibilidad del trabajo de la mujer en el sector agrario. Las fincas vinculadas al proyecto por ejemplo, están registradas algunas a nombre de mujeres, sin embargo las dirigen los hombres, específicamente los esposos de estas mujeres. Con relación al empleo femenino, aún cuando existe un grupo representativo de mujeres empleadas en el sector agrario la gran mayoría se desempeñan en roles tradicionales. Son precisamente estas y otras problemáticas de género que constituyen centro de atención del eje de Género del proyecto PIAL en la provincia.
El objetivo fundamental del eje lo constituye la formación de capacidades sobre género y empoderamiento de la mujer, desde el seguimiento del diagnóstico de especificidades agroecológicas y sociales con enfoque de género, los talleres de sensibilización mujeres y hombres, la capacitación y sensibilización en temas de género hasta el inicio y seguimiento de la experimentación agrícola con enfoque de género.
A propósito del tema, la Lic. Marianela Ortega Borroto, profesora de la Facultad de Humanidades de la UNICA y coordinadora del Eje de Género del proyecto en entrevista al periódico explica que el eje de género transversaliza todos los demás ejes de trabajo del PIAL.
Si hablamos por ejemplo de biodiversidad ahí también tenemos mujeres, en el caso del cambio climático la mujer precisamente es uno de los sectores que más se ve afectado y uno de los que más incide. Este eje aún cuando está dirigido a las mujeres no excluye a los hombres, trabaja con todos los sectores e incluso con la estructuras de gobierno, formando capacidades en estos espacios y también en la empresas.
Ortega explica que no obstante, la mujer tiene espacios importantes cuando de innovación agropecuaria se trata: creación de recetas de cocina, de grupos de mujeres creadoras, con importantes aportes. Sin embargo la intención que persigue este grupo de trabajo es mayor participación de mujeres en las labores relacionadas con la producción y que tenga acceso al poder en la toma de decisiones.
El eje de género además, cuenta con un grupo auxiliar de capacitación dentro de las estructuras de gobierno, constituido por varias estructuras sociales, organizaciones políticas, el CITMA, la ANAP y la FMC como principal organización que trabaja la problemática de la mujer cubana, además de Educación como institución fundamental para el trabajo desde edades tempranas.
Otra problemática importante lo constituye las migraciones del campo a la ciudad, donde es evidente la presencia femenina y dentro de la juventud la presencia de la mujer, por ello el eje dedica su trabajo para que desde edades tempranas haya un reconocimiento del patrimonio agrario; se trabaja en vínculo estrecho con Educación pues en las escuelas se desarrollan los círculos de interés para motivar a los más pequeños a las labores agrícolas. Apuntó la coordinadora del eje.
Un estudio realizado en tres de los municipios que coordina el PIAL: Baraguá, Primero de Enero y Venezuela, permitió elaborar un diagnóstico para detectar las necesidades de aprendizajes que tienen las mujeres. A partir de allí se aprueban las microbecas, o sea, cursos de capacitación con la combinación del conocimiento científico con el conocimiento tradicional campesino. En la provincia fueron a probadas 5 microbecas, que fueron solicitadas con anterioridad a la coordinación nacional del proyecto con presupuesto e insumos aprobados para su desarrollo. Por ejemplo el municipio Primero de Enero fueron aprobadas dos microbecas, una para la capacitación sobre la producción de la miel de la Melipona, y otra sobre la creación de bancos de semilla. Con estas microbecas se vincula a la mujer a la innovación agropecuaria local y a la producción de alimentos, logrando además su incorporación a nuevas formas de empleo.
Finamente es válido destacar como retos del Eje de Género lograr que el género transversalize todas las estructuras de la sociedad y esencialmente a nivel local, sus estructuras de gobierno, sin lenguaje sexista o excluyentes para la mujer y el fortalecimiento del trabajo integrado entre todos los proyectos que se desarrollan a nivel local, con la participación de la mujer y la equidad de género como principio.
Por Yanet Hernández Soto
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