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Que nadie se llame a engaño…

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Por MSc. Pablo Prendes Lima.

Presidente del Capítulo Provincial de Derecho Constitucional. Premio Provincial de Derecho «Por la Obra de la Vida» 2016

« […] porque lo que es, tiene su raíz en lo que fue […]» Así lo expresó el Canciller de la Dignidad Dr. Raúl Roa García, durante una de las intervenciones en la Séptima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas, San José de Costa Rica1, agosto de 1960, y, seguidamente detalló las intervenciones del gobierno de los Estados Unidos de América en los países de Nuestra América.

Fue preciso recordarlo en medio de la batalla que libraba en esos momentos la Revolución Cubana contra el gobierno norteamericano y sus aliados. Hoy cuando el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro Moros y el pueblo de Venezuela son víctimas de una nueva conjura criminal del imperio y sus lacayos, vale traer a colación el muestrario de esas intervenciones, sin tener en cuenta las que se produjeron después de 1960, que en algunos casos se reiteraron: (República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Granada y otras).

«A fin de que no se olviden», expresaba entonces el Dr. Roa García:

▪   «1831: ataque de marinos estadunidenses a las Malvinas y destrucción del Puerto Soledad.

▪   1835-1836 participación en la guerra de “independencia” del territorio mexicano de Texas, contra el gobierno del general Santa Anna.

▪   1845: anexión final por los Estados Unidos del territorio mexicano de Texas.

▪   1846 – 1848: guerra contra México y mutilación de la mitad de su territorio, cercenándole dos millones de kilómetros cuadrados.

▪   1853: imposición del Tratado de la Mesilla, por el que México pierde otra faja de su territorio.

▪   1855 – 1860: invasiones de William Walker en Centroamérica reconocido por el gobierno de los Estados Unidos (1857) como Presidente de Nicaragua.

▪   1898: intervención armada en la guerra de independencia de Cuba contra España.

▪   1898: bombardeo de San Juan de Puerto Rico por fuerzas navales estadounidenses.

▪   1898: adquisición de Puerto Rico, Guan y Filipinas como despojos de guerra por los Estados Unidos, conforme al Tratado de París.

▪   1898-1902: gobierno militar de los Estados Unidos en Cuba, encabezado por el general Leonardo Wood.

▪   1900: imposición de los Tratados Hay-Correa y HayCalvo a Nicaragua y Costa Rica, para adquirir la ruta interoceánica.

▪   1902-1934: imposición de la Enmienda Platt que dio a los Estados Unidos el derecho de intervención en Cuba.

▪   1906-1909: segunda intervención militar en Cuba por los Estados Unidos, dirigida por el general Charles E. Magoon.

▪   1907: intervención fiscal en la República Dominicana, estableciéndose allí, por los Estados Unidos, la Colecturía de Impuestos.

▪   1907: imposición a las repúblicas de Centroamérica de los tratados llamados de “paz y amistad”, concluidos en Washington.

▪   1909: ruptura de relaciones con Nicaragua y primera intervención armada en esta república por los Estados Unidos.

▪   1912: tercera intervención militar de los Estados Unidos en Cuba “para proteger vidas e intereses norteamericanos”, con pretexto de algunos disturbios políticos y raciales,

▪   1912: refuerzo de la intervención en la República Dominicana, con marinos y soldados de infantería “para evitar revoluciones”.

▪   1912-1925: refuerzo de la intervención armada en Nicaragua, con más barcos de guerra, marinos y soldados de infantería.

▪   1913: intervención del ministro de los Estados Unidos, Henry Lane Wilson, en la política interna de México, con responsabilidad directa por el triunfo del cuartelazo de La Ciudadela durante la Decena Trágica y por el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez.

▪   1914: imposición del Tratado Bryan-Chamorro por el que los Estados Unidos obtuvieron a perpetuidad, la ruta interoceánica de Nicaragua para construir un nuevo canal.

▪   1914: bombardeo y desembarco de fuerzas estadounidenses en Veracruz.

▪   1915-1934: ataque armado, invasión y ocupación de Haití durante diecinueve años.

▪   1916: ratificación, por el Senado de los Estados Unidos, del Tratado Bryan-Chamorro con Nicaragua, no obstante el fallo en contra de la Corte de Justicia Centroamericana.

▪   1916: invasión de México por la “expedición punitiva” del general Pershing.

▪   1916-1924: intervención total armada en la República Dominicana y establecimiento de un “gobierno dominicano” constituido por oficiales navales estadounidenses.

▪   1917-1919: cuarta intervención militar de los Estados Unidos en Cuba, para imponer la reelección del presidente conservador Mario G. Menocal (2000 marines permanecieron en la Gran Antilla, hasta fines de enero de 1919, con el pretexto de entrenarse para la guerra europea).

▪   1921: intervención “diplomática” del Secretario de Estado, Charles Evans Hughes, contra la unidad de Centroamérica, hasta conseguir el fracaso de la Federación inmediatamente después que Guatemala rechazó un ultimátum de Washington para que se otorgaran concesiones onerosas a favor de intereses monopolistas de los Estados Unidos. La República Federal, por otra parte, se había negado a aceptar como legítimo el Tratado canalero Bryan-Chamorro.

▪   1923: imposición a las repúblicas centroamericanas de nuevos tratados concluidos en Washington y llamados también de “paz y amistad”.

▪   1923-1933: presión y propaganda contra los gobiernos revolucionarios de México, tildados de comunistas, durante los regímenes de Coolidge y Hoover en los Estados Unidos.

▪   1926-1933: tercera intervención armada en Nicaragua y ocupación militar del país por los Estados Unidos. Bombardeos aéreos de pueblos y ciudades nicaragüenses. Como epílogo, asesinato del jefe de la lucha nacionalista de resistencia contra la ocupación, general Augusto César Sandino el 21 de febrero de 1934. 1930: imposición en la República Dominicana del jefe constabulario Rafael Leónidas Trujillo,[…]

▪   1931: intervención del Ministro de Estados Unidos en Guatemala Whitehouse, para imponer de presidente a Jorge Ubico, como se hacía en Honduras con otros candidatos de la United Fruit Company.

▪   1948 (abril): reconocimiento automático y ayuda estadounidense a todos los regímenes de fuerza en el continente, a partir de la IX Conferencia Interamericana celebrada en Bogotá.

▪   1948 (octubre) en el Perú: reconocimiento inmediato por los Estados Unidos del cuartelazo de Odría.

▪   1948 (noviembre) en Venezuela: cooperación petrolera y pleno respaldo “diplomático” a los autores del golpe castrense contra el gobierno constitucional de don Rómulo Gallegos.

▪   1949 (enero) en Paraguay: relaciones oficiales inmediatas con el general Raimundo Rolón, Ministro de Guerra que derrocó al gobierno constitucional.

▪   1950-1953 en Colombia: apoyo al régimen ultramontano, neofascista y sanguinario de Laureano Gómez, por haber enviado un batallón a la guerra de Corea.

▪   1951 en Bolivia: reconocimiento inmediato del general Hugo Vallinvián y los demás militares que desconocieron la elección como presidente de Paz Estenssoro.

▪   1952 (marzo) en Cuba: espaldarazo a Fulgencio Batista, reconociéndolo sin dilación después que derrocó al gobierno constitucional.

▪          1952-1954: operación Guatemala: propaganda y conspiración de los grandes monopolios estadounidenses y del Departamento de Estado contra Guatemala, intervención final de ese Departamento, del Pentágono y de la Agencia Central de Inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos con apoyo de todas las dictaduras caribeñas llamadas anticomunistas, en una agresión armada hasta deponer al legítimo gobierno guatemalteco».

Así lo señaló el Dr. Raúl Roa García.

Esta es parte de la historia que el gobierno de los Estados Unidos se afana en ignorar o justificar. Aún no ha cambiado su esencia hegemónica y depredadora a favor de los intereses de la oligarquía financiera que detenta el poder real en ese país, también es notoria la sumisión de algunos gobiernos que se cubren con la túnica imperial, a quienes no es ocioso recordarles la advertencia que en una ocasión les hiciera el propio Canciller de la Dignidad, cuando expresó que:

«[…] han comprado soga para el pescuezo de su autodeterminación, independencia y soberanía al ignorar el principio de no intervención, columna vertebral del sistema interamericano»2.

Los pueblos, sin embargo, no olvidan su martirologio. En virtud de ello la solidaridad con el pueblo de Venezuela y su gobierno constitucional, es hoy más urgente, la paz digna, el diálogo sincero y el respeto a los principios inmanentes del Derecho Internacional, es el estandarte político y ético que a nombre del bravo pueblo venezolano enarbola el gobierno constitucional encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros, fiel al pensamiento de los padres fundadores de la patria latinoamericana y sus dignos seguidores, así como el ejemplo eterno de  Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías.

Los aludidos principios, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, inspiraron la Declaración sobre los Principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados, aprobada por unanimidad mediante la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 24 de octubre de 1970, que son del tenor siguiente:

  • «El principio de que los Estados, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas,
  • «El principio de que los Estados arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia,
  • «La obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta,
  • «La obligación de los Estados de cooperar entre sí, de conformidad con la Carta,
  • «El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos,
  • «El principio de la igualdad soberana de los Estados,
  • «El principio de que los Estados cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con la Carta, para conseguir su aplicación más efectiva dentro de la Comunidad Internacional, fomentarían la realización de los propósitos de las Naciones Unidas».

Honrarlos es la única forma de pervivir. Que nadie se llame a engaño.

Tomado de Patria es Humanidad, Boletín del Capítulo Jurídico Avileño en Defensa de la Humanidad

 

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