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Reflexiones a las puertas del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba

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Siempre comento con sano orgullo revolucionario que tengo el privilegio de ser militante del Partido desde que era estudiante universitario. Por aquellos días, entre los años 2002 al 2004, estábamos en pleno desarrollo de la Batalla de Ideas y veía que el Partido movilizaba constantemente a sus militantes y a toda la comunidad universitaria, lo mismo participábamos en una tribuna abierta que en las movilizaciones para las labores agrícolas y trabajos sociales, el denominador común de aquellos tiempos era que el Partido y sus militantes siempre estaban en la vanguardia.
Entonces los dirigentes de la FEU sentíamos esa fuerza impactante que emana del ejemplo y veíamos en nuestros profesores militantes del Partido un paradigma a seguir. Cuando me preguntaron sobre mi disposición para ingresar a las filas del Partido no lo dudé; pocas veces en la vida me he sentido más orgulloso que aquel 6 de diciembre cuando me entregaron el carnet del Partido.
En el día a día he comprendido que ser miembro de una organización que es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado, no otorga otro beneficio que el deber de ser consecuente con el momento histórico que te toca vivir y la disposición permanente de ser útil a la Revolución, de asumir cualquier responsabilidad en defensa del proyecto socialista de nación que soberanamente ha elegido el pueblo cubano.
Estamos a las puertas del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, un congreso histórico y de continuidad; tiene carácter histórico por múltiples razones, en primer lugar, porque se desarrolla en un contexto nacional y mundial muy complejo, marcado por la expansión global de la pandemia de COVID-19, acompañado de una aguda crisis mundial que nos impacta.
El Congreso coincide, además, con un escenario nacional caracterizado por las profundas trasformaciones derivadas de la implementación de la Tarea Ordenamiento, un aumento singular de la actividad subversiva de los enemigos de la Revolución dentro y fuera del país, envalentonados por la constante agresividad del Gobierno de Estados Unidos. En contraste, se aprecia un creciente movimiento internacional de solidaridad a favor del levantamiento del Bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y de la suspensión de las medidas unilaterales adoptadas por la administración Trump contra el pueblo cubano.
Además de lo anterior, el 8vo. Congreso marcará un hito en la historia patria, este será el Congreso de la continuidad histórica de la Revolución Cubana, expresado en el tránsito paulatino y ordenado de las principales responsabilidades del país a las nuevas generaciones. Ello tiene un significado extraordinario, imposible de describir en pocas palabras, aunque para mí, en esencia, se trata de que las nuevas generaciones de revolucionarios, inspirados en el ejemplo y guiados por las ideas de las generaciones que llevaron al pueblo cubano al triunfo aquel glorioso Primero de Enero de 1959, asumamos las nuevas responsabilidades con la misma firmeza, pasión, entrega y compromiso con que la generación histórica, encabezada por el ejemplo imperecedero del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, nos ha conducido hasta nuestros días.
Los temas que se abordarán en el 8vo. Congreso son de vital importancia para el presente y el futuro de Cuba, por lo que el 19 de abril no será la clausura del Congreso, por el contrario, ese día será la apertura de un proceso de análisis y debate popular en el que militantes y no militantes del Partido buscaremos nuevas formas de pensar y hacer Cuba, para alcanzar el Socialismo próspero y sostenible al que todos aspiramos y necesitamos como fruto de nuestro trabajo diario.
Muy a tono con los temas que serán analizados en el 8vo. Congreso, la labor partidista en nuestra universidad enfrenta numerosos retos, entre los que destacan la necesidad de continuar fortaleciendo el funcionamiento del Partido desde el núcleo hasta el Comité, teniendo como premisa la ejemplaridad de la militancia. Ello nos permitirá continuar incorporando los mejores trabajadores a las filas del Partido.
Igualmente, la dirección del trabajo educativo y político e ideológico que conduzca a la formación de profesionales competentes y comprometidos con el proyecto socialista de nación, es el mejor aporte social que podamos hacer desde la Universidad para impulsar el desarrollo del país y enfrentar los intentos de restauración capitalista que como parte de una guerra cultural y de símbolos hoy se nos hace.
Para alcanzar estos propósitos y otros también relacionados con el cumplimiento de los objetivos de trabajo de la institución, el Partido tiene el desafío de prestarle particular atención al trabajo con los cuadros y sus reservas. A la par, el Partido mantendrá una prioritaria atención a la Unión de Jóvenes Comunistas, el Sindicato y la Federación Estudiantil Universitaria propiciando una participación más activa de sus miembros en los procesos políticos y socio-económicos que se desarrollan en la Universidad, la Provincia y el País.
Considero que, al interior de la Universidad, los debates que se desarrollarán posterior al Congreso pudieran ser de mucha utilidad, en función de estimular un diálogo franco, con sentido de pertenencia, que nos permita identificar aquellas dificultades que hoy limitan el cumplimiento de los objetivos de trabajo y aportar de manera colectiva a la búsqueda de soluciones de las principales dificultades que enfrentamos.
En estas difíciles circunstancias, mi principal llamado es a la unidad, a fortalecer la dirección colectiva, a fomentar el debate sincero y no ver en la discrepancia un problema, sino la fuente de las mejores soluciones. Como expresara nuestro líder histórico, la unidad es lo más sagrado y el arma número uno de la Revolución. Del propio Comandante en Jefe aprendimos que: “Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis”.
Estaremos pendientes a las discusiones y resultados del 8vo. Congreso con el mismo optimismo de siempre y con la confianza irrenunciable en el liderazgo de nuestro único partido, el partido de la Revolución Cubana: el Partido Comunista de Cuba.

Por DrC Juan Miguel Sandó Lopetey, Secretario Comité PCC /UNICA.

Colaboración de Marla Iris Delgado Knight

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