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Reflexiones,con Niria Castillo

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Reflexión 2
Las formas que cada familia tiene de educar generalmente, provocan determinadas formas de actuación en los hijos, aunque no se puede perder de vista que también otros factores de la comunidad, escuela y sociedad influyen.
Una educación pasiva, autoritaria, en la que se le dice al niño lo que debe hacer; en que se le dan respuestas a las preguntas y las soluciones a los problemas, en lugar de estimularlo a que encuentre contestaciones a las interrogantes y explicaciones a los enigmas, puede ir desarrollando personalidades dependientes y con escasa creatividad.
Esta educación engendra un sujeto accionado del exterior y que actúa por influencias externas, en resumen, un hombre/mujer/robot que es pasivo, y permite que otras personas tracen su camino y fijen sus metas. Seguiremos abundando sobre las formas de educar y los resultados en los hijos.

Reflexión 3
Estimados amigos continuamos reflexionando acerca de la relación entre las formas en que cada familia educa y las consecuencias que esto acarrea en los hijos.
Tal vez la forma más peligrosa de educar, en términos de salud mental, es aquella crianza indulgente, mimosa, consentidora, que complace todos los deseos y accede a los caprichos del niño o adolescentes.
Una familia que pretende mantener a los hijos en una torre de marfil, librándolo de responsabilidades y las dificultades normales de la vida cotidiana. Cuantas veces escuchamos “es que yo no quiero que pase lo que pasé yo” “pobrecito todavía es muy chiquito para tener responsabilidades “ya tendrá tiempo de sufrir” “es que si no se lo hago, me demoro mucho”.
Entonces al paso del tiempo y sin darnos cuenta se habrá formado un hombre/mujer débil, indefenso, cobarde, frágil, con pocas posibilidades para soportar las frustraciones que la vida nos impone. Un sujeto que buscará la forma de escapar y evadirse del mundo mediante drogas, enfermedades, aislamiento…. En resumen, una persona fugitiva de la vida.
Recuerden que son solo reflexiones generales, cada uno puede tomar para sí aquellas cuestiones que crea convenientes. Nada es puro, la vida y la formación de un individuo son complejas y la comunidad, la escuela y la sociedad en su conjunto también ejercen influencias.

Reflexión 4
Formar, educar y casi que construir una persona piloto de su vida es complejo, pero no imposible. La familia puede y debe seguir algunas orientaciones:
Haga su mayor esfuerzo para garantizarle a sus hijos un hogar estable donde exista amor, armonía y ejemplaridad.
No exija a sus hijos más de los que sus capacidades le permitan, pero garantice que desarrollen al máximo de sus posibilidades.
Sea cariñoso, solidario, condescendiente, pródigo y protector con sus hijos, pero evite los excesos. Recuerde que el hombre, durante el desarrollo de su personalidad es como una planta que se cultiva: si no se riega se seca, pero si se riega en exceso se pudre.
Cultive una comunicación abierta, flexible escuche más de lo que sermonee.
Sea honesto consigo mismo y con sus hijos.

Reflexión 5
No puede sustraerme a la fecha del día internacional de la mujer y escribir sobre la educación y equidad de género. Recalco Equidad, porque sencillamente somos diferentes, por tanto, es darle a cada uno lo que necesita y no lo mismo para todos. Un día, en consulta, le comenté a una mamá, que a la hora de educar estaba siendo machista, al principio se molestó (como casi siempre sucede cuando nos señalan algo incorrecto que hacemos), después, y en el transcurso de las consultas comprendió.
Sin ser consciente de ello, las mujeres, que somos las que nos ocupamos, con mayor frecuencia de la educación de nuestros hijos “cavamos nuestra propia tumba”, cuando le negamos a nuestro hijo que colabore en las labores domésticas, cuando permitimos que nuestro hijo se vaya a jugar con sus amigos y nuestra hija se quede en casa haciendo los deberes domésticos.
Sin querer estamos reproduciendo el sistema más universal y longevo: el patriarcado, o el dominio de los hombres, por el solo hecho de serlo.
Recomiendo, no sería mejor educar seres humanos alegres, sensibles, fuertes y seguros, donde no importe el sexo sino las potencialidades, las virtudes, las habilidades. Educar hijos e hijas por igual es un reto porque en la sociedad quedan estereotipos y prejuicios que siguen funcionando. Ustedes tienen la palabra.

Por DrC Noria Castillo Arzola,profesora de FUM Florencia.

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