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Salud y bienestar en Cuba: área de alta prioridad

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En Cuba, la salud constituye un área de alta prioridad para el gobierno, con cobertura y acceso universal y gratuito, fundamentados en la estrategia de Atención Primaria de Salud (APS). A partir de la creación del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, la salud pública cubana situó a estas dos figuras como los máximos responsables de la salud de los individuos, las familias y la comunidad, enfocando sus acciones hacia la prevención de factores de riesgo y la promoción de estilos de vida saludables. Los resultados alcanzados en el país constituyen un referente internacional y, en especial, para los países en desarrollo.

Se han logrado grandes avances en la lucha contra varias de las principales causas de muerte y enfermedad. La esperanza de vida ha aumentado, las tasas de mortalidad infantil y materna han disminuido, se ha cambiado el curso del VIH y la mortalidad debida a la malaria se ha reducido a la mitad.

La buena salud es esencial para el desarrollo sostenible, y la Agenda 2030 refleja la complejidad y la interconexión de ambos. Toma en cuenta la ampliación de las desigualdades económicas y sociales, la rápida urbanización, las amenazas para el clima y el medio ambiente, la lucha continua contra el VIH y otras enfermedades infecciosas, y los nuevos problemas de salud, como las enfermedades no transmisibles. La cobertura universal de salud será integral para lograr el ODS 3, terminar con la pobreza y reducir las desigualdades. Las prioridades de salud global emergentes que no se incluyen explícitamente en los ODS, incluida la resistencia a los antimicrobianos, también demandan acción.

Sin embargo, el mundo no está bien encaminado para alcanzar los ODS relacionados con la salud. El progreso ha sido desigual, tanto entre países como dentro de ellos. Sigue habiendo una discrepancia de 31 años entre los países con la esperanza de vida más corta y la más larga. Si bien algunos han logrado avances impresionantes, los promedios nacionales ocultan el hecho de que algunas poblaciones, grupos y comunidades se están quedando atrás. Los enfoques multisectoriales, basados ​​en los derechos y con perspectiva de género, son esenciales para abordar las desigualdades y asegurar una buena salud para todas las personas.

Las metas fundamentales se resumen en:

3.1 Reducir la mortalidad materna.
3.2 Terminar con todas las muertes prevenibles en menores de 5 años de edad.
3.3 Combatir enfermedades trasmisibles.
3.4 Reducir la mortalidad por enfermedades no trasmisibles y promover la salud mental.
3.5 Prevenir y tratar el abuso de sustancias.
3.6 Reducir las lesiones y las muertes en carreteras.
3.7 Acceso universal al cuidado de la salud sexual y reproductiva, la planificación familiar y la educación.
3.8 Alcanzar cobertura de salud universal.
3.9 Reducir las enfermedades y la muerte por productos químicos peligrosos, y por la contaminación.
3a. Aplicar el convenio marco de la OMS sobre control del tabaco.
3b. Apoyar la investigación, el desarrollo y el acceso universal a vacunas y medicamentos asequibles.
3c. Aumentar la financiación de la salud y apoyar la fuerza laboral de la salud en los países en desarrollo.

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