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Una breve mirada al envejecimiento de la población cubana.

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En Cuba, el conocimiento estadístico acerca del proceso de envejecimiento y la situación de las personas de edad es imprescindible para la implementación y seguimiento de políticas públicas que tengan como fin el bienestar y la equidad de la población mayor y muy mayor cubana, propósito esencial de la política económica y social del Estado y el Gobierno cubano en el pasado, en el presente y en lo perspectivo.
El Primer Secretario del PCC y Presidente de la República de Cuba, Miguel DíazCanel Bermúdez, considera que la dinámica demográfica es un tema que cada vez adquiere mayor complejidad, porque es uno de los que más impacta en la vida presente y futura del país. A su vez, en el enfrentamiento a la pandemia COVID19, el Gobierno ha implementado acciones y recursos que favorecen el Programa Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor como: la creación de mejores condiciones en los hogares de ancianos, las casas de abuelos y en el Sistema de Atención a la Familia (SAF); así como la identificación de los ancianos con alguna enfermedad crónica de base o comorbilidad, dependencia y edad muy avanzada.
La definición de envejecimiento, desde el punto de vista demográfico tiene en cuenta el aumento en la proporción de personas de edad avanzada con relación al resto de la población, sin embargo, se ha considerado la importancia de definirla también como la inversión de la pirámide de edades, debido a que el fenómeno, no es solamente un aumento de la proporción de ancianos, sino también una disminución de la proporción de niños y jóvenes entre 0 y 14 años.
De los lineamientos aprobados en el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) sobre la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, el número 90 define la dinámica demográfica del país: “Continuar la implantación gradual, en todos los sectores de la sociedad, de las medidas para atender el envejecimiento poblacional y, en especial, las encaminadas a estimular la fecundidad.

En el mapa se observa, al cierre del 2020, que todas las provincias del país presentan un grado de envejecimiento que supera al 18,9%, siendo Artemisa la menos envejecida con 19,0% y Villa Clara la provincia más envejecida con 24,5%.2 Por zona de residencia, se aprecia que la población de 60 años y más habita mayormente en zonas urbanas, donde se concentra más del 70% de la misma, presentando una distribución similar a la del resto de la población del país. En la zona urbana, Villa Clara y Artemisa se destacan como las de mayor y menor grado de envejecimiento, respectivamente. Sin embargo, la situación cambia en la zona rural, pues la provincia de Guantánamo es la de menor grado de envejecimiento con 18,0%, al tiempo que Villa Clara se mantiene como la más envejecida con 26,4 % de su población con 60 años y más.
No obstante, cuando la mirada se da a nivel de municipios se aprecian diferenciales que se mueven dentro de un amplio rango de valores entre un 14,7 y un 28,9%. El municipio de Yateras de la provincia de Guantánamo es el más joven del país, transitando en los últimos cinco años desde un 13,0 a un 14,7%. De manera contraria, Plaza de la Revolución se presenta como el municipio más envejecido, reflejando un 27,5% de su población de 60 años y más en el 2016 y un 28,9% en el 2020. Al finalizar el año 2020, de los ciento sesenta y nueve municipios, ciento catorce reflejaron proporciones de población de 60 años y más superior al 19,9% y diez de ellos por encima del 25%.
Se espera que para el 2030, la proporción de personas de 60 años y más, sobrepase el 33% de la población. Este panorama de cambios profundos en la estructura por edad incidirá directamente en la estructura de las necesidades y demandas sociales, económicas, de empleo y culturales de esta población.

Por: Ariadna F. Vallellano Rodríguez

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