Desde mediados del siglo XVIII, y como reacción a las ideas científicas modernas y, más tarde, al impacto social de la Revolución Industrial, surgieron una serie de reevaluaciones éticas de la ciencia y la tecnología, y después, de la medicina. La idea central de estas re-evaluaciones es observar que, aunque la ciencia y la tecnología son formas poderosas de conocimiento muy atractivas para la sociedad, y que, con frecuencia, a primera vista, parecen promover el progreso, en muchas ocasiones se hallan también íntimamente ligadas a efectos colaterales no deseados o a resultados de segundo o tercer orden que están lejos de ser beneficiosos.
El cuestionamiento ético de la tecnología, no surge repentinamente, sino en relación con una serie de desarrollos tecnológicos. El descubrimiento y la aplicación de la energía nuclear, el reconocimiento de la contaminación ambiental, las innovaciones y las manipulaciones biomédicas, y las modernas tecnologías de la información han dado lugar a reflexiones y análisis distintivamente éticos.
Muchos proyectos científicos (tales como la exploración espacial, los grandes aceleradores, y la investigación sobre el genoma humano) son tan caros que la financiación puede llegar a superar el PNB de un alto porcentaje de países industrializados avanzados, produciendo resultados (como el descubrimiento de un agujero negro o una nueva partícula subatómica) con poco valor práctico inmediato. El fin de la guerra fría ha privado a la ciencia del apoyo derivado de la rivalidad entre las superpotencias, al tiempo que otras necesidades sociales como la atención médica y la educación, así como los problemas de la degradación ambiental y la competencia económica global, contribuyen a desafiar al estado para renegociar su apoyo a la «investigación pura». Todo ello ha conducido también a una nueva discusión acerca de la clase de responsabilidad ética que deberían tener los ingenieros no sólo respecto a su profesión sino también con relación a la sociedad.
El campo de la bioética podría dividirse en diferentes cuestiones morales relacionadas con los diversos estadios de la vida humana. El aborto, la fertilización in vitro, la experimentación fetal o las madres de alquiler son todos ellos temas relacionados con el comienzo de la vida. Las relaciones médico-paciente, junto con aquellas cuestiones relacionadas con la privacidad, confidencialidad y consentimiento informado, afectan al cuidado médico de los adultos. Los trasplantes de órganos y la eutanasia son temas asociados al final de nuestras vidas. Cubriendo todos los estadios de la vida se encuentran las preguntas acerca de la política de sanidad o la distribución de los escasos recursos médicos, los procedimientos de la investigación biomédica (incluyendo la experimentación con animales) y las perspectivas especiales de enfermeras, psicólogos y asistentes sociales.
Cuestionamientos:
- Uso de las tecnologías anticonceptivas, sean «naturales» o «artificiales», en armonía con el orden natural.
- Cómo deberían considerarse a los seres humanos según las fases del desarrollo biológico (sea por razones utilitarias o cualesquiera otras) como personas y no como animales y, por tanto, no ser objeto de manipulación tecnológica sin derecho a ejercer su consentimiento informado.
- Consentimientos sobre la aplicación de ciertos procedimientos experimentales (incluyendo las donaciones de órganos) en niños o personas incapaces de expresarse o razonar por sí mismas.
- Niveles de acceso a los recursos médicos.
En materia de Ingeniería Genética se puede hacer alusión a la selección de embriones con características prefijadas, y la nanociencia y nanotecnología.
La posibilidad de secuenciar de forma barata y rápida el genoma de numerosos individuos abre la puerta a que se pida a la gente, implícita o explícitamente, que proporcione su información genética a empleadores o aseguradoras, por ejemplo. Los gobiernos, a través de los sistemas públicos de salud también tendrían acceso a esa información. La intimidad de las personas afectadas se vería en todos esos casos y otros no contemplados aquí claramente vulnerada.
La sustitución o modificación de genes que puedan condicionar la predisposición a ciertas enfermedades, la propensión a determinados rasgos de carácter, el envejecimiento, las habilidades cognitivas, los rasgos físicos, el estado de ánimo, el vigor sexual u otras características también es motivo de preocupación.
De un orden completamente diferente, pues no conciernen a la naturaleza humana, son las controversias relativas a la producción de organismos transgénicos con propósitos comerciales. Nos referimos, principalmente, a la producción de semillas transgénicas o de animales de esa misma condición, como salmones de crecimiento rápido, por ejemplo. Aunque la mayoría de la comunidad científica coincide en que no se han encontrado pruebas de la peligrosidad de estos organismos, a ellos se oponen sectores sociales y políticos con gran presencia mediática. Esgrimen argumentos de carácter ecológico y razones de salud, pues sostienen que pueden causar un daño grave e irreversible a ecosistemas y seres humanos.
En el caso de Educación, la premura es un factor que debe ser eliminado en las investigaciones científicas; este incorrecto proceder puede ocasionar sesgos en la selección de los métodos, procedimientos y técnicas a utilizar durante la actividad indagatoria, en los resultados y en la selección de los medios para divulgar los trabajos. También es causa de acciones poco éticas y deshonestas, ya sea de manera involuntaria o accidental por desconocimiento del investigador, exceso de información y desorganización del proceso o intencional con el propósito de lograr beneficios académicos o económicos.
Este mal proceder acarrea consecuencias nefastas no sólo para el investigador que así actúa, sino también para la comunidad científica. La ética es un factor de vital importancia para garantizar la fidelidad de los acontecimientos, el respeto a la verdad y la confianza en las ciencias, que de irrespetarse repercutiría en que toda la obra posterior tenga como referentes teóricos estos aportes distorsionados.
En el ámbito de la Salud, es muy importante la intención de prevenir conflictos en el acto médico y desde el punto de vista bioético, éste, el manejo paliativo y de la muerte digna; situaciones que pueden ser fuente de demandas entre el paciente y el médico. Sostenemos que la actitud y aptitud del médico, del paciente, su familia, amigos y representantes legales, con apertura y honestidad, pueden prevenir la gran mayoría de las causas de conflicto y evitar las consecuencias del mismo entre los profesionales de la salud y los enfermos. La prevención es posible si hay buena voluntad y conocimiento de normas, leyes, usos y sentido común.
Hay dilemas éticos en este sentido que son válidos destacar: el médico no debe dar nunca garantía de éxito de su intervención, debe tener mucho cuidado en su comunicación con el enfermo y sus allegados, presentar en lenguaje llano y con prudencia comunicar su percepción en cada caso que se le presente. Debe tener en todo momento clara noción de que el enfermo reciba el beneficio máximo de su intervención, y en caso de una situación final debe colaborar con familiares y amigos y enfrentar junto con ellos el momento triste de perder a un paciente (Reyes & Delong 2010).
Se cuidará especialmente el plano social, psicológico creando empatía y en el espiritual al respetar las creencias, cualesquiera que estas sean y facilitar el acceso a lo que desea el enfermo o la familia. No olvidar nunca en caso del deceso que el cadáver debe ser entregado con dignidad, no hay excusa para que no se retiren venoclisis, sondas, todos los tubos y demás equipo que tuvo que usarse, el cadáver será manejado con respeto y se entregará con todos los orificios naturales ocluidos, limpio, al servicio funerario para que este desempeñe su función.
La ciencia y la tecnología están desafiando a la reflexión moral a que investigue y desarrolle nuevos temas que incluyen: el futuro en peligro, la seguridad, el riesgo y la incertidumbre; el ambiente; la privacidad y la responsabilidad.
El interés por una evaluación de tecnologías (ET) auto-crítica tanto en el frente popular como en el técnico ha dado paso a investigaciones centradas sobre las ideas de la tecnología alternativa, las metodologías de riesgo-coste-beneficio, y la responsabilidad como imperativo moral.
Conclusiones
Una importante implicación del nuevo cuestionamiento de la tecnología científica es el reto que supone para la delimitación moderna de la ética y la idea de naturaleza humana en la que se basa. Aún queda por ver si, y en qué medida, la ética de procesos es capaz de ocuparse de los nuevos problemas éticos suscitados por la ciencia, la tecnología y la medicina. Al mismo tiempo, sin embargo, la tecnología científica y la medicina tecnológica no dejan de proponer nuevas extensiones en la capacidad de construir más profundamente que nunca en lo humano y más ampliamente que nunca en el mundo. No sabemos cuál será el resultado final de esta tensión fundamental entre la ética y la tecnología.
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