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Clima organizacional: el líder y de los seguidores

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Clima organizacional: el comportamiento del líder y de los seguidores

El clima organizacional consiste en las relaciones laborales y personales que se dan al interior del lugar de trabajo. Es tan fundamental que contribuye, o no, al buen desempeño, al logro de objetivos y/o a la calidad de los servicios, por ejemplo. Cuando son buenos los nexos laborales y la comunicación dentro de una entidad entre los trabajadores, los directivos y los líderes, el clima organizacional influye en la obtención de un quehacer de calidad.

El comportamiento de un buen líder va en estrecha relación con el impulso capaz de dar al de sus seguidores, en sentido general son directamente proporcionales, se acoplan para lograr resultados, un líder traspasa su actuación a la de sus seguidores. Por ejemplo, si innova, si se atreve a experimentar con novedosas maneras de hacer, alienta a sus seguidores; si es intuitivo, e imagina e idea de manera entusiasta, promueve que estos involucren sus anhelos; si despierta confianza, fomenta el trabajo en equipo y la colaboración, ayuda a sus seguidores a sentirse capaces y apoyados y al ser ejemplo irradia una actitud de que no exista diferencia entre lo que se debe decir y hacer. En fin, un comportamiento alimenta al otro: en ánimo, reconocimiento y logros.

Para establecer un buen clima se pueden aunar ciertas prácticas y sumar al respecto:

  • Liderazgo: Estimular.
  • Lograr voluntades: Dar cabida al reconocimiento de la tenacidad, la perseverancia y la constancia.
  • Recreación: Organizar sesiones de actividades entretenidas en equipo y familiares.
  • Coaching: Apoyar el alcance de metas: empresariales, psicológicas, filosóficas, deportivas y espirituales.
  • Acercamiento: Estar con las bases.
  • Motivación profesional: Abordar en sesiones lo fundamental de la labor que se realiza: social, económica, política, educativa, recreativa, etc.
  • Reuniones: Organizar para deliberar falencias y necesidades, logros y aciertos.
  • Roles: Asignar claridad de tareas.
  • Estímulos: Aplicar incentivos tangibles e intangibles.
  • Acompañamiento: Establecer sistemas de mentoring.
  • Superación: Proponer cursos según falencias y fortalezas.
  • Comunicación y transversalidad: Proyectar e incentivar el encuentro con y entre áreas.

El apoyo, el desarrollo y el reconocimiento de los subordinados

La relación entre apoyo, desarrollo y reconocimiento con la satisfacción y rendimiento del equipo es muy estrecha y transversal. Un líder es el encargado de promover el compromiso, las habilidades y las conductas de sus subordinados para el incremento de la productividad, y para ello se vale del respaldo que brinda, del desarrollo tanto personal como profesional que propicia, y del reconocimiento ante logros, innovaciones y compromisos. Asumir ser líder es favorecer con regularidad un ambiente de oportunidades: que los subordinados desarrollen las herramientas y los recursos necesarios para alcanzar el éxito en el cumplimiento de lo indicado.

Yukl (2008, p. 8) plantea:

El liderazgo es el proceso de influir sobre otras personas para conseguir su comprensión y consenso acerca de las acciones y medidas necesarias en una situación dada, y el proceso de facilitar los esfuerzos individuales y colectivos para conseguir objetivos comunes.

El líder y los procesos de toma de decisiones en grupo

Debe tener claro que parte de los procesos que condicionan su papel tienen que ver con los mensajes que emite y, sobre todo, con las estrategias que emplea por lo que primeramente tiene que empoderar y motivar a los trabajadores sobre las ventajas del trabajo en grupo en la toma de decisiones, además de moderar y dirigir las opiniones y los aportes. Y en la teoría, y en la práctica, a medida que se van dando las situaciones y resultados destacar: que un grupo logra más y mejor la información y el conocimiento porque recopila más documentos, y distingue cuál es más autorizado y cuál no; que en conjunto se enriquecen las posibilidades por la variedad de puntos de vista, y las ventajas de ello; que fluyendo el proceso grupal se legitima la democracia; que se limita también el margen de errores porque es mucho mayor la mirada ante las decisiones y que las interrogantes, las objeciones y los obstáculos a los que normalmente se enfrenta la toma de decisiones individuales en equipo tienden a desaparecer. Estimulando, en estos puntos se concientiza y afianza no solo el proceso de participación en la toma de decisiones, sino además las relaciones y formas que deben establecerse para lograr un alto rendimiento en todo momento.

La comunicación en el entorno de la organización

Antaño la clave para los directivos era mandar, hoy en día para los líderes es mucho más importante establecer una comunicación eficaz, coherente, y de esta forma regular las decisiones sobre las tareas. La base, lo fundamental, para crear una buena relación está en la comunicación. Todo importante vínculo parte de esta acción. Y para que fluya sincera y aportadora tiene que existir la voluntad de establecerla. La ideal buena relación y comunicación, la confianza y empatía solo posibilitarán la creación de un escenario capaz y enérgico para la absorción de nuevas posibilidades en pos de resultados. Así se aseguran respuestas fiables y honestas para con las labores a desarrollar en el entorno de las organizaciones. Dentro de las habilidades de un líder la comunicación eficaz es la capacidad de escuchar, preguntar y expresar ideas de manera efectiva y saber reconocer verbalmente.

En todo marco cultural y social de cualquier entidad, los patrones de comunicación son fundamentales: confiar tanto en la comunicación implícita, en los gestos, la postura, voz y el contexto; como en la comunicación explícita, en las instrucciones claras y detalladas. Es decir, tener una comunicación efectiva y directa para lograr huellas positivas a través del lenguaje verbal, paraverbal, kinésico y proxémico. Entablar la comunicación y la retroalimentación, como plataforma creadora de la autoconfianza para la generación de resultados. Lograrla con y entre los miembros asegura agilidad en las tareas, evita problemas, trabas y por ende elimina las demoras. Un equipo que tenga buena comunicación es más efectivo ante cualquier tema que apremie resolver, y al percibir logros redobla la motivación.

Barreras comunicacionales

Varias razones pueden influir en el fallo de la comunicación interpersonal y grupal. Estos obstáculos frenan el mensaje entre el emisor y el receptor, y repercuten dentro de las organizaciones en perder tiempo, procuran más esfuerzo y pudieran retrasar resultados económicos. Tener habilidades de transmisión y escucha, e implementar la retroalimentación garantiza la no existencia de estas barreras.

  • Barrera idiomática: No solo tiene que ver con hablar diferentes lenguas, también aplica, y de manera mucho más común de lo esperado, al lenguaje y a la capacidad lingüística de los individuos. Los términos utilizados en los mensajes muchas veces frustran. Por ejemplo incluir un cúmulo de palabras especializadas, coloquialismos o frases regionales pueden contribuir al malestar y a la desilusión del receptor.
  • Barreras psicológicas: El estado mental, el estrés, la incomodidad y la malinterpretación también influyen en la manera de enviar el mensaje o en la forma que es recibido.
  • Barreras fisiológicas: Problemas auditivos, o de ruido ambiental, o el lenguaje proxémico pueden ser situaciones a tener en cuenta.
  • Barreras físicas: La distancia geográfica entre el emisor y el receptor evidentemente también influye.
  • Barreras administrativas: Los obstáculos presentes en las estructuras de las organizaciones pueden ser definitorios para las falencias: sistemas de información ineficientes y/o canales de comunicación mal instaurados e incomprensión de los roles.
  • Barreras de actitud: La disposición, determinados comportamientos y determinadas sensaciones impiden comunicarse de manera óptima.

El proceso de percepción psicológica en la comunicación

Un buen líder debe tener en cuenta que existen varios componentes perceptivos que influyen en la comunicación afectándola positiva o negativamente, tanto dentro del entorno de las organizaciones como en las comunicaciones interculturales. La empatía, la tolerancia, la flexibilidad cognitiva y la capacidad de no enjuiciar son procesos individuales que definen actitudes que garantizan efectividad en la comunicación. Por ejemplo, ser empático y tolerante es relevante para establecer relaciones entre el emisor y el receptor, que un individuo asuma que existan diferencias es dar menos margen a las confusiones e incomprensiones. Psicológicamente individuos flexibles cognitivos y con capacidad de anular juicios estereotipados en determinadas circunstancias, poseen habilidades interpersonales que amplían las posibilidades de comunicación.

Diferencias interculturales en la comunicación

Las diferencias interculturales y la comunicación, tan entremezcladas hoy, requieren que toda persona actúe dentro de los marcos nobles del respeto, el diálogo simétrico y la cooperación. Si no sucede, de manera individual se produce una ruptura que pudiera generar conflictos entre los involucrados, los otros componentes dentro una organización, y por lo tanto se problematiza todo el entorno. El reconocimiento a la diferencia, y cuánto es su aporte, indiscutiblemente impulsa la unión y el desarrollo. Es imperativo que los líderes, la gente y las entidades que las reúnen, comprendan y acepten que la diversidad cultural es impacto positivo y riqueza exponencial.

La UNESCO (2001) expone:

Al tiempo que se garantiza la libre circulación de las ideas mediante la palabra y la imagen, hay que velar porque todas las culturas puedan expresarse y darse a conocer. La libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación, el plurilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones artísticas, al saber científico y tecnológico -comprendida su presentación en forma electrónica- y la posibilidad, para todas las culturas, de estar presentes en los medios de expresión y de difusión, son los garantes de la diversidad cultural.

Hay que interiorizar que la cultura es lo que hace la diferencia entre todos los seres humanos, el binomio cultura y diversidad es lo que caracteriza. De manera amplia la cultura  diferencia, de manera puntual une a los miembros de cada uno de los grupos existentes. Los vuelve similares, comunes, aunque vistos de forma bien micro cada individuo es distinto. Es por lo tanto la cultura un todo que diferencia y unifica al mismo tiempo.

En resumen, la comunicación muchas veces se ve afectada con la divergencia, lo mismo por la mezcla como por el choque, por la interinfluencia, y en cualquier lugar del planeta, y tanto física como en línea. Por ello, es necesario abrir la mente y entender que toda persona involucrada con otra de disímil región tiene delante una excelente oportunidad para cultivarse a través del otro grupo social, religioso, político y étnico. Y que todo diferente entramado, al cual también se pertenece como diferenciador, influye para bien porque es una oportunidad de enriquecer el estilo personal, la mentalidad, las costumbres, el lenguaje verbal y no verbal, etc. Un líder debe estar al tanto e intentar crear cultura al respecto.

 

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