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Cuba, ¿una zona azul?

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Los centenarios representan uno de los segmentos de más rápido crecimiento dentro de la población cubana, con implicaciones socioeconómicas y de salud muy especiales que el país asume.

Ya el ser humano no sueña con la quimera de la inmortalidad, sino que se ha centrado en conseguir una existencia más larga y saludable. La esperanza de vida se ha duplicado en los últimos cien años gracias al   mejoramiento de las condiciones, los avances médicos y científicos en el diagnóstico precoz de numerosas enfermedades y el tratamiento de muchas de estas.

En la región de las Américas, Cuba se encuentra entre los países de mayor índice de envejecimiento poblacional con el  19,8 por ciento de su población con 60 años y más, para un total de 2 219 784 personas, precisó el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (Minsap).

«En la actualidad los centenarios representan uno de los segmentos de más rápido crecimiento dentro de la población, con implicaciones socioeconómicas y de salud muy especiales. Son un ejemplo de envejecimiento poblacional exitoso, porque más que víctimas son sobrevivientes y la mayoría ha desarrollado mecanismos que le ha permitido alcanzar el extremo de la vida humana. Los estudios realizados demuestran que la mayoría no son dementes, discapacitados o dependientes en su totalidad, pues aún pueden realizar actividades de la cotidianidad».

Agregó el funcionario que el incremento de la proporción de personas mayores en nuestro país no es solo un resultado de la disminución de la fecundidad, sino también de la disminución de la mortalidad para todas las edades. «En Cuba, además, se garantiza el acceso a los servicios de salud de manera gratuita y una suficiente cobertura de los programas de seguridad social».

Otro indicador que demuestra la magnitud y la rapidez del crecimiento de la longevidad de los cubanos es el rango de supervivencia: más del 87 por ciento de los cubanos sobreviven a los 60 años y en la próxima década lo hará el 90 por ciento, precisó.

La doctora Lilian Rodríguez publicó Centenarios en Cuba: secretos de la longevidad, el primer estudio sobre este sector poblacional en el país. La investigación se realizó a partir de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2002, el cual reflejaba que en el país existían 6 415 personas con 96 años y más, sin contar a los de 98 años y más que se registraron en las entonces provincias de La Habana y Ciudad de La Habana. El total de la muestra fue de 7 549 posibles centenarios.

Los resultados más significativos arrojaron que la mayoría de estas personas tienen entre cien y 104 años, son de piel blanca, de sexo femenino y habitan en la región oriental del país. Predominaron la escolaridad primaria, la viudez y la convivencia con otros familiares, siendo los hombres los que en algunos casos viven solos.

El estudio demostró, además, que la mayoría tuvo padres longevos, lo que ratifica el vínculo de la herencia con la longevidad. No obstante, Rodríguez precisa que si bien la longevidad está relacionada en el 35 por ciento con la genética, el mayor porcentaje corresponde a la interacción con el ambiente.

En sentido general el estado cognitivo de los ancianos entrevistados fue favorable, solo se registraron algunos casos de deterioro leve de la memoria. Ellos no presentaron signos de depresión, tenían buena autopercepción de salud y una favorable actitud ante la vida.

Refiriéndose a los resultados del estudio de los Centenarios en Cuba…, el único que se      ha hecho en el país, el doctor Fernández Seco puntualizó que el optimismo, las ganas de vivir y el trazado de proyectos son los denominadores comunes de las vidas de aquellas personas que han vivido tanto. «Lo importante es cómo enfrentamos las diferentes situaciones de la vida, cómo superamos las dificultades y cómo nos motivamos».

Autores:

Odalis Requines Cutiño

Aileen Infante Vigil – Escalera

Ana María Domínguez Cruz

Tomado de Juventud Rebelde

Con colaboración de Consuelo Jiménez Berenguel

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