En la madrugada del primero de abril de 1895, después de siete días de azarosa navegación llegaban a Cuba por Playa Duaba en Baracoa, zona del extremo oriental, el General Antonio Maceo, su hermano José, Flor Crombet y una veintena de patriotas más a bordo de la goleta Honor.
La misión de este desembarco protagonizado por el Titán de Bronce y sus hombres era cumplir con el compromiso juramentado18 años atrás en Mangos de Baraguá de luchar hasta que la Patria fuera definitivamente libre e independiente.
A tan solo unas horas de su arribo, sus integrantes se dispersaron por los montes circundantes para eludir la fortísima persecución española, a la que se enfrentaron, derrotándole y haciéndole huir despavorida al escuchar el grito de ¡Aquí esta Maceo¡ ¡Viva Cuba Libre¡
A pesar de los esfuerzos de España por impedir el regreso de Antonio Maceo a la isla, la noticia de su llegada se regó como pólvora y llegó hasta la propia península, donde el diario “El imparcial” anuncio la misma.
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