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El rol de Fidel en los triunfos del deporte en Cuba

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«El deporte no es en nuestra patria un instrumento de la política, pero el deporte en nuestra patria sí es una consecuencia de la Revolución”, así dejaba claro el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, la importancia que le concedió a la universalización de la enseñanza del deporte. Antes de 1959, solo el 0.25 por ciento de la población cubana participaba en actividades deportivas y los logros se concentraban, principalmente, en el béisbol y el boxeo.

El deporte por y para los cubanos

Una de sus banderas era llevar el deporte a cada rincón de Cuba, como bien señaló en la clausura de la Primera Plenaria Nacional del INDER: “Es necesario llevar hasta el máximo el esfuerzo en favor de la Educación Física y el deporte en la escuela primaria, en los centros secundarios, en las fábricas, en las granjas, cooperativas y en todos los núcleos de masas”.

A partir de 1961, se inició la verdadera revolución en el deporte cubano, al construirse instalaciones deportivas por toda Cuba, que se llenaron de niños de todas las edades sin distinción de razas, garantizando que todos tuvieran el derecho a participar, incluso las mujeres, para dejar un gran legado en la historia de la isla.

Con el fin de que las actividades fueran realizadas sin límites de edades y desarrollar campeones nacionales e internacionales, se eliminó el deporte rentado y la concepción del atleta como mercancía.

El deporte como formador del carácter

Fidel reconoció al deporte como actividad rehabilitadora, capaz de crear y fomentar valores humanos como compañerismo, solidaridad, voluntad, responsabilidad, disciplina; pensamiento que quedó plasmado en el discurso pronunciado con motivo de la inauguración de los Primeros Juegos Deportivos Escolares Nacionales, el 22 de agosto de 1963.

“El deporte ayuda a la salud; el deporte hace fuerte —no solo físicamente, hace fuerte también moralmente—, hace fuerte también el carácter, hace fuerte también la voluntad; el deporte educa los músculos y educa el carácter; desarrolla la inteligencia, hace ciudadanos más saludables, más preparados y más desarrollados en todos los sentidos”, dijo.

Sobre lo que se necesita para desarrollar el deporte en Cuba y ser un buen deportista, el líder cubano recalcó el 2 de septiembre de 1977 que “nuestra Revolución ha establecido el principio de que el deporte es un derecho del pueblo, a lo cual podríamos añadir que el deporte es también un deber del pueblo”.

Cuba: el gigante olímpico de América Latina

La creación de las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Atlético, así como los sistemas de competencias implantados en las categorías escolares, juveniles y de mayores, hicieron posible que Cuba obtuviera medallas mundiales y olímpicas en deportes de poca tradición. Gracias a la inversión en el deporte, impulsada por Fidel, Cuba comenzó a cosechar triunfos en la arena internacional desde la década de 1960 para erigirse en potencia latinoamericana, continental y mundial.

En poco tiempo, los Juegos Centroamericanos y del Caribe y disputaron, incluso, el primer lugar de los Juegos Panamericanos con Estados Unidos, como sucedió en La Habana 1991, cuando ocupó la posición número uno por vez primera en la historia de estos certámenes.

El impulso deportivo generado por Fidel ha hecho que la Isla sea una potencia mundial en el deporte al quedar incluida entre las 20 primeras naciones del medallero histórico de los Juegos Olímpicos. El país caribeño cuenta con un botín de medallas que supera con creces lo alcanzado antes de 1959. De igual forma, deportistas de otras partes del mundo hacen reverencian y agradecen al sistema deportivo cubano, basado en la participación de todos y con iguales derechos.

Sin embargo, Fidel se convirtió en el artífice de la masificación del deporte en Cuba con la creación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, el 23 de febrero de 1961, amparado por la Ley 936. Cuba está ubicada en el escaño 18 del medallero histórico de los Juegos Olímpicos, con 81 títulos, 72 preseas de plata y 80 de bronce, para un total de 233 medallas.

“Todo lo que hemos hecho y haremos en el campo del deporte no será para gloria vanidosa de nuestro pueblo. Seguiremos compartiendo nuestras experiencias con los pueblos hermanos”, fue la premisa del líder cubano. Antes de 1959, Cuba estuvo ausente de los Juegos Olímpicos de 1908, 1912, 1920, 1932 y 1936. En las ediciones de Paris 1900 y Amsterdam 1928, apenas tuvieron un solo atleta de representación. En total entre 1900 y 1956 se alcanzaron cinco medallas de oro, de las cuales cuatro fueron de Ramón Font en esgrima, y dos de bronce.

Sin su visionario impulso, Cuba no contaría con atletas tricampeones olímpicos, recordistas mundiales y ganadores de cuantos eventos deportivos existen, resultado de ese proyecto único, iniciado hace 60 años.

Por último, Fidel el 22 de agosto de 1963 declaro: “El deporte ayuda a la salud; el deporte hace fuerte —no solo físicamente, hace fuerte también moralmente”

Recopilado del Periódico “Granma”.

Colaboración del Dr. C Armenio Pérez López

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