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Expresión de los valores humanos en la obra literaria de Martí y los momentos actuales de Cuba y América Latina

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En estos tiempos de los más difíciles, de los más atormentados y que nos definen como seres humanos. En estos tiempos de Covid, de crisis, de transformaciones, de ataques y de oportunismos…En estos tiempos en que releemos al Apóstol, lo escuchamos en nuestro interior y se nos presenta más vivo. Su profundo y sensible sentir por la Patria, por el bien y por “la utilidad de la virtud”, esos son sentimientos y palabras que nos penetran hasta bien hondo en el alma. En su obra literaria encontramos tantos valores humanos que podemos trasladar como necesarios e imprescindibles para enfrentar con éxito situaciones caóticas para nuestra especie, como lo ha sido la contaminación global por el coronavirus Sars Cov 2.

Un Martí que les enseña a los niños qué hermoso es ser dadivoso, como Pilar, y les cuenta de un hombrecito pequeño, pero de gran sabiduría y bondad: Meñique, que es el que gana a la larga; porque “tener talento es tener buen corazón, ese es el que tiene talento”. Quien expresa que “Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad”.

Desde los cuentos para niños de La edad de Oro, los Versos Sencillos hasta su Epistolario, su dramaturgia, los ensayos y la crítica, sobresalen la solidaridad, el amor, la hospitalidad, la humildad, la compasión, el don de servir, la disciplina, la sabiduría y la buena voluntad.

Martí está presente hoy más que nunca en su eterna oblación por Cuba y el sentimiento intrínseco de sacrificio humano por las causas nobles. Cuando afirma en su carta testamento literario: “En la cruz murió el hombre un día: pero se ha de aprender a morir en la cruz todos los días”. Y cuando les dedicó a las tropas mambisas su última disertación, expresó: “Por Cuba me dejo clavar en una cruz”.

¿No es ese valor de abnegación y entrega el de los médicos cubanos que se sacrifican por salvar muchas vidas, aun arriesgando las suyas propias, tanto dentro como fuera del país? Y cuán difícil ha sido dedicarle todas las horas de sus días al servicio médico en los hospitales y laboratorios durante el enfrentamiento a esta pandemia de Covid 19, dejando en sus casas a familiares: hijos, esposos, esposas, abuelos… muchos de los cuales pueden encontrarse en condición de vulnerabilidad ante la enfermedad.

Un hombre cuyo motor impulsor era y es el amor:

“Si dicen que del joyero

Tome la joya mejor,

Tomo a un amigo sincero

Y pongo a un lado el amor”.

XXVI

“Yo que vivo, aunque me he muerto,

Soy un gran descubridor,

Porque anoche he descubierto

La medicina de amor.

Cuando al peso de la cruz

El hombre morir resuelve,

Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve

Como de un baño de luz”.

En esta etapa que vivimos no existe fórmula mejor que la de andar cargados de amor, amor y amor, cuando hemos sentido de cerca el cruel anuncio de la muerte y la engorrosa carrera de la enfermedad.

Martí llama a los pueblos americanos a la unidad constante, fuerte, para vencer: “hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”. ¡Cómo se ha manifestado hoy el poder de la unidad! Cuba con su solidaridad, brindando atención médica a los pueblos necesitados para enfrentar la enfermedad, y produciendo vacunas para que lleguen, no solo a los cubanos, sino a todos los países que la reciban para inmunizar a sus ciudadanos. Y países hermanos enviando donaciones para los cubanos, tanto de insumos médicos como de alimentos y otros productos necesarios en estos tiempos de pandemia. Ahí está presente la unidad de la que habló José Martí en Nuestra América.

Se nos hace vigente también el antimperialismo, cuya amenaza pujante continúa afectando al pueblo cubano y otros pueblos del mundo. Con este sentimiento declaró en su carta inconclusa a Manuel Mercado: “quiero impedir a tiempo, con la independencia de Cuba, que se extienden por las Antillas los Estados Unidos y caigan sobre nuestras tierras de América”.

Martí no quería a una Cuba esclava, hoy los cubanos dignos tampoco la queremos, tenemos que trabajar y luchar para que nuestra Patria siga siendo soberana.

Por otro lado, está vigente la honradez como un valor que se necesita en estos tiempos más que nunca.

En la introducción a sus Versos Libres: “Pero la poesía tiene su honradez, y yo he querido ser honrado”. “Amo la sinceridad, aunque pueda parecer brutal”.

Versos Sencillos

I

“Yo soy un hombre sincero

De donde crece la palma,

Y antes de morirme quiero

Echar mis versos del alma”.

 

Autora: Daneisy del Castillo Gómez

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