Leer a Martí, releerlo, imaginarlo, escudriñarlo, es una acción que renace en bellos frutos cada vez. Los cubanos debemos aprender a disfrutar la lectura de la obra martiana sin estigmatizarlo, sin distanciarlo ni idealizarlo. Sino que es mejor entender su naturaleza humana, cercano (sobre todo a los jóvenes) con la mayor riqueza intelectual y de espíritu que un hombre de su tiempo era capaz de tener y aprovechar.
Desde niño José Martí fue muy estudioso y apasionado, y aun siendo joven entregó su vida por Cuba. En sus solo 42 años dejó un legado impresionante de obra escrita (desde literatura infantil, poesía, narrativa, así como algunas obras dramáticas y el prolífico epistolario). En su narrativa, obra periodística y lírica manifestó los inicios del Movimiento Modernista hispano. Incursionó en la crónica, la crítica literaria y de artes. Investigó y escribió sobre significativas transformaciones sociales e históricas, así como personalidades relevantes del orbe, de la Historia Universal y Latinoamericana, y nos las enseñó en sus escritos (y los llevó al lenguaje ameno y cotidiano asequible para niños y jóvenes). En La Edad de Oro, en sus cartas a María Mantilla, en Ismaelillo, encontramos las más complejas situaciones de relaciones clasistas, de sentimientos y de revoluciones sociales, decodificadas a palabras diáfanas y atractivas.
Fue un activista revolucionario incansable, un luchador de las ideas, orador y organizador de los pensadores independentistas, al punto de ser capaz de crear la primera organización de masas, por un interés común entre los hombres de buena voluntad de nuestro país: la independencia de Cuba (en el Partido Revolucionario Cubano).
Atisbó el futuro de América Latina y defendió la unidad entre nuestros pueblos, para evitar ser doblegados por el gobierno imperialista. Nos enseñó que primero que todo los latinoamericanos debemos conocer nuestra historia y la cultura originaria de nuestros pueblos indígenas, porque es extraordinariamente rica y llena de sabiduría, que nos permite defender el futuro de la tierra patria, impidiendo que gobernantes extranjeros pongan manos sobre nuestras riquezas.
Invito a los jóvenes a buscar en la obra martiana al amigo, al hombre sincero, al coterráneo “de donde crece la palma”, al ser enamorado y de luz, recordando su humanidad, que de ninguna manera puede ser perfecta. Quién cometió errores, tuvo debilidades e insatisfacciones, como cada uno de nosotros, pero que fue firme en sus principios y pensamientos por el bienestar para los pueblos, de la Patria soberana, “con todos y para el bien de todos”.
Vuelvan a leerlo y redescubran en sus escritos cada riqueza espiritual y cultural de su vasto pensamiento.
Hoy continuamos conversando en la Universidad de Ciego de Ávila sobre nuestro Apóstol, en el Aniversario 169 de su natalicio, viendo cómo se acercan a él y su gran visión estos tiempos que vivimos.
Fuente: Discurso para Coloquio Martiano 2022 de la UNICA, Daneisy del Castillo Gómez
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