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Obdiel Torres Guevara, amante de la historia local y maestro de corazón.

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En la tarde de hoy recibimos en la Fundación la visita entusiasta y esperanzadora de un grupo de estudiantes de sexto grado de la escuela primaria Ignacio Agramonte. Venían visiblemente cansados, pues junto a su maestro, Obdiel Torres Guevara, estudiante de 4to año de Licenciatura en Educación Primaria en el CUM Morón, habían recorrido a lo largo del día numerosos lugares históricos de la ciudad de Morón. Fue un verdadero paseo por la historia como si fuera en la máquina del tiempo. Llegaron a Sitio Viejo, lugar donde comenzó a germinar el embrión de esta localidad, luego fueron al monumento del Gallo, el símbolo cultural que identifica a Morón en cualquier lugar del planeta, se convirtieron en parte de los cien hombres del Vaquerito, cuando ante los mármoles que perpetúan su memoria, contemplaron su figura regia de capitán invencible, esculpida por nuestro Alfredo Abreu, Pucho. La marcha continuó hasta la esquina donde fue asesinado el líder obrero Enrique Varona González, el hombre que no aceptó sobornos ni amenazas, luego pasaron por la vieja estación ferroviaria, escenario principal de las luchas de Varona… de manera que el tiempo se convertía para estos intrépidos argonautas modernos en un juguete.

Colmados de dudas e interrogantes, llegaron a la Fundación, fueron directo a los bancos y se desplomaron en los mismos. Cuando Obdiel, el profesor que hizo el recorrido con ellos, el que también se convirtió en uno de los hombres del Vaquerito, participó en las magistrales huelgas de Varona, se bajó de la carreta junto a don Luis de Almeida para fundar estos predios, me dijo que debía hablarles de todos esos lugares recorridos y responder a sus inquietudes, sentí que estaba ante un reto inmenso. Respiré profundo, les di la bienvenida, me subí a la máquina del tiempo con ellos y comencé a despejarles las dudas del por qué quitaron el primer gallo, si El Vaquerito de verdad valía por cien hombres, por qué la Colonia Española conservaba el escudo de España, quién fue Benito Llanes, por qué asesinaron a Enrique Varona, por qué Morón cambió de Sitio Viejo para el Parque Agramonte… la tarde se desvanecía, el profesor les prometió que los traería de nuevo para profundizar en algunos temas, solo así logró que se levantaran y se dispusieran a tirar las fotos de recuerdo. Cuando se marchaban, quisieron entrar a la oficina para ver la máquina de escribir que había pertenecido a Benito Llanes, un pedazo del gallo viejo, la réplica de la mascarilla del Vaquerito… fue una jornada para mí intensa, para ellos agotadora y esplendorosa. Al final una de las alumnas me mostró un distintivo, cuando lo leí me di cuenta del secreto de la magia que reinaba entre ellos y yo: el distintivo decía que eran miembros de un círculo de interés de historia local. Así si está garantizada la preservación del patrimonio y las vivencias más antiguas. Me di cuenta de que muchos de ellos iban a ser los herederos de la perpetuidad de la historia de Morón. FELICIDADES OBDIEL.Continúa llenando de sueños a esos niños. Regresen cuando quieran.

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